Agathe Cortes 13 DIC 2019
“El planeta no corre peligro. Ya ha estado en momentos peores. El problema lo tenemos nosotros”. Estas son las palabras que han reiterado esta semana 18 jóvenes científicos que han contestado cada uno a una pregunta sobre el cambio climático. Unas 650 personas, entre las cuales había adultos, mayores, adolescentes y estudiantes, han acudido a la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Universidad Complutense (UCM) para escucharles, entender cómo sufrió y sufre el planeta y saber quién o qué tiene la culpa. Eduardo Gonzalo Badía, físico teórico y organizador de estas jornadas llamadas El cambio climático contado por expertos”, asegura que, frente a tanta información y falsas creencias, es necesario innovar y abrir un nuevo canal: el de una divulgación rigurosa, visual y divertida.
“¿Qué le contestarías a una persona que cree que todo el mundo va a morir?”; “lo que nos habéis explicado da mucho miedo”; “¿creéis que existe realmente una solución?”; “¿puedo salir de aquí segura de que la culpa de todo esto es el capitalismo?”. Los espectadores se ponen de pie, se inquietan y preguntan. Los científicos, apasionados, parecen tener la respuesta a todo. Intentan, a lo largo de seis horas dinámicas y visuales, dar esperanza a las personas preocupadas por un futuro sin salida e informar de que el Sol no tiene la culpa de nada, pero que el ser humano, por ejemplo, ha producido, en 70 años, una cantidad de plástico equivalente al peso de 25.000 rascacielos.
- ¿Tiene el Sol la culpa del calentamiento?
Javier Mellado, doctor en Física en la Universidad de Lisboa, enseña un gráfico en movimiento de la Tierra que muestra cómo los colores rojizos aumentan en el último siglo. El Sol sigue ciclos de 11 años y las anomalías destacadas que han “enrojecido” el dibujo aparecen en los últimos 150 años. “Estamos en un mínimo de la actividad solar”, añade el investigador, “por lo tanto el Sol no puede ser el culpable”. Para acabar, Mellado concluye que el problema está en la atmósfera, donde desde 1900 los gases de efecto invernadero aumentan de manera alarmante.
- ¿Están los plásticos realmente calentado la Tierra?
Sí. Miguel Tamayo, experto en microbiología ambiental, contesta de manera sorprendente y didáctica con comparaciones impensables. Desde 1950, el ser humano ha generado 8.300 millones de toneladas de plásticos, lo que equivale, en peso, a 25.000 rascacielos como el Empire State Building. El científico insiste en que tiramos al mar el equivalente a 30 rascacielos por año. Tamayo explica que si el plastico fuera pizza, para suprimirlo sería necesario que cada persona del mundo comiese una al día durante cuatro años.
- ¿Cada vez hay más extremos climáticos? ¿Quién es culpable?
José Manuel Garrido, investigador en la UCM, estudia el impacto que el cambio climático y la circulación atmosférica tienen en la calidad del aire y el sector energético. “El extremo climático es un ejemplo perfecto para alertar sobre la existencia de un problema. El cambio climático tiene la culpa”, explica. Garrido demuestra mediante gráficos y mapas que las causas humanas afectan a la frecuencia y la intensidad de las olas de calor y a las precipitaciones.
- ¿Qué importancia tiene el monzón?
Juncal Cruz es doctora en geología y asegura que los periodos de lluvias torrenciales en Asia marcados por los monzones son totalmente necesarios para muchos países. Sin embargo, estos episodios climáticos han cambiado de fechas y se desplazan hacia el norte por culpa del cambio climático. Cruz alerta de que esto afecta el cultivo de arroz, que se reducirá en un 25% en 10 años, y repercutirá en las migraciones, que desplazarán a más de 1.000 millones de personas en dos décadas.
- ¿Sabías que las plantas llevan 200 años escalando montañas?
Amara Santiesteban es activista en Fridays For Future y su especialidad son las plantas. La bióloga cuenta que, por culpa del aumento notable de la temperatura, la vegetación tiene que subir a cotas más altas para desarrollarse. El ascenso promedio es de 365 metros en 200 años. En Ecuador ha sido de 500 metros en 100 años; en Francia, 290 metros; y en algunos lugares de Asia, en tan solo 50 años, 150 metros.
- ¿Cómo será la vida por encima de los 60°?
Pablo Almela realiza un doctorado en ecología microbiana de las regiones polares. La temperatura ha aumentado 2,5 grados en el Ártico y en la Antártida, mientras que en el conjunto del planeta el ascenso es de 0,8. El científico destaca que la presencia de osos polares es cinco veces mayor que en 1950, pero que en 2050 se prevé un descenso de esta población de un 30%. En cuanto a los pingüinos de la Antártida, su número ya ha sufrido un descenso del 30%. "Si se derriten los dos polos, el mar subirá unos 65 metros. ¿Os imagináis lo que ocurriría?", pregunta.
- ¿Se puede derretir la Antártida?
El nivel del mar no para de subir desde 1880. Javier Blasco es especialista en la interacción de los mantos de hielo con el clima y el océano. El científico recuerda que hay una clara pérdida de glaciares y que un trozo equivalente a Gran Canarias ya se desprendió del manto. Aunque asegura que hay poca probabilidad que todo se derrita, el experto insiste en el punto de inflexión: un aumento de más de 1,5 grados, sería el principio del final de la Antártida.
- ¿Siberia terminará siendo un queso gruyère?
