Cada mes, el Museo de Historia Natural expone en el vestíbulo una pieza perteneciente a alguna de sus colecciones, con el fin de destacar un ejemplar para que el visitante lo pueda apreciar mejor y obtener mayor información sobre los aspectos biológicos, geográficos, históricos o culturales, así como las particularidades de la especie que representa y que lo hace único.

Un depredador de los mares prehistóricos

Megalodón

(Carcharodon megalodon)

Pudo haber sido un depredador especializado en cazar ballenas. Fósiles de estos mamíferos marinos de la misma época, muestran marcas profundas que corresponden al tamaño y la forma de los dientes del megalodón. Los expertos estiman que la longitud de este “tiburón prehistórico” debió ser alrededor de 16 metros (un poco más del ancho de dos porterías de futbol), con un peso aproximado de 48 toneladas (equivalente a ocho elefantes adultos). En comparación, los grandes tiburones blancos que existen en la actualidad, miden cerca de 6 metros de largo (un poco menos del ancho de una portería de futbol), y pesan 1.9 toneladas (semejante a un automóvil mediano). Este gigante de los mares se extinguió hace aproximadamente 1.5 millones de años. Se presume que debido a un enfriamiento global ocurrido en esa época que redujo cerca de 15 grados Celsius la temperatura de los océanos, disminuyó las zonas de crianza y de caza del megalodón. En esa época también desaparecieron varias especies de ballenas —que representaban el alimento de este enorme pez— que tampoco pudieron afrontar las nuevas condiciones climáticas.

Distribución

El megalodón parece haber tenido una amplia distribución en las aguas tropicales del planeta; sus dientes fosilizados se han encontrado en Europa, África, Norteamérica, Sudamérica, Asia meridional, Japón, Indonesia, Australia, Nueva Caledonia y Nueva Zelanda.

Mapa de la Tierra durante el reinado del megalodón hace 20 millones de años

Estatus

Icono de extinción Extinto. 

Rincón de la curiosidad

El esqueleto de los tiburones está constituido en su mayor parte por cartílago, y no por hueso, como el de nuestra columna vertebral. Esta misma sustancia es la que le da forma a nuestras orejas y nariz, y dado que el cartílago es un material que se degrada muy rápidamente, generalmente lo único que se logra conservar de estos peces, son sus dientes.