¿Sabías que desde 1950 cada 7 de abril se conmemora el Día Mundial de la Salud? Además, ¡se celebra el mismo día en que nació la Organización Mundial de la Salud (OMS)!
Es la oportunidad perfecta para contarte acerca de la cobertura sanitaria universal y el papel fundamental que desempeña la atención primaria de la salud en el marco del virus que ha afectado a la población de todo el mundo: el Covid-19.
Primero, ¿qué es la atención primaria de la salud (APS)? Es la asistencia sanitaria esencial accesible para todos los sectores poblacionales1; para que sea más claro, ¿a qué lugar asistes cuando te sientes mal? Correcto, a las instancias de salud pública, pues bien, éstas se encargan de informar, prevenir, proteger, cuidar, curar y rehabilitar en el día a día de la sociedad y a costos accesibles, ésto antes de que sean trasladados a centros especializados.
Segundo, referente a la cobertura sanitaria universal en el caso “Coronavirus”: por medio de informes médicos y de laboratorios el mundo fue conociendo las características y consecuencias del virus, así como las acciones que debían realizar (tanto médicos como sociedad) para evitar el contagio.
¿Quieres saber más al respecto? De acuerdo con los responsables de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jean Marc Gabastou y Cristian Morales Fuhrimann, México fue el primer país latinoamericano en poner en práctica un instrumento de detección del coronavirus2, un paso elemental para disminuir la velocidad de dispersión de la pandemia. ¿Ya puedes ver la relación de la APS y la cobertura sanitaria universal? Bueno, pues los centros de salud son la primer línea de fuego ante esta contingencia, ya que médicos y enfermeras se encargan de descartar y trasladar casos de posibles infectados. ¿Lo habías visto de esta forma?
La labor de este primer filtro resalta la importancia de acudir a estos centros y del tratamiento que dan, gracias a su atención la ciudadanía adquiere una cultura de prevención y educación médica. Por ello es una tarea en conjunto, también está nuestra responsabilidad como ciudadanos de acatar las indicaciones emitidas por los centros de salud y por la OMS, así prevenimos de contagiarnos o, en el peor de los casos, de contagiar a los demás.
Ahora, ¿leíste sobre el supuesto avistamiento de delfines en Venecia o que en China elefantes bebieron vino hasta quedarse dormidos con la leyenda “la naturaleza recupera su territorio”?, lamentamos informarte que es falso.
Sin embargo, lo que sí es un hecho - y una de las consecuencias inesperadas a causa del brote mundial de Covid-19 - es la reducción en las emisiones de gases que contribuyen al cambio climático y, como consecuencia, un aire más limpio.
Un ejemplo de este efecto colateral es China que, tras el cierre de fábricas y comercios, ha presentado una baja sustancial en el consumo de combustibles fósiles, así como su disminución de consumo industrial y la demanda habitual de electricidad de acuerdo con el Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA) en Estados Unidos.
¿Te has imaginado las consecuencias ambientales que este brote dejará alrededor del mundo? ¿Y si estos cambios paulatinos que está teniendo el medio ambiente (como consecuencia de la pandemia) los fuéramos generando sin la necesidad de este tipo de contingencias? Por eso, como bien lo señala la OMS, debemos ocuparnos de los grandes determinantes de la salud, incluidos los factores sociales, económicos y ambientales.
1 Consultado en: www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/primary-health-care
2 Consultado en: aristeguinoticias.com/2303/mexico/da-oms-espaldarazo-al-
gobierno-mexico-frente-al-covid-19/
¿En qué piensas cuando escuchas la palabra “ozono”? Seguro te viene a la cabeza la capa que nos protege de la dañina radiación ultravioleta sin la cual ni el mejor bloqueador nos salvaría del ardor de piel e incluso de enfermedades graves como el cáncer de piel.
Déjame decirte que el ozono es más que eso y que, dependiendo del lugar en el que se encuentre, puede ser un héroe o un villano.
Ser el bueno o el malo del cuento, depende del lugar dónde se forme y se encuentre. Resulta que el ozono puede formarse en dos lugares: uno es la estratosfera, una capa superior de la atmósfera que se encuentra a más de 20 km por encima de nuestras cabezas y cuando ahí se produce, ahí se queda. Es gracias al papel que juega el ozono en esta capa que podemos considerarlo un héroe.
Por otro lado, el llamado ozono troposférico se encuentra a la altura de la atmósfera en la que nos movemos, así que lo podemos respirar y tiene efectos negativos en nuestra salud. Este es el villano.
