De acuerdo con datos del GI Hub, la infraestructura es responsable de 53% de emisiones de gases efecto invernadero en el mundo
Por Úrsula Carreño
La COP 27 (Conferencia de las Partes, por sus siglas en inglés) celebrada del 7 al 18 de noviembre del año en curso, convocó a 197 países para analizar, discutir y definir políticas públicas a favor de combatir el cambio climático.
En este sentido, México presentó una serie de compromisos a realizar:
• Aumentar de 22 a 35 por ciento la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos ocho años.
• Inversión de 48 mil millones de dólares en energías renovables.
• Reducción de emisiones en 52 millones de toneladas de carbono.
• Generación del doble de la emisión actual de energía limpia para 2030: 40GW más.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, las acciones anteriores se llevarán a cabo a través de tres ejes:
1) Soluciones que estén basadas en la naturaleza.
2) Transporte bajo en carbono.
3) Regulación y fomento industrial.
En lo que se refiere a las soluciones basadas en la naturaleza, el gobierno federal plantea como principal medida el uso del programa “Sembrando Vida”.
En el caso del transporte bajo en carbono se pretende transitar hacia la electromovilidad y que para 2030, 50 por ciento de los nuevos vehículos ligeros vendidos sea de cero emisiones.
Mientras que, para la regulación y el fomento industrial se llevará a cabo un programa para cogeneración y normatividad de la eficiencia energética y la aplicación de la estrategia nacional de economía circular.
Y este último punto es el que abordaré: el tema de la economía circular, enfocado hacia la infraestructura.
La economía circular se refiere a un modelo de producción y consumo sostenible en el tiempo en el que se optimizan los recursos, se reduce el consumo de las materias primas y se aprovechan los residuos, la idea es extender al máximo el ciclo de vida de los productos.
De acuerdo con datos del Global Infrastructure Hub (GI Hub), la infraestructura es responsable por alrededor de 53 por ciento de las emisiones de los gases efecto invernadero a nivel mundial; dado lo anterior, resulta necesario fijar la meta de descarbonizar a la infraestructura como parte de la transición de largo plazo hacia el objetivo de cero emisiones.
Y es ahí donde se propone aplicar los principios de la economía circular a todas las etapas del ciclo de vida de los proyectos, lo cual incluye la planeación, diseño, construcción y operación de éstos.
Según el GI Hub, la aplicación de la infraestructura circular se podría ver reflejada en:
a) El uso de materiales renovables en la construcción.
b) La fabricación de unidades modulares que permitan un fácil desmantelamiento y reciclaje.
c) La introducción de tecnologías que habiliten el monitoreo en la operación y la minimización del impacto en los ecosistemas.
d) El reaprovechamiento de la infraestructura existente para complementar o sustituir la necesidad de nueva infraestructura.
Por lo tanto, considero que la infraestructura circular puede ser una gran herramienta para que México contribuya a los objetivos planteados en la COP27; sin embargo, para que esto pueda concretarse, es necesaria la participación de todos los actores involucrados, es decir, del sector público y del privado; se deben precisar claramente las metas a alcanzar, las políticas a seguir y definir las barreras que pudieran existir para su implementación.
Fuente: https://heraldodemexico.com.mx/opinion/2022/12/13/economia-circular-enfocada-en-obras-465664.html