Residuos Sólidos en la Ciudad de México

Plásticos desechables

Seguramente has leído, escuchado o visto algo sobre los “plásticos de un solo uso” a partir de la entrada en vigor de su prohibición en nuestra ciudad. De acuerdo con la ONU, son productos hechos de plástico diseñados para utilizarse una sola vez antes de ser descartados o reciclados, mientras que la Ley de Residuos Sólidos (la cual rige en nuestra ciudad) los define de una manera muy similar: 

“Productos que se fabrican total o parcialmente a partir de plástico y que no están concebidos para lograr, dentro de su vida útil, múltiples rotaciones al ser devueltos al productor para su recarga o ser reutilizados del mismo modo en que fueron concebidos, tales como bolsas, tenedores, cuchillos, cucharas, palitos mezcladores, platos, popotes o pajillas, bastoncillos para hisopos de algodón, globos y varillas para globos, vasos y sus tapas, charolas para transportar alimentos, aplicadores de tampones, fabricados total o parcialmente de plásticos…”


Piensa, por ejemplo, en todo aquello que compras cuando planeas una fiesta; requieres vasos para la bebida, platos para la comida y otros más pequeños para el pastel, cubiertos, globos, popotes, bolsas de plástico para los dulceros o para que los invitados se lleven su itacate. Quizá falten más, pero básicamente los plásticos de un solo uso son los plásticos desechables.

Viajemos un poco al pasado, el plástico surgió como un material novedoso y muy atractivo por su flexibilidad, resistencia y durabilidad. Fue un material que permitió muchos avances tecnológicos y mejoras en la vida diaria gracias a sus cualidades; por lo que se ha usado para contener, conservar y transportar casi todos los productos que compramos a diario.  






Pero, ¿qué pasa con estos plásticos al final de su “vida útil”? A la naturaleza le toma de 100 hasta mil años desintegrarlo a través de procesos físicos, químicos y biológicos para regresarlo al ciclo natural del ambiente, que es de donde vienen1. Ahora, trata de imaginar  este proceso de desintegración como la digestión que realiza nuestro estómago con los alimentos que ingerimos. ¡Seguro lo sentiríamos como una gran indigestión!

 



Tan sólo para que puedas visualizar el impacto que generan en el medio ambiente los plásticos de un solo uso, te compartimos el tiempo que tardan en desintegrarse algunos de ellos,2,3 :

  • Bolsa de plástico: 50 a 150 años.
  • Aplicadores de tampones 150 años.
  • Hisopos: 300 años.
  • Cubiertos de plástico: 400 años.
  • Globo: 450 años.
  • Platos de plástico: 500 años.
  • Popotes de plástico: 500 a 800 años.
  • Vasos de plástico: 1000 años.



Claro que este tiempo varía dependiendo del lugar en el que se encuentren dichos plásticos. Lo preocupante de esta situación es que solo algunos de ellos llegan a los rellenos sanitarios, sitios donde se desintegran de manera controlada. Si nos ponemos a pensar en las 1717 toneladas (ton) de plásticos que generamos en nuestra ciudad al día4, podemos ver que estamos generando un daño muy grande a nuestros suelos, mares, ríos y hasta el aire que respiramos.

Sobre la idea que surgió en temporada de pandemia por COVID-19, de que “se puede evitar el contagio al utilizar desechables”, debes saber que usar desechables no garantizan una protección total o parcial en contra del contagio, pues algunos estudios revelaron que el Coronavirus puede quedar activo en la superficie de los plásticos desechables hasta por 3 días. De verlo de esta manera, es posible que si lavamos la vajilla y los vasos que utilizamos en casa de forma regular, estaríamos frenando el contagio, ya que el jabón desactiva al Coronavirus al contacto.




En cuanto al manejo de los plásticos, debes saber que el mal hábito de algunas personas de tirar basura en las calles, da como consecuencia que algunos plásticos no lleguen a los sitios donde pueden reciclarse, mucho menos a los rellenos sanitarios, por el contrario,  terminan en sitios naturales, coladeras, el drenaje y eventualmente en el mar, donde su tiempo de degradación e impacto en el ambiente será lamentable. Lo preferible es que se reduzca la cantidad de plásticos mal desechados, para evitar la contaminación que generan.







¿Te has preguntado por qué cada vez se presentan eventos climáticos extraños, como sentir calor en invierno, lluvias fuertes en primavera o fríos esporádicos? Así es, los plásticos de un solo uso también son una de las causas de estos cambios, pues mientras se desintegran los plásticos liberan sustancias tóxicas como el metano y el etileno, potentes gases de efecto invernadero5, es decir, aún en su descomposición contribuyen al calentamiento global, un proceso que ha generado grandes cambios en nuestro clima actual y cuyos efectos son devastadores.

Además, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) calcula que cada año ingresan a nuestros océanos 11 millones de toneladas de plásticos, esto  impacta directamente a más de 700 especies de la vida silvestre. Entre los principales afectados están las tortugas marinas, corales, peces, aves marinas, ballenas, delfines, moluscos y crustáceos de consumo humano, entre otros, quienes llegan a confundir los microplásticos con alimento, los consumen y mueren después de un tiempo6
 

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Es importante entender que el mayor problema no es el plástico en sí, sino el uso excesivo que le damos, muchas veces innecesario. Los desechables se han convertido en los acompañantes fáciles de la vida moderna que, si bien son productos facilitadores y accesibles, contaminan desde su fabricación hasta el momento de su desintegración tardía, ¡y  sólo les damos unos minutos de vida útil!

El problema no es el plástico en sí, sino el uso irresponsable que le damos, porque los usamos unos minutos y los desechamos sin pensar en el daño que causarán al planeta y a sus habitantes durante cientos de años.


Mejor, únete al reto de mejorar nuestro ambiente al protegerlo de los plásticos desechables. Dile no a los plásticos de un solo uso, ten un consumo responsable e invita a tus familiares, amigas/os y conocidas/os a sumarse a la iniciativa Basura Cero Plan de Acción de la Ciudad de México para una Economía Circular.