Cada 17 de mayo se celebra el Día Mundial del Reciclaje, una fecha proclamada por las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con el objetivo de concienciar sobre la importancia de reducir, reutilizar y reciclar. Además, busca sensibilizar a la población sobre el uso responsable de las materias primas, su transformación en bienes de consumo o el tratamiento posterior de residuos para colaborar en la mejora del medio ambiente.
En línea con lo anterior, la economía circular se presenta como una alternativa para transformar el actual modelo lineal, que genera residuos en todas las etapas de la cadena de producción, ya que se basa en prolongar la vida útil de los materiales y los recursos tanto como sea posible, reduciendo la generación de residuos.
Precisamente, según datos de The Circularity GAP Report 2022, que mide a nivel global la economía circular y ofrece una visión integral de los sistemas económicos que se analizan, en 2020 solo reciclamos el 8,6 % de lo que lo que usamos, lo que deja una enorme brecha de circularidad de más del 90 %.
El informe también señala que en el año 2019 la sociedad superó los límites de extracción, consumiendo 100.000 millones de toneladas de recursos. En el contexto actual, el 70 % de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero están relacionadas con la manipulación y el uso de materiales. Reducir en un 28 % la extracción y el uso de materias primas y en un 39 % las emisiones de gases de efecto invernadero contribuiría al cumplimiento de los objetivos marcados en el Acuerdo de París de no superar el aumento de temperatura en más de 1,5 °C a final de siglo. Además, según destaca Global Resources Outlook 2019 la extracción y procesamiento de recursos también estaría causando la pérdida del 90 % de la biodiversidad.
Sumado a estos datos, otros factores como el crecimiento de la población y el desarrollo económico, haría duplicar el consumo global de materiales para 2060, según indica la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a través del reporte Global Material Resources Outlook to 2060 (2018).
Para avanzar hacia una Unión Europea climáticamente neutra y lograr un uso eficiente de los recursos, se han puesto en marcha varios instrumentos y políticas públicas a nivel comunitario como el Pacto Verde Europeo; un nuevo paquete de propuestas para que los productos sostenibles sean la norma e impulsar la independencia de recursos de Europa que incluye un Reglamento sobre ecodiseño de productos sostenibles, una Estrategia para hacer que los textiles sean sostenibles y duraderos y la revisión de un Reglamento de productos de construcción que reforzará y modernizará la norma de 2011 para que los materiales sean más duraderos, reparables, reciclables y fáciles de refabricar. También se incluyen como otras medidas el Plan de Acción en Economía Circular 2020 y las directivas asociadas como la Directiva 2019/904 relativa a la reducción del impacto de determinados productos de plástico en el medio ambiente, la Directiva 2018/852 de envases y residuos de envases y la Directiva 2018/851 sobre los residuos.
A nivel nacional, nuestro país progresa hacia un modelo más sostenible a través de políticas como la Estrategia Española de Economía Circular “España Circular 2030” y su Plan de Acción 2021-2023 que marca una hoja de ruta para impulsar un nuevo modelo de producción y consumo sostenible. Además, en marzo de 2022 el Congreso de los Diputados aprobó la Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular con el fin de cumplir con las nuevas directivas europeas de residuos y establecer medidas destinadas a proteger el medio ambiente y la salud humana. Asimismo, se incluyen objetivos como la reducción de los residuos producidos de un 13 % en 2025 y de un 15% en 2030 respecto a los generados en 2010, o medidas como frenar la generación de basura dispersa en el medio marino o la eliminación de sustancias tóxicas en los materiales plásticos destinados a productos de alimentación.
En esta línea, instrumentos como España Visión 2050, la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, mediante el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Economía Circular (PERTE de Economía Circular) se presentan como políticas nacionales claves para el avance en la transformación hacia la economía circular que permita alcanzar una economía sostenible, competitiva, descarbonizada y eficiente en el uso de los recursos.