Residuos Sólidos en la Ciudad de México

La NADF-012-AMBT-2015 para el manejo
de grasas y aceites 

La norma ambiental NADF-012-AMBT-2015 de la Ciudad de México explica qué hacer con los aceites y grasas que nos sobran después de preparar nuestros alimentos, ya que son residuos de manejo especial que podrían generar problemas ambientales y a la salud si no se tratan adecuadamente, así que, a continuación, te presentamos algunos puntos importantes a considerar en el manejo de este tipo de residuos1

 



¡Detente! Reutilizar el aceite de cocina daña la salud

Las grasas y aceites de origen animal y/o vegetal son utilizadas en casas habitación, establecimientos industriales, comerciales, de servicios y otros ubicados en la vía pública. Cuando se han utilizado varias veces, excedieron la fecha de consumo diferente o presentan cambios de composición, ya no son aptos para consumo humano2. De hecho, después de ser usado varias veces, el aceite cambia sus propiedades químicas y no se recomienda su consumo, ya que puede ser dañino para la salud3. Es por ello que se debe manejar integralmente como residuo con el fin de evitar su disposición inadecuada y su comercialización como aceite para ser reutilizado de nuevo para la preparación de alimentos.

#Sí al reciclaje, No al drenaje

Verter el aceite de cocina usado al drenaje ocasiona que, al combinarse con otros residuos genere “piedras de grasa” capaces de obstruir tuberías y colectores que, al acumularse provocan derrames e inundaciones4. Las piedras de grasa generan malos aromas, proliferación de fauna nociva y condiciones que incrementan el riesgo sanitario y ambiental. Esto causa afectaciones a la movilidad vial y, en algunos casos, daños al patrimonio de los habitantes, así como el aumento de los costos por mantenimiento y operación del sistema de alcantarillado y dificultan el tratamiento de las aguas residuales. 


 

Tampoco está bien derramar los aceites en suelos ni cuerpos de agua, ya que pueden ocasionar efectos perjudiciales como la pérdida de productividad, biodiversidad y de servicios ecosistémicos, ya que, dependiendo del tipo de suelo, estas sustancias pueden ser absorbidas hacia el subsuelo, llegan a aguas subterráneas, que terminarían siendo contaminadas, ya que, un solo litro de aceite contamina hasta 40 mil litros de agua4. Otra consecuencia grave ocurre cuando el aceite forma películas duras o aceitosas en la superficie del agua o suelo, que impiden el paso de la luz solar, lo cual limita la fotosíntesis y con ello la producción de oxígeno. Estas condiciones pueden causar alteraciones en las poblaciones de animales y plantas que habitan ahí, incluso la desaparición de las mismas. 

Afortunadamente, el aceite vegetal de cocina usado puede ser recuperado y utilizado como materia prima para la elaboración de nuevos productos, como un bioaditivo que al mezclarse con diesel reduce las emisiones contaminantes del transporte que lo utilice. Para recuperar el aceite domiciliario, de Mercados Públicos de la ciudad y de algunas cadenas de alimentos, se diseñó la campaña Mi cocina no contamina. Infórmate cómo sumarte al acopio del aceite vegetal de cocina usado para la protección de nuestra salud y la del ambiente de nuestra ciudad.


 







Ahora ya tienes la información necesaria para desechar responsablemente los aceites comestibles.

Es momento de aplicar lo que aprendiste y seguir cuidando el ambiente.