En México hay cerca de 33 millones de hogares y 70% de estos tiene un animal de compañía. Más de la mitad de estos son perros, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), aunque también hay un gran agrado por la compañía de gatos.
Según un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (2018), un perro de tamaño promedio, es decir, unos 15 kilos, evacúa diariamente cerca de 600 gramos de excremento. Esto significa un total de 18 kilos al mes, de los que la mayoría son heces que no son recogidas o aún peor, que provienen de animales sin hogar.
En la Ciudad de México la contaminación por heces ha crecido desmedidamente a causa de que algunas personas no recogen las heces de sus animales de compañía en los espacios públicos.
Esto pone en riesgo la salud ambiental y humana pues, dentro de la materia fecal se desarrollan organismos patógenos, es decir, aquellos que provocan enfermedades en otros animales; pueden ser virus, bacterias, hongos, entre otros.
Cuando se degradan al aire libre, las heces se pulverizan y con acción del viento fácilmente pueden llegar a la boca, nariz, ojos y piel de animales humanos y no humanos, causando enfermedades gastrointestinales, respiratorias, oftálmicas y cutáneas, principalmente1.
Por eso, en nuestra ciudad la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) a través de la Dirección de Cultura Ambiental (DCA), en conjunto con la Agencia de Atención Animal (AGATAN) nos dimos a la tarea de iniciar una campaña “Manos a la obra” para informar a la sociedad los impactos al ambiente y a la salud humana que tiene el manejo de las heces de nuestros animales de compañía.
Con “Manos a la obra” también ofrecemos diferentes alternativas para dar un manejo adecuado y así reducir la contaminación que se genera por este tipo de desechos.
En ese contexto desarrollamos un Manual de manejo responsable de heces, caminatas donde las y los expertos en animales de compañía nos brindan sus conocimientos para relacionarnos de forma sana con nuestros perros y gatos, a la vez que cuidamos nuestro entorno, de tal forma que todo esto contribuye a que juntas/os nos convirtamos en tutores responsables de nuestros tan queridos animales de compañía.
Tal vez parezca una acción muy sencilla, pero no realizarla puede traer graves consecuencias. Imaginate, un perro sin un cuadro médico adecuado y vigente puede transmitir, a través de sus heces, enfermedades que pueden ser letales tanto en humanos como en otros animales domésticos y silvestres. Ejemplo de ello es el parvovirus canino, que se transmite entre perros a través de heces, vómito y objetos que tuvieron contacto con éstos. Otro ejemplo es la leptospirosis cuya transmisión es directa por contacto con orina o fluidos del animal infectado.
Además, las heces de nuestros animales de compañía afectan a la fauna silvestre, esto pone en riesgo el equilibrio ecológico del ecosistema chilango, ya que la fauna silvestre juega un papel muy importante en su funcionamiento. Incluso, los desechos de nuestros animales de compañía afecta la calidad de los suelos, agua y aire, emiten gases de efecto invernadero, como el metano, que traen como consecuencia el calentamiento global y el cambio climático, problemas de nivel mundial que tienen efectos devastadores.
¿Te das cuenta de lo importante que es levantar la popó de tu animal de compañía? Si te faltan razones para convencerte, también podemos decirte que en nuestra ciudad existe la Ley de Cultura Cívica del Distrito Federal que considera como infracciones contra el entorno urbano que los habitantes se abstengan de recoger, en vías o lugares públicos, las heces de un animal de compañía bajo su custodia. El castigo es una multa de 11 a 20 días de salario o arresto de 13 a 24 horas. Por eso es mejor poner manos a la obra y recoger y manejar adecuadamente los desechos de nuestros animales de compañía. No hay mejor forma de agradecerles por su cariño, compañía y afecto incondicional que siendo tutoras y tutores responsables de estos seres vivos y sintientes que dependen de nosotros, tanto como nosotros dependemos de la naturaleza. Recuerda que si nuestro ecosistema chilang@ está sano, nosotras/os y nuestros animales de compañía también lo estaremos.
1 Zúñiga Carrasco IR, Caro Lozano J (2020) Heces caninas: un riesgo permanente sin control para la salud pública, Revista latinoamericana de Infectología Pediátrica, 33(2): 74-77, DOI: 10.35366/94417. 2 Alonso Forero, M. P. (2020). Leptospirosis canina y su importancia diagnóstica. (Tesis de pregrado, Universidad Cooperativa de Colombia) Repositorio institucional UCC. http://hdl.handle.net/20.500.12494/20251