El pueblo originario de San Francisco Culhuacán, organizaciones civiles y autoridades del gobierno de la Ciudad de México acordaron que, como parte de la segunda etapa de los trabajos en Canal Nacional, no se desecará el agua en el Tramo 2, que va de la Calzada La Viga (Eje 2 Oriente) al Eje 3 Oriente. Tampoco se colocará piedra tipo braza en el sedimento del cuerpo de agua.

Canal Nacional es un cuerpo de agua de cerca de 12 kilómetros que atraviesa por cuatro alcaldías: Xochimilco, Coyoacán, Iztapalapa y en menor proporción, Tlalpan.

El cauce no ha sido atendido desde hace varias décadas y solamente ha sobrevivido por los trabajos de limpia que han realizado los colonos.

El año pasado, el gobierno capitalino anunció trabajos de saneamiento; sin embargo, los colonos ha externado su preocupación por algunas de esas acciones, pues las considerarlas contraproducentes.

Ante esa situación, han enviado documentos a la administración encabezada por Claudia Sheinbaum. Esas manifestaciones han dado resultados, pues el pasado 13 de diciembre, autoridades de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México y representantes de los cuatro barrios del pueblo San Francisco Culhuacán, firmaron una minuta.

Todo indica que a partir del 1 de enero del 2021 estará prohibido el uso de productos de plástico desechables en la Ciudad de México, pero quizá no sea sencillo cumplirlo ante la emergencia sanitaria del covid-19. 

De acuerdo con Alethia Vázquez Morillas, una reconocida investigadora de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la crisis provocada por la pandemia de covid-19 debería generar excepciones en la prohibición, ya que muchos de los utensilios que se utilizan en los hogares para cumplir con el manejo sanitario de pacientes contagiados son productos desechables. 

Nuevas medidas

El próximo año estará prohibida la comercialización, distribución y entrega de productos de plástico de un solo uso, como tenedores, cuchillos, cucharas, palitos mezcladores, platos, popotes, bastoncillos para hisopos de algodón, globos y varillas para globos, vasos y sus tapas, charolas para transportar alimentos y aplicadores de tampones fabricados total o parcialmente de plástico, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema).

La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) publicó el Programa de Verificación Vehicular Obligatorio para el primer semestre de 2021 que entrará en vigor del 18 de enero, hasta el 30 de junio de 2021.

El calendario se publicó el pasado martes en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México donde también se informó que cada tres años se revisará la clasificación de los candidatos a hologramas “Exento” y “00”.

La SEDEMA recordó que sólo se podrá realizar la verificación previa cita, la cual se puede hacer en la siguiente liga: http://189.240.89.19:8080/DVC/DVCCitas/.

Habitantes del pueblo de San Miguel Topilejo, Tlalpan, rechazaron que el Hospital General que se construyó en esta zona abra en enero porque el Gobierno capitalino ha incumplido los acuerdos establecidos con el Comité de Seguimiento de la Construcción de este nosocomio.

Aseguraron, en conferencia de prensa, que el Hospital General de Topilejo no cuenta con drenaje adecuado, agua potable y vías de acceso encarpetadas, además de que no se retiró el ambulantaje y taxis pirata de los rededores, lo que obstaculiza el paso para recibir atención médica.

“Hemos tenido oídos sordos por parte de Sheinbaum, quien dejó en manos de Tomás Pliego Calvo, Coordinador General del Gabinete de Seguridad Ciudadana y Procuración de Justicia, las negociaciones con los vecinos de Topilejo, sin que hasta la fecha se haya dado una solución en estos temas”.

Ahora, dijo el participante del Comité, también se corre el riesgo que se desechen los residuos hospitalarios, lo que pone en grave peligro la salud de los habitantes de Topilejo.

Será a partir del primero de enero del 2021, que entre en vigor la segunda fase de prohibición de artículos plásticos en la Ciudad de México como tenedores, cuchillos, cucharas, palitos mezcladores, platos, popotes o pajitas, bastoncillos para hisopos de algodón, globos y varillas para globos, vasos y sus tapas, charolas para transportar alimentos, aplicadores de tampones, fabricados total o parcialmente de plásticos, diseñados para su desecho después de un solo uso, excepto los que sean compostables.

Ornela Garelli Ríos, especialista en consumo responsable y cambio climático en Greenpace, señaló que “la opción que nosotros vemos como realmente sustentable es evitar este residuo y poder reutilizar lo que ya tenemos, realmente las opciones es muchos casos si están ahí, porque los plásticos que se prohíben son considerados innecesarios”.

La Alianza México sin Plásticos y Geenpeace, coincidieron en que “este es un avance importante ya que es la primera legislación en el país que promueve la eliminación de diversos artículos plásticos que son dañinos para el medio ambiente y la salud humana, cuya tasa de reciclaje es baja o inexistente como pueden ser en globos, poliestireno cristal y expandido y aplicadores para tampones, entre otros”.

Adicionalmente el dictamen define el concepto de compostable, y en los artículos transitorios se establece la obligación de la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) de emitir las Normas Ambientales para regular la disposición de dichos materiales.

La Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) capitalina publicó en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México el Programa de Certificación de Edificaciones Sustentables (PCES), el cual deja sin efectos al programa creado desde 2008 y contempla la inclusión de más géneros de edificaciones, así como una actualización de los criterios de sustentabilidad y la integración de una vertiente obligatoria.