Pero ¿sabías que somos nosotros los que propiciamos la generación de este ozono troposférico? Al usar solventes, pinturas, aromatizantes en casa, al transportarnos en auto y quemar gasolina o, incluso, si la gasolina o el gas sin quemar, salgan al ambiente1 se liberan dos contaminantes: compuestos orgánicos volátiles (COV) y óxidos de nitrógeno (NOx). Cada uno por separado es dañino, pero al entrar en contacto los COV y NOx en presencia de la radiación solar, se produce una reacción química de la que resulta el ozono que respiramos2.
Al entrar en nuestro sistema, el ozono puede ocasionar irritación de nariz, ojos y garganta; generar tos y dificultad para respirar; dolor de cabeza, aumento en la susceptibilidad a infecciones respiratorias y complicaciones en padecimientos como asma, enfisema y bronquitis crónica3. Esto puede complicar las condiciones de salud de las personas ante la pandemia que se vive en la actualidad, ya que el COVID-19 ataca directamente al tracto respiratorio.
Como te imaginarás, por todos los productos que usamos y por la forma en que nos transportamos, en la Ciudad de México siempre hay ozono en el aire que respiramos. Sin embargo su concentración varía a lo largo del año. Actualmente nos encontramos ya en la temporada de ozono. ¿Lo sabías?
Cada año en esta temporada ocurren altas concentraciones de ozono en el aire, incluso cuando el flujo de los autos sea bajo, todas aquellas actividades en las que se liberen los COVs y NOx, son suficientes para que se incremente la formación de ozono bajo las condiciones de temperatura y radiación que caracterizan a este periodo del año. Este año inició el 15 de febrero y concluirá el 15 de junio.
El ozono es uno de los contaminantes que más se toma en cuenta para la activación de las Contingencias Ambientales. Todos los días se llevan a cabo monitoreos de su concentración y de otras partículas microscópicas (PM) en la Zona Metropolitana del Valle de México, y así es como se determina la calidad del aire de nuestra urbe, que puedes consultar en AireCDMX.
Como puedes darte cuenta, la calidad del aire depende de nuestras acciones. Por eso, en esta temporada de ozono, disminuye el uso del auto, utiliza bicicleta o camina cuando te traslades a distancias cortas, evita el uso de aerosoles, solventes y pinturas, tampoco olvides realizar revisiones periódicas de la instalación de gas de tu hogar para prevenir fugas. ¿Qué dices, te animas a luchar contra el villano? Porque todas y todos respiramos el mismo aire, ¿tú a qué te comprometes?
Más información: www.aire.cdmx.gob.mx/default.php?ref=Y2I
1 Ozono. SIMAT. 2009. www.aire.cdmx.gob.mx/descargas/publicaciones/
simat-folleto-ozono.pdf
2 Inventario de emisiones de la Ciudad de México. 2016. www.aire.cdmx.gob.mx/
descargas/publicaciones/flippingbook/inventario-emisiones-2016/mobile/
3 Temporada de ozono. www.aire.cdmx.gob.mx/descargas/publicaciones/
TEMPORADA-OZONO-2020.pdf
En la Ciudad de México se viven fuertes contradicciones con respecto al agua. Hay familias que viven con desabasto de agua, otras que se inundan y algunas, que viven ambas condiciones.
Los problemas más evidentes en temporada de lluvias son las inundaciones, los problemas de circulación de sistemas colectivos de transporte como el Metro, Trolebús y Metrobús, y los embotellamientos vehiculares.
Sin embargo, una problemática aún más importante y poco visibilizada, que se conecta con la carencia del agua, es el enorme desperdicio que ocurre cuando el asfalto y el cemento de la ciudad impiden que el agua de lluvia sea absorbida por el suelo.
El agua de lluvia que llega al drenaje y se mezcla con las aguas negras, pierde la posibilidad de ser aprovechada y reciclada en la misma ciudad.
Según datos de la Comisión Nacional del Agua (2018) cada año caen sobre la ciudad un billón 489 millones de metros cúbicos de agua. De manera casi irónica y contradictoria, frente a esta gran cantidad de agua, más de un millón y medio de personas en la ciudad no reciben agua todos los días (Watss, 2015 en Sedema, 2020) y más de 300 mil (INEGI, 2015), carecen de acceso a la red pública de agua entubada. La escasez de agua se explica por la poca infiltración de agua a los mantos acuíferos, por su sobreexplotación, así como por las fugas y el desperdicio que hacemos los habitantes de la ciudad.
