Por Nick Leopold, @nick_sordo 21 de septiembre, 2022
En México los residuos plásticos son una problemática que crece día con día y nos afecta a todas y todos. Actualmente se busca darle solución al problema a través de la economía circular. Sin embargo, las propuestas por parte de la industria en las cuatro audiencias públicas en la Cámara de Diputados sobre Economía Circular y regulación de plásticos de un solo uso ignoran un principio sin el cual no puede existir la economía circular: la transparencia.
La economía circular es el siguiente paso en la evolución de la economía lineal en la que vivimos. La economía lineal funciona a través de la extracción de recursos del medio ambiente para crear productos que son desechados rápidamente después de su uso (botellas, popotes, plásticos para envíos, etc.) En contraste, la economía circular busca que una vez que se extrae un material, este pueda perdurar el mayor tiempo posible en un ciclo de uso, reuso, y eventualmente reciclaje (el resultado del reciclaje es un producto de la misma calidad que el original, usando la menor cantidad de material virgen, energía y agua posible en el proceso).
La economía circular busca evitar que los materiales que ingresan al mercado se vuelvan basura; por ello es clave transparentar qué materiales ingresan. Esto permite eliminar el vacío de información que tenemos para entender la mejor manera de enfocar esfuerzos en prevención y manejo de residuos.
Las compañías que hacen uso de materiales plásticos en sus productos tienen un inventario de qué insumos compran para sus procesos. Estos datos deben estar consolidados en una plataforma nacional para entender qué plásticos ingresan al mercado (así como los aditivos y pigmentos que usaron, ya que dos productos del mismo material plástico pero con diferentes pigmentos no se puedan reciclar juntos). El consolidar estos datos nos ayudará a entender si los esfuerzos que existen hoy en día para gestión y manejo de residuos son tan eficientes como podrían serlo.
La transparencia en el uso de insumos por parte de la industria dará claridad sobre cuánta basura se genera, ya que podríamos -por ejemplo- comparar los insumos con el inventario de residuos de la Ciudad de México y saber los porcentajes exactos de cada material en términos de cuánto se recicló, cuánto se volvió basura en un relleno sanitario y cuánto se convirtió contaminación ambiental. Esto permitirá saber qué industrias hicieron uso de los materiales más contaminantes y hacerlos responsables de la infraestructura, gestión e impuestos necesarios para que estos residuos transiten de una economía linear a una circular (responsabilidad extendida del productor).
Este periodo legislativo presenta una oportunidad clave a México para ser un país referente en materia de economía circular y manejo de residuos. Apostemos a ser el referente mundial, en vez de decir que no somos los peores.
- Nick Leopold (@nick_sordo) es gerente de Océanos Libres de Plástico de Oceana.