La operación del PCES está a cargo de la Dirección de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental (DGEIRA) y tiene como objetivo promover y fomentar la reducción de emisiones contaminantes, así como el uso eficiente de los recursos naturales durante el diseño, construcción y operación de las edificaciones en la Ciudad de México.

La nueva normalidad no cambiará los planes de la Ciudad de México de prohibir todos los productos de un solo uso -entre ellos unicel y popotes- a partir del 1 de enero de 2021.

La pandemia por Covid-19 implicó que la industria del plástico retomara fuerza en la ciudad, pues por razones de inocuidad, salud y sanidad se dio tregua al uso de bolsas de plástico para el manejo de perecederos, situación que no se repetirá para la segunda etapa del adiós a este tipo de productos.

Vasos, platos, cucharas, popotes, tenedores y cuchillos elaborados con plástico quedarán prohibidos desde el primer minuto de 2021, en cumplimiento de la Ley de Residuos Sólidos. La alternativa para los empresarios del ramo es que fabriquen estos utensilios con material compostable, indicó Andrée Lilian Guigue Pérez, directora general de Impacto y Regulación Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema).

Por medio de sus redes sociales, la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México informó las fechas del Programa de Verificación Vehicular Obligatorio correspondiente al primer semestre de 2021. 

La medida iniciará el próximo 18 de enero y terminará el 30 de junio de 2021. 

Así tendrás que verificar....

De acuerdo con el calendario compartido por la dependencia de la Ciudad de México, la verificación tendrá que ser de la siguiente manera: 

Engomado AMARILLO o terminación 5 y 6 Enero y Febrero

Engomado ROSA o terminación 7 y 8 Febrero y Marzo

Engomado ROJO terminación 3 y 4 Marzo y Abril

Engomado VERDE terminación 1 y 2 Abril y Mayo

Engomado AZUL terminación 9 y 0 Mayo y Junio

Coahuila se mantiene en alerta por los reportes de avistamiento de Oso Negro con un proyecto de conservación y manejo de la especie

Personal de la Secretaria del Medio Ambiente de Coahuila, se mantiene alerta ante los reportes de avistamiento de depredadores, como el oso negro, que forma parte del proyecto de conservación y manejo de la especie en peligro de extinción.

Estamos rodeados de plástico. Desde la computadora que utilizamos, la silla donde nos sentamos, la ropa que nos viste y todos los alimentos y bebidas que encontramos en cualquier tienda. Casi todos los empaques y botellas están fabricadas con este material y, en cuestión de minutos, se convierten en un nuevo desecho. Su propósito es transportar comida o un refresco, para después llegar al bote de basura y comenzar la odisea que tiene dos finales: el reciclaje o el medio ambiente. Autoridades e industria del plástico culpan a los usuarios, pues ellos deben aprender a separar y disponer mejor de sus desechos, mientras que las organizaciones ambientalistas consideran que la industria debería cambiar su sistema. Mientras tanto, la naturaleza sufre las consecuencias.

“Lo que es perverso es que se trata de materiales o se trata de cosas que desde su diseño están concebidos para usarse una sola vez”, comenta a El Semanario, Esteban García-Peña Valenzuela, director de campañas en pesquerías y plásticos de la oficina en México de Oceana. “Y ahí podemos englobar todos aquellos productos, que son el 40% de todos los plásticos que se producen en el mundo, que son embalajes, empaques, envases, platos, cubiertos, vasos, todo lo que son productos para usarse una sola vez, después de beber o de comer”.

La escasez de lluvias en este 2020 y aumento de la demanda de agua en un 30% para afrontar la emergencia sanitaria del Covid-19, son dos factores importantes que afectarían la distribución del vital líquido desde el Sistema Cutzamala. 

A lo anterior se suma a otros factores que han prevalecido por mucho tiempo y se han agudizado de manera reciente, donde destacan las fallas de infraestructura que ocasionan fugas en la red y los domicilios, contaminación ambiental, desaprovechamiento del agua de lluvia, aumento de la densidad de población y expansión urbana.

Cabe mencionar que dicho sistema distribuye el agua en los municipios mexiquenses y alcaldías de la Ciudad de México.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) dio a conocer el pasado 23 de noviembre que las tres presas principales que abastecen al Cutzamala, ubicadas en el Estado de México, se encuentran por debajo de los índices históricos de almacenamiento; la presa de Villa Victoria está en un 57.8% de su capacidad, la de Valle de Bravo con 70.1%, y el El Bosque 74.7%.

Desde que tenía 10 años, Pablo Zárate no conoce otra cosa que el basural de Luján, ubicado en la provincia de Buenos Aires. Allí trabaja todos los días, entra a las 7 de la mañana y sale sobre las 6 de la tarde, once horas de esfuerzo que le reportan unos beneficios de unos 3.000 pesos diarios, unos 36 dólares estadounidenses, algo más de 29 euros.

Basta con echar un vistazo a su alrededor para comprobar que no es un lugar idóneo para pasar tanto tiempo. Mientras habla a cámara, decenas de pájaros sobrevuelan montañas de hasta 25 metros de todo tipo de basuras, con olores insoportables y vapores que son sumamente nocivos para la salud.Pero eso no inquieta a Pablo: él tiene que trabajar allí porque, si no, se moriría de hambre.

“Si quieren que se cierre, vamos todos a la ruina, qué le vamos a hacer. ¿Dónde vamos a laburar nosotros?”, se pregunta este recolector informal en una conversación con EFEverde.