Las lluvias en la Ciudad de México permiten múltiples beneficios ambientales, entre los más evidentes son que se refresca y limpia la atmósfera, se lavan las calles, crece y se reverdece la vegetación. Pero también, bajo un enfoque de cosecha, la lluvia puede generar un nuevo beneficio: proveer de agua, directamente y en su domicilio, a más familias y establecimientos.
La Cosecha de lluvia es la acción de conducir el agua que cae en azoteas o patios a un tinaco o cisterna para almacenarla y que pueda utilizarse cuando se necesite. Es una opción viable para viviendas, escuelas y centros de trabajo, que aprovecha los recursos y enfrenta la escasez.
La cosecha de lluvia ayuda a:
Enviar menos agua al drenaje, lo que se traduce en menos inundaciones.
Disminuir la cantidad de energía para bombear y transportar agua a las viviendas, lo que se traduce en menos emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.
Reducir la demanda de agua y la dependencia de la red pública de abasto, lo que reduce la sobreexplotación del acuífero.
Proporcionar una fuente de agua alternativa durante 5-8 meses del año, lo que mejora la calidad de vida de los que la reciben.
En 2019, el Gobierno de la Ciudad de México a través de la Secretaría de Medio Ambiente inició un programa de cosecha de lluvia instalando Sistemas de Captación de Agua de Lluvia (SCALL) en 10 mil viviendas de las alcaldías Xochimilco e Iztapalapa. Las personas beneficiarias recibieron una capacitación para el correcto manejo de sus sistemas de cosecha de lluvia y se les dará acompañamiento durante un año para garantizar su correcta operación. Estos 10 mil sistemas no sólo han hecho a muchas familias felices, también son ejemplos positivos de una tecnología que es sencilla, replicable y altamente efectiva. Esta experiencia ha demostrado una vez más, que la práctica de la cosecha de agua de lluvia es una alternativa viable y deseable en la Ciudad de México. Este año se instalarán otros 10 mil sistemas. La convocatoria puede consultarse en: https://sedema.cdmx.gob.mx/programas/programa/programa-de-sistemas-de-captacion-de-agua-de-lluvia-en-viviendas-de-la-ciudad-de-mexico
¿Te cuesta vivir sin bolsas de plástico? Los cambios no son fáciles, pero muchas veces nos hacen libres.
Recuerda, por ejemplo, cuando aprendiste a andar en bicicleta. Para no caerte tenías que colocar dos rueditas a los costados de la llanta trasera, te daban soporte y, sobre todo, confianza. Esas rueditas te hicieron sentir cómoda (o) y segura (o), tanto que hasta olvidaste que estaban ahí. ¿Qué sentiste cuando te dijeron que tenías que quitarlas y te subiste a la bici por primera vez sin ellas?, ¿sentiste miedo, pensaste que caerías?, pero luego descubriste que sin ellas podías ir aún más rápido y que al final de cuentas no necesitabas más esas rueditas.
Lo mismo pasa con las bolsas de plástico. Nos ofrecen comodidades al momento de ir de compras para cargar y guardar muchas cosas. Sin embargo, ya era tanta comodidad que se nos hizo fácil usar y tirar cuanta bolsa nos llegara a las manos, después de haberla usado, a lo mucho, dos veces.
Olvidamos que podíamos usar otro tipo de recipientes o materiales para cargar y guardar nuestros productos comprados en el mercado, súper o en la tiendita de la esquina.
No te angusties si ya no puedes usar más bolsas, piensa que así como fue un reto andar en bici sin rueditas, al final te sentirás más libre sin tanta bolsa de plástico de un solo uso. ¡Suéltate de la bolsa! Con esta simple acción ayudas a evitar la acumulación de tantas bolsas de plástico que se quedarán contaminando el planeta por más de 100 años, porque-por si no lo sabías-de todas las bolsas que usamos en la ciudad, sólo se recicla el 1%1.
Nuestra ciudad y nuestro planeta necesitan que te sueltes de la bolsa. Ayúdanos a construir una ciudad sin tanto plástico, una ciudad #BasuraCero.
1La historia de la bolsa de plástico, desde su nacimiento hasta su prohibición. ONU Medio Ambiente.
www.unenvironment.org/es/noticias-y-reportajes/reportajes/la-historia-de-la-bolsa-de-plastico-desde-su-nacimiento-hasta-su