Como parte de los esfuerzos para conocer de dónde provienen las emisiones de compuestos y gases de efecto invernadero, la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA) elabora cada dos años el Inventario de Emisiones de la Ciudad de México, que contiene los datos que identifican las principales fuentes de emisión de la ciudad, sirviendo como base para el diseño de políticas de mitigación apropiadas que, al mismo tiempo, impulsen el desarrollo económico y mejoren las condiciones de vida de las personas.
De acuerdo con el Inventario de emisiones de la Ciudad de México, en 2018 se emitieron 22,480,079.3 toneladas de bióxido de carbono equivalente, las cuales se distribuyen de la siguiente forma:
Puedes consultar los inventarios de emisiones de la Ciudad de México, aquí.
Además de este inventario, la Sedema desarrolla el inventario basado en el Protocolo Global a Escala de Comunidades de Gases de Efecto Invernadero (GPC, por sus siglas en inglés), para fines de comparación con otras ciudades. El inventario GPC incluye emisiones que ocurren tanto en el territorio de la Ciudad de México, como aquellas que ocurren fuera de sus fronteras, pero que son responsabilidad de las actividades de la ciudad, mediante tres alcances:
En un escenario tendencial, donde las políticas y acciones en materia de cambio climático y desarrollo de la Ciudad de México se mantuvieran sin cambios, las emisiones de la ciudad podrían aumentar a 65 MtCO2e en el año 2050, lo que no solo se alejaría del cumplimiento de las metas y objetivos globales, nacionales y locales de acción ante la emergencia climática, sino que pondría en riesgo a millones de personas que habitan la Ciudad de México.
Por ello, la Ciudad de México ha planteado diversas metas ambiciosas para reducir sus emisiones y alcanzar un futuro cero emisiones que cree un futuro seguro y sano para las generaciones presentes y futuras. Estas metas se basaron en el desarrollo de un presupuesto de carbono, que significa la cantidad total de emisiones de CO2e que se puede emitir a la atmósfera para limitar el aumento de temperatura por debajo de 1.5ºC. Es decir, el presupuesto de carbono de la Ciudad de México representa la cantidad máxima de emisiones que se pueden emitir a la atmósfera entre el periodo hasta alcanzar cero emisiones en 2050.