El cambio climático y la calidad del aire son dos caras de la misma moneda, especialmente, al compartir fuentes comunes de emisiones atmosféricas. La mala calidad del aire y el cambio climático son producto principalmente de la combustión de fuentes fósiles de energía, usadas esencialmente en el transporte, que genera la mayor emisión de partículas (PM10 y PM2.5), óxidos de nitrógeno y de dióxido de carbono.
Por ello, la Ciudad de México tiene el compromiso de contar con una política climática integral que contribuya también a que las personas disfruten de una buena calidad del aire. Ello mediante el diseño y puesta en marcha de acciones conjuntas para maximizar sinergias entre cambio climático, calidad del aire y salud. De manera estratégica, se aplica de manera armonizada y coordinada el Programa de Gestión Ambiental de la Calidad del Aire de la Zona Metropolitana del Valle de México 2021-2030 como política estratégica con beneficios para la acción climática.
También, se impulsa la investigación, fortalecimiento de capacidades e intercambio técnico y tecnológico para objetivos compartidos entre el cambio climático y la calidad del aire.
Puedes conocer más información sobre las acciones para mejorar la calidad del aire aquí.
Contribuciones hacia una ciudad global
A través de estas acciones, se impulsa el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sustentable de la Agenda 2030, especialmente de los ODS 3, sobre salud y bienestar; el ODS 11 sobre ciudades y comunidades sostenibles y el ODS 13 sobre acción por el clima.
Fuente: Sedema. |