Cubrebocas de tela, la "nueva moda" ambiental

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Ya es agosto y en la Ciudad de México llevamos 5 meses lidiando con la pandemia por SARS-COV 2. Y entre todos los cambios que ha traído esta situación a nuestra vida, el uso de cubrebocas en los espacios públicos parece ser un hábito que llegó para quedarse, al menos, hasta que los expertos en salud mundial, nacional y local, indiquen lo contrario.

Al inicio de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo recomendaba el uso de este tipo de artículos de prevención para el personal médico, enfermeras(os), trabajadores de la salud, trabajadores de limpia y personas que tuvieran síntomas como fiebre, fatiga, pérdida del apetito, olfato y gusto, así como quienes tuvieran dificultad respiratoria, diarrea, dolor de cabeza, congestión nasal o tos1.

Aún así, desde el inicio del confinamiento en nuestra ciudad, muchas personas optaron por el uso de cubrebocas y guantes desechables, a tal grado que hubo desabasto de estos artículos luego de pasadas las dos primeras semanas de encierro. Pero esto no fue lo peor, el uso excesivo de este artículo ha incrementado hasta dos veces la cantidad de residuos sanitarios que se generan y deben manejarse diariamente en la ciudad. Tan solo en abril, se recolectaron 30 toneladas de este tipo de residuos y en mayo más de 20 toneladas al día.

¿Por qué esta situación debe preocuparnos? Por dos razones principalmente: una es que su mala disposición puede ocasionar contagios y también genera contaminación. La otra razón es que, para fabricarlos se usan recursos naturales que tardan años en regenerarse, y  en unas cuantas horas, o hasta en minutos, se convierten en basura. ¿No te parece absurdo e injusto? 

Pero el dilema ya no es “usar o no usar cubrebocas”. A finales del mes de abril el uso de cubrebocas en los espacios públicos de nuestra ciudad se volvió obligatorio. La Jefa de Gobierno de nuestra ciudad, Claudia Sheinbaum, decidió implementar esta medida de prevención por recomendación de la OMS, ya que diversos estudios y evidencias expusieron la posibilidad de contagio de personas sin síntomas o que aún no los presentaban, hacia personas sanas.

Así que, en esta nueva normalidad en la que el uso de cubrebocas es necesario, sólo decide hacerlo de forma responsable. Usar un cubrebocas lavable y reutilizable es una forma de cuidar nuestra salud y de respetar la naturaleza. Por eso:

  • usa cubrebocas lavables para que puedas reutilizarlo muchas veces y así evitar la contaminación que estos residuos pudieran ocasionar; 
  • recuerda que tú misma(o) puedes confeccionar tus cubrebocas reutilizables;
  • úsalos siempre del mismo lado y lávalos diariamente;
  • también puedes tener varios para intercambiar durante la semana.   

Encuentra aquí tips para usar cubrebocas correctamente, desinfectarlos y para confeccionar el tuyo.

Recuerda que el uso del cubrebocas solo es efectivo cuando se acompaña de otras medidas preventivas como el lavado de manos y la sana distancia. Únete a la nueva moda ambiental y en esta nueva normalidad usa cubrebocas de tela, para que la salud del medio ambiente no quede en segundo plano.




1 Organización Mundial de la Salud. Consejos para la enfermedad del coronavirus (COVID-19)
para el público: cuándo y cómo usar las máscaras.
www.who.int/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public/when-and-how-to-use-masks?
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¡Por más mujeres polinizadoras!

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¿Alguna vez imaginaste hacer amigas y que compartieran contigo el gusto por el cuidado del medio ambiente? ¿Pensaste en un espacio donde pudieras aprender sobre las especies encargadas de la polinización en el planeta o imaginaste que podrías ayudarlas a desempeñar su tarea? Te decimos que, desde la comodidad y seguridad de tu hogar, todo esto es posible.

En 2019 se llevo a cabo el proyecto “Jardines para la Vida: Mujeres Polinizadoras” donde participaron alrededor de 400 mujeres con la finalidad de conocer un poco más sobre el mundo de los polinizadores, de las plantas que ayudan