Poco antes del mediodía, la tranquilidad del zoológico de Chapultepec se ve interrumpida por los solitarios aullidos de Rhi, un lobo mexicano de siete años que, como líder de su manada, avisa de la llegada de la comida a sus cinco cachorros. El reciente nacimiento de la camada es uno de los hechos más esperanzadores para la comunidad científica, que lucha por salvar de la extinción al mamífero.

Entre tropezones y saltos, los cinco lobeznos de tres meses de edad comienzan a salir de la madriguera seguidos por su madre Seje, de nueve años, para reunirse en la parte alta del sitio con su padre, que los espera junto a las piezas crudas de pollo y codorniz que les deja su cuidador Jorge Gutiérrez, quien ha atendido a Rhi desde su nacimiento y ahora cuida de su familia.