Residuos Sólidos en la Ciudad de México

 ¿Por qué transitar a un modelo de economía circular?

En nuestra ciudad el Plan de Acción Basura Cero, ha servido como marco para avanzar hacia un modelo de economía circular que permita transitar y alcanzar la meta cero residuos, donde preservamos la utilidad al otorgar un valor adicional a los productos, bienes y servicios. Para tal fin, se marcan estrategias y acciones dentro del Programa de  Gestión Integral de Residuos para la Ciudad de México (PGIRS) 2021-2025 que permitan establecer un sistema de planeación para su cumplimiento.

Para notar lo importante de estas acciones es necesario distinguir entre dos modelos económicos importantes, el lineal y el circular, pues su implementación puede generar grandes cambios en el ambiente.
 
 

Economía lineal

Cuando hablamos del modelo económico tradicional, la economía lineal, nos referimos a privilegiar lo efímero y desechable; es decir, los productos diseñados bajo esta perspectiva tienen el propósito de ser usados y desechados en un tiempo muy corto, priorizando el consumo sin pensar en las necesidades que realmente queremos cubrir, ni el tiempo de vida útil del producto, mucho menos si al ser desechado podrá ser valorizado o reaprovechado de algún modo. La economía lineal está enfocada en la fabricación y el desecho; por tanto, en la extracción de materias primas, producción y desecho rápido, de manera que no hay opción de considerar la enorme huella ambiental que éste modelo deja a su paso. 

Por eso, a fin de disminuir las consecuencias ambientales, económicas y sociales derivadas de la gran generación de residuos (para garantizar un adecuado uso de los recursos que se extraen para la creación de materiales y servicios que logren satisfacer las necesidades de la ciudadanía, sin comprometer los recursos de las futuras generaciones), resulta necesario cambiar los modelos de producción y consumo a un sistema más responsable basado en la economía circular.
 

Economía circular

Contrario al modelo lineal, la economía circular permite extender el tiempo de vida de los productos, diseñarlos para su reuso y máximo aprovechamiento al ser desechados o gestionados adecuadamente para que puedan ser reintegrados a nuevas cadenas de valor, reduciendo así la cantidad de recursos que se extraen de la naturaleza y la huella ambiental.

 
Los modelos naturales del planeta han demostrado ser eficientes y capaces de perdurar en el tiempo; permiten que la materia fluya para generar únicamente los residuos que son aprovechables por otros en un modelo circular. Realizar esta transformación del sistema económico necesita de la suma de esfuerzos, siendo efectivo el trabajo coordinado entre el gobierno, la industria y la ciudadanía desde sus facultades y responsabilidades. Sólo de este modo se observa posible establecer una ciudad resiliente mediante mejores prácticas que permitan reducir la contribución de los residuos a la contaminación atmosférica y al cambio climático; formando un sistema sostenible en sus modelos de diseño, producción,  consumo y desecho.
 

La importancia de la responsabilidad compartida y la responsabilidad extendida

 

De alguna u otra forma todas/os tenemos parte en la cadena de valor de un producto, por ejemplo: las empresas son las encargadas de fabricar bienes y/o servicios que, una vez listos, son transportados y distribuidos a las tiendas. Ahí, la/os comerciantes los ofertan para que finalmente lleguen a manos de la/os consumidores o usuaria/os. Las empresas, los distribuidores y comerciantes reciben ganancias al realizar estas actividades y las personas consumidoras cubren necesidades, es decir, todos somos beneficiarios. Sin embargo, es justo reconocer que además de beneficios también se adquieren responsabilidades que aplican en todos los niveles y a cada una/o de los participantes de este proceso; es decir, desde productores hasta consumidores. 

Aquí es donde surgen dos conceptos que son muy importantes e imprescindibles dentro de la visión de una economía circular: la responsabilidad compartida y la responsabilidad extendida. 


Responsabilidad extendida

Gestiona a lo largo del manejo integral de los residuos la disminución de los mismos así como la reducción del consumo de los recursos naturales y económicos. Busca garantizar, mediante la participación activa de la/os productores, un mejor diseño de los productos para su adecuada gestión y establecer, mediante acciones estratégicas, sistemas de retorno que otorguen mayor calidad a los residuos para su consideración como nuevo producto. Este, a su vez, podrá ser utilizado como materia prima, susceptible de aprovechamiento, introducido para la recuperación energética.
 

Responsabilidad compartida

Según la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR), este tipo de responsabilidad es el principio mediante la cual se reconoce que los residuos sólidos urbanos y de manejo especial son generados en actividades que satisfacen necesidades de la sociedad, mediante cadenas de valor tipo: producción, proceso, envasado, distribución, consumo de productos y desecho de los residuos. En consecuencia, el manejo integral de dichos residuos es una corresponsabilidad social y requiere la participación conjunta, coordinada y diferenciada de productores, distribuidores, consumidores, usuarios de subproductos, y de los tres órdenes de gobierno según corresponda.)
 
Para el gobierno capitalino impulsar acciones que fomenten y promuevan la responsabilidad compartida y extendida es uno de los pilares en la transición hacía una economía circular. Debemos de ser conscientes de que cada una de nuestras acciones son importantes y forman parte de un mecanismo que necesita que todos hagamos nuestra parte para que sea exitoso.
 

Desafíos y oportunidades

La migración hacia un esquema de Economía Circular implica importantes desafíos para la ciudadanía, empresas, comercios y también para el gobierno, ¿cuál es la razón? La necesidad de modificar los hábitos de consumo y desecho que tenemos; así como la  reestructuración de los sistemas de producción y la creación de políticas e instrumentos que sirvan de guía para estas acciones.

Ejemplo de ello es que muchas industrias diseñadas bajo los principios de la economía lineal tendrán que repensar y rediseñar sus procesos para poder transitar a los esquemas de la economía circular, lo que representa importantes retos técnicos y económicos; por otro lado, algunas empresas que actualmente se desarrollan bajo el modelo de economía circular tienen dificultades para competir en un mercado que privilegia a un sistema de producción lineal. Es por ello que en la Ciudad de México se han diseñado diversas acciones que promueven hábitos de producción y consumo sostenibles con el fin de fomentar el desarrollo de empresas que oferten bienes, productos y servicios bajo esquemas de economía circular y asegurar que éstos se encuentren al alcance de todos. 

Entre los instrumentos que contempla el gobierno capitalino para transitar de manera paulatina a este tipo de economía, se encuentran: 



a. Programa de Gestión Integral de Residuos Sólidos de la Ciudad de México 2021-2025:
 
  • Fomentar los planes de manejo de las industrias que desarrollen sus productos bajo esquemas de economía circular y responsabilidad compartida.
  • Promover mediante incentivos el incremento de personas físicas y morales que realizan actividades relacionadas con el manejo de residuos.
  • Generar un cambio de hábitos de consumo en la ciudadanía mediante campañas de comunicación con enfoque de consumo responsable.
  • Promover los empleos verdes en el manejo de residuos que permitan transitar a esquemas de economía circular.
  • Proponer incentivos a las empresas que se desarrollen en vistas de esquemas circulares y aprovechamiento de residuos.
  • Crear modificaciones necesarias para avanzar hacia un modelo de economía circular.
  • Establecer los principios básicos para un modelo de economía circular.

c. el Plan de Acción Basura Cero, hacía una Economía Circular, 

d. Programa de Acción Climática de la Ciudad de México 2021 - 2030 y la Estrategia de Acción Climática 2021 - 2050. 


Conoce las acciones que como ciudadanas/os podemos llevar a cabo para transitar a la economía circular.
 

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