Todos los materiales de los que se componen nuestros bienes y servicios provienen de la naturaleza. Para llegar a nuestras manos, primero se tuvo que extraer la materia prima que luego se transporta, se procesa y se fabrican los componentes necesarios para desarrollar un producto. Entonces el ciclo de vida de un material toma en cuenta desde su producción, transporte, puesta en obra, vida útil, desinstalación y gestión de los residuos que se generan¹.

¿Te has puesto a pensar de qué se componen los productos que utilizas en tu vida cotidiana? Por ejemplo, los aparatos electrónicos que utilizamos de manera habitual están integrados hasta por, ¡69 elementos de la tabla periódica!² Entre ellos se encuentran el cobre, hierro, galio, estaño, incluso oro y plata; además de otras materias primas como el plástico y el vidrio. 

En el caso del plástico, este es un material sintético creado a partir de hidrocarburos como el petróleo. Este petróleo es extraído en ocasiones en plataformas a kilómetros de las costas y enviado a refinerías en tierra donde será convertido en resina plástica que será la materia prima para los componentes plásticos del teléfono. De igual manera, los componentes metálicos serán extraídos de la tierra, en minas, y a través de procesos altamente contaminantes el metal será convertido en materia prima para los circuitos del teléfono³.

Para llevar a cabo las actividades de nuestro día a día utilizamos diversos artículos, algunos de ellos se han convertido en un instrumento necesario para trabajar, estudiar y comunicarnos. Un ejemplos es el teléfono celular, que ha venido evolucionando con el fin de adaptarse y cubrir las exigencias del mundo actual, por lo que se ha vuelto indispensable en nuestra vida cotidiana. 

Como nos dimos cuenta al inicio de esta sección, estos aparatos están compuestos de numerosos materiales y cada uno de ellos ha tenido que pasar por un proceso específico para poder formar parte del dispositivo que tenemos en nuestras manos, donde estás leyendo esto.

En el caso del plástico, te podemos contar que es un material sintético creado a partir de hidrocarburos como el petróleo, el cual es extraído en plataformas ubicadas a kilómetros de las costas y luego, enviado a refinerías en tierra donde será convertido en resina plástica: materia prima para los componentes plásticos del celular. De igual manera, los componentes metálicos serán extraídos de la tierra, en minas a través de procesos altamente contaminantes. Luego, el metal será convertido en materia prima para construir los circuitos del celular.

Sin embargo, también existen productos que no son muy esenciales en nuestras vidas o, al menos, no en el día a día y aún así los utilizamos por la practicidad que representan, a pesar de que su uso no esté justificado y origine serios problemas ambientales. Un ejemplo que podemos darte es el conocidísimo vaso de plástico desechable. Es un producto elaborado con hidrocarburos extraídos a cientos de kilómetros de tu hogar. Tras un procesamiento que incluyó agua, energía, trabajo humano, tierra y materia prima se crearon éstos plásticos desechables. Luego de obtener el producto final, en este caso, el vaso de plástico, se empaca y envía a los centros de distribución, después a los anaqueles de las tiendas para que tú los puedas comprar. ¿Te has puesto a pensar cuánto tiempo ha pasado desde que se extrajo la materia prima de la tierra hasta que llegó al anaquel? Estos pasos pudieron tomar varias semanas o incluso meses. 

El siguiente paso en su ciclo de vida, es su uso. El vaso, por ejemplo, será usado en una fiesta, beberás de él y después de unos minutos, será desechado. ¿Poco tiempo de uso después de todo el trabajo que se necesitó para crearlo, no crees?

Con suerte, recordaremos colocar en el bote correcto nuestro vaso para que sea enviado a un centro de reciclaje, para que sea transformado en materia prima; otra vez, el proceso de reciclaje requerirá energía, agua y trabajo humano. Con menos suerte, después de usar el vaso, lo tiramos junto con el resto de los residuos y será enviado a un relleno sanitario, porque al no separarlo adecuadamente, pierde la posibilidad de reciclarse; en el peor de los escenarios, el vaso terminará tirado en algún espacio público y contaminará los ecosistemas. Aquí es donde finaliza el ciclo de vida de nuestro producto al no ser aprovechado o reintegrado a otras cadenas de producción. 

Nuestro vaso de plástico de un solo uso requirió importantes cantidades de materiales y energía para su fabricación, ¿te parece justo que sea desechado después de un tiempo de uso muy corto? Por ello, es importante que seamos conscientes del ciclo de vida de los productos que adquirimos y del impacto ambiental y social que llevan consigo.


Preferir productos reutilizables, reparables y con un alto potencial de reciclaje evita que sean enviados a rellenos sanitarios y reduce el impacto ambiental al extender su tiempo de vida útil.

Estas son algunas de las propuestas de la economía circular que en la siguiente entrada abordaremos