Lo primero que debemos saber es que no existe una definición universal del concepto. En muchas de ellas podrás encontrar similitudes y en otras grandes diferencias.
La economía circular es un modelo económico cuyo objetivo es producir bienes y servicios de una manera sostenible, minimizando el uso de recursos naturales (materias primas, agua, energía) y reduciendo la generación de residuos.
La economía circular es donde las estructuras y los procesos productivos están diseñados desde un principio para generar un mínimo de contaminación, para lograrlo, el proceso de planeación en la producción y distribución es la base para poder utilizar los materiales al 100%.
Todas las actividades de producción y acciones de consumo generan desechos y/o residuos.
Por el lado del consumidor, este en la medida de lo posible debe de valorar la calidad del producto, sus años de garantía, la vida útil estimada del producto y la capacidad de re-manufacturar el bien.
De la misma manera se debe de ir adquiriendo un cambio cultural al preferir los productos, bienes y servicios que hayan sido creados de forma sostenible.
Las empresas para contribuir a tal desafío, deben aprender a reducir, reutilizar y reciclar los materiales que utilizan. Aquí se necesita educación, conocimiento, inventiva para aprovecharlos y generar a la par toda una industria del reciclado de materiales.
Ser capaz de encontrar y optimizar el consumo de recursos naturales que satisfacen las necesidades que como sociedad tenemos a través de diseñar para durar, restaurar y regenerar.
Todos los bienes que se produce en el mundo, hasta los más simples o elementales es producto o fruto de la transformación de los recursos naturales. Por lo tanto, en términos económicos es el medio ambiente el proveedor de los procesos productivos.
En la etapa del diseño, pues se determina la durabilidad del producto, la facultad para ser reparados o reciclados.
Una política ambiental en la cual la responsabilidad del productor por su producto es extendida hasta el momento del posconsumo en el final del ciclo de vida del producto.
El número de R’s depende en gran medida de la literatura que se aborde, anteriormente se consideraban solo tres: reducir, reusar y reciclar, ahora, se puede abordar de siete hasta nueve R’s, sin embargo, lo importante no es el número de R’s, sino, el cambio en el paradigma en nuestra forma de consumo y producción, que sean conscientes y responsables con la sociedad y el medio ambiente.
Además de los aspectos ambientales como un menor impacto ambiental, la preservación de los recursos naturales para las generaciones futuras y la conservación de los ecosistemas, la economía circular brinda la posibilidad de ahorrar en costos de producción y aumentar los márgenes de beneficios, generar nuevas fuentes de trabajo y crear nuevos negocios.
Una gran barrera es la falta de comunicación entre empresas. Las empresas conocen muy bien sus procesos y son capaces de identificar qué residuos pueden emplearse como insumos para su proceso, sin embargo desconocen los procesos de otras empresas y los subproductos que se generan. La cooperación es indispensable.