El permafrost es el suelo congelado en altas latitudes y cubre una superficie de 23 millones de kilómetros cuadrados. Maialen López, investigadora en geología en la UCM, advierte que empieza también a derretirse y que su temperatura ha aumentado 0,3 grados en los últimos 10 años. Si llega a descongelarse por completo, se formaría una gran cantidad de cráteres en aquellas zonas.
- ¿Puede el cambio climático parar el viento?
No, pero sí desplazarlo. El calentamiento global afecta a la circulación atmosférica y, por lo tanto, el viento cambia. Cristina Rojas, estudiante de doctorado en la UCM, insiste en que afectará a la fuente de energía eólica actual. “Si seguimos así, el viento disminuirá en unos lugares y se incrementará en otros. En 2100, la Península saldrá perdiendo mientras que el norte de Europa ganará”. La científica insiste en que hay que reaccionar con rapidez.
- ¿Hay más metano que el de las vacas?
Andrea Molero estudia cómo el calentamiento global podría contribuir a la liberación abrupta del metano atrapado en forma de hidratos de gas en los sedimentos marinos, cuyas reservas son superiores a las de los hidrocarburos. La probabilidad de que ocurra es muy baja, específica, pero ya ha pasado hace 55 millones de años. Se alcanzó el máximo térmico con un aumento de 5 a 8 grados. "Fue un punto de no retorno", asevera.
- ¿Puede la energía solar generar combustibles?
"El 40% de un avión es combustible y el 10% de la carga de un barco es gasoil", explica Elena Alfonso, investigadora de la UAM. Pero existen maneras de aligerar estos sistemas de transporte altamente contaminantes. El CO2 atmosférico puede reciclarse usando agua y luz solar mediante el proceso conocido como fotosíntesis artificial, dando lugar a nuevos combustibles. Esta fuente de energía renovable podría llegar a formar parte de un sistema energético con una huella de carbono prácticamente nula.
- Fármacos y descontaminación con luz solar
La investigación de Daniel González está centrada en el campo de la fotocatálisis, que consiste en utilizar la energía solar para convertirla en energía química y llevar a cabo procesos menos contaminantes. El científico concluye con una cita del filósofo italiano Francesco Guicciardini que termina así: “La vida seguirá adelante siempre que el sol brille”.
- ¿Es posible cultivar cañas para crear energía?
Hasta ahora, el ser humano está creando bioenergía a partir de plantas, pero de las que se comen. Para luchar contras posibles crisis alimentarias hay que encontrar otras plantas para cultivar energía. Judith Cano, bióloga e investigadora en la UAM explica que las cañas son una solución, junto al olmo o la camelina. Con humor y imágenes dinámicas esquematiza que para obtener biogás hacen falta plantas, heces de la ganadería, una fábrica bien hermética "y listo".
- ¿El cambio climático nos cuesta a todos lo mismo?
Elena Peréz compara el planeta con una tarta de cumpleaños que se tiene que compartir entre 194 países. “Pensamos que nos va a durar toda la vida, pero hemos calculado con el PIB (producto interior bruto) y no con los recursos naturales que nos ofrece”, explica la doctoranda en economía en la UCM. Los países en desarrollo viven gracias a los recursos de los países en vías de crecimiento. Es el equilibrio perfecto para el capitalismo. “Para que haya gente que viva mejor, hace falta que muchos vivan peor”, añade la investigadora.
- ¿Qué están haciendo los políticos?
Marina Casas investiga el ámbito de la reutilización de residuos industriales para la fabricación de cementos ecoeficientes. La insistencia por el reciclaje, la expansión del mercado de los coches eléctricos y la retirada de bolsas de plástico son ejemplos de estrategias propuestas por los distintos Gobiernos. La experta expone, gracias a una línea del tiempo en movimiento, los protocolos propuestos en las últimas décadas. "Hay un progreso notable, pero queda mucho camino por recorrer", dice.
- ¿Afectará a tu empleo el acuerdo de París?
Para algunos, la respuesta será sí, pero no sin alternativas. Ángel Lareo, investigador en la UAM, desarrolla un modelo informático para estudiar el comportamiento de los distintos sectores económicos en función de las horas de trabajo y las emisiones de gases de efecto invernadero. El investigador demuestra que se crearán 300.000 empleos gracias a la transición ecológica y asegura que, mientras en algunos sectores las oportunidades caerán en picado, en otros se abrirán nuevos campos innovadores para obtener una dinámica global sostenible.
- ¿Qué efectos tiene en el patrimonio cultural?
Por culpa de los acontecimientos climáticos extremos, el patrimonio cultural se deteriora. Basta con mirar lo que sucedió en Venecia el mes pasado. Vanessa Menéndez, investigadora en derecho internacional público, propone tres soluciones: la primera, incluir las comunidades locales en la toma de decisiones; la segunda, medidas de adaptación y mitigación; y la última, una concienciación de urgencia.
- ¿Cómo lleva tu cabeza lo del cambio climático?
Laura García es investigadora en neurociencia en la UAM y advierte que los efectos del calentamiento global causan ansiedad, depresión y pueden llevar al suicidio. Para generar en la gente un comportamiento sostenible, la científica asegura que es necesario que el ser humano vea que su acción tiene realmente un impacto. "De la misma manera que nosotros hemos generado el problema, nosotros podemos solucionarlo", concluye.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/12/13/ciencia/1576234231_316883.html