Page 34 - Manual de podas
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CAPÍTULO 3 PODA DE ÁRBOLES
Por ende, un árbol desmochado se converti- rá en un peligro inminente a mediano y largo plazo. Esta práctica produce estrés en los árboles. En un desmoche generalmente se elimina del 50 al 100% de la copa del árbol, por lo que puede entrar en una etapa de ina- nición temporal y en algunas ocasiones llega a morir. De no ser así, la respuesta del árbol es inmediata estimulando a un mecanismo de supervivencia creando un crecimiento y desarrollo de múltiples brotes debajo de cada corte, por lo mismo necesita producir una nueva generación de hojas tan pronto como sea posible.
Un árbol que presenta estrés es susceptible al ataque de plagas y enfermedades. Las heridas grandes, abiertas, exponen la albura y el duramen a un ataque. El árbol puede ca- recer de la energía su ciente para “defender” químicamente las heridas contra una inva- sión. Algunos insectos son atraídos a los ár- boles bajo estrés mediante señales químicas.
El desmoche provoca decaimiento, el lugar correcto para realizar un corte de poda es justo por detrás del collar de la rama, en el punto de unión de ésta. El árbol está bio- lógicamente diseñado para cerrar ese tipo de herida, siempre y cuando esté su cien- temente sano y la herida no sea muy grande por lo que normalmente un árbol comparti- menta los tejidos, pero solo algunos árboles pueden defenderse de las múltiples heridas graves causadas por un desmoche. Esto les da a los organismos causantes de infección libertad de movimiento a través de las ramas. El mecanismo de supervivencia que lleva a un árbol a producir brotes múltiples deba- jo de cada corte de desmoche le causa un gran gasto al árbol.
Dichos brotes se desarrollan a partir de ye- mas cercanas a la super cie de las ramas viejas. Al contrario de las ramas normales que se desarrollan en un “alveolo” de tejidos de madera que se superponen, estos nue- vos brotes sólo están anclados a las capas más super ciales de las ramas madres.
Los nuevos brotes crecen muy rápido for- mando colas de león, llegando a alturas de hasta 6 metros por año en determinadas especies. Desafortunadamente los brotes denominados chupones coloquialmente tie- nen una gran tendencia a desgajarse, en es- pecial cuando se presentan fuertes vientos (Rivas, 2005).
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Brotes o chupones
Figura 3.4 El desmoche no es una práctica recomenda- ble, ya que con el tiempo representará mayor riesgo.
Resulta irónico que como propósito median- te el desmoche la intención era minimizar o eliminar riesgo de desplome reduciendo su altura para hacerlo más seguro, el árbol ahora se ha convertido en un peligro mayor de lo que era en un principio. El desmoche rompe con la estructura natural de la copa de un árbol creando una imagen deplorable.