• El 45 por ciento de los esquemas de producción de alimento, vestido y de otros bienes y servicios son generadores de emisiones que provocan la desestabilización del planeta
Con el firme propósito de construir mejores oportunidades para la Ciudad de México y para el futuro, la doctora Marina Robles García, titular de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) capitalina, pidió considerar a la economía circular como una aliada para el desarrollo económico y financiero no sólo de la ciudad sino del país.
“Una de las cosas que plantea la economía circular es certidumbre en los precios y en los insumos y creo que eso nos abre una gran puerta de diálogo al mundo financiero, al mundo económico y al mundo de los ambientalistas que queremos ser aliados entre todos. Plantea una atención al inicio del problema que tiene que ver con la forma en la que producimos, la forma en la que extraemos recursos naturales, la forma en la que consumimos y también la forma en la que desechamos este conjunto de materiales, de productos, de bienes”, precisó.
Durante el Foro “Rumbo a una Legislación sobre Economía Circular para la Ciudad de México”, Robles García sostuvo que la creación de una ley en la materia como instrumento de acuerdos y de educación implica una coordinación entre distintos grupos de industrias, empresas y comercios que permitan el mejor aprovechamiento de los bienes, de los insumos en general, lo que para uno es residuo, para otros será insumo y eso es parte de la cadena que se tiene que considerar.
Mencionó que el 45 por ciento de los esquemas de producción de alimento, vestido y de otros bienes y servicios son también generadores de emisiones que provocan la desestabilización del planeta. Para contrarrestarlo, enlistó una serie de acciones implementadas durante la actual administración y que van desde la puesta en marcha de la planta de separación de residuos en Azcapotzalco, el funcionamiento de tres de plantas de reciclamiento de cascajo o residuos de la construcción y demolición, -dos más estarán instaladas en el Bordo Poniente-, una planta de biodiesel en la Central de Abasto que recolectó casi 3 mil litros de aceite vegetal provenientes de distintos establecimientos comerciales y que permiten la generación de un energético utilizado para el funcionamiento de la Línea 2 del Metrobús.
También destacó la realización del Reciclatrón y el Mercado de Trueque, así como el programa de certificación de edificaciones sustentables en el que se convoca a desarrolladores inmobiliarios a que sus construcciones se adhieran al conjunto de criterios de sustentabilidad.
“Uno de los retos que tenemos y que la pandemia nos ha dejado como aprendizaje en estos dos años, o esperaría que la pandemia nos haya dejado como aprendizaje, es que finalmente las intervenciones que nosotros hacemos en los sitios en los que vivimos sí deja huella, en algunos casos una huella que no nos conviene que quede. Hoy la economía circular es una oportunidad que tendríamos que considerar y seguramente esto tendrá implicaciones asociadas al confort porque una de las cosas que nos tienen colocados en este momento por el exceso en el uso, en el derroche, en el desperdicio de cierto tipo de recursos y de residuos es que nos acostumbramos a un confort que eventualmente tenemos que repensar cómo lo reconducimos”, finalizó.