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Gases, Olores y Vapores:
Resumen:
Tiene como objetivo realizar una revisión del desempeño de los proyectos y acciones que integran el PACCM y generar recomendaciones que permitan fortalecer la contribución de la Ciudad de México a la reducción de emisiones de GEI, así como mejorar su resiliencia a los impactos del cambio climático.
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El Inventario de Emisiones de la Ciudad de México del año 2016, es un instrumento para la gestión de la calidad del aire que elaboró la Secretaría del Medio Ambiente de la CDMX, con la finalidad de identificar y caracterizar las principales fuentes contaminantes que afectan la calidad del aire dentro del territorio de la CDMX, e implementar políticas públicas para reducir los impactos de la contaminación atmosférica en la salud de la población y del ambiente, así como hacer frente al cambio climático. El presente inventario muestra las emisiones generadas por las actividades y fuentes contaminantes dentro de la CDMX al año base 2016.
En la Ciudad de México, como en las grandes urbes, la composición del aire ha sido modificada con compuestos que provienen en su mayoría de la quema de combustibles fósiles, principalmente en automóviles, fábricas y hogares. Entre los principales contaminantes que afectan la calidad del aire de la CDMX y la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM, Anexo 1), se encuentran las emisiones de partículas, importantes por su impacto a la salud y los compuestos orgánicos volátiles (COV), estos últimos son relevantes por ser precursores para la formación de ozono y además, algunos son considerados tóxicos. Por lo tanto, la reducción de estos contaminantes se considera una prioridad para disminuir la exposición de la población a la contaminación y mejorar la calidad del aire.
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Reducir las emisiones de partículas y precursores de O3 es prioritario, puesto que estos contaminantes generan impactos en la salud de la población. La mala calidad del aire incrementa la tasa de incidencia y la mortalidad asociada a cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias, cardiovasculares y metabó licas. Distintos estudios estiman que, en la ZMVM, se podrían evitar más de 6 mil 500 muertes anuales en caso de cumplir con los límites normados para partículas PM 2.5< y O3 (INSP & INECC, 2017; Trejo-González et al., 2019). Alrededor del 90% de estos beneficios se asocian a la contaminación por PM 2.5, contaminante que ocasiona los impactos a la salud más severos. Se destaca que evitar estas defunciones se traduciría en beneficios económicos que ascienden a 130 mil millones de pesos a precios de 2018. Además, el resto de los contaminantes atmosféricos también generan impactos negativos en la salud de la población; por ejemplo, algunos COV son altamente tóxicos y/o carcinogénicos, aunque su concentración en el aire ambiente aún no se regula a nivel nacional.
Resulta igualmente relevante garantizar una adecuada comunicación de los riesgos asociados a la contaminación atmosférica. Es necesario informara la población sobre el estado de la calidad del aire, para que las personas implementen acciones que reduzcan su exposición en función de sus condiciones de vulnerabilidad, que dependen de factores biológicos como la edad y el sexo, así como condiciones sociales o de conducta. Algunos grupos de interés por su nivel de vulnerabilidad a los efectos de la mala calidad del aire son las niñas y niños, personas adultas mayores, embarazadasy la población con condiciones médicas preexistentes o prevalencia de enfermedades crónicas.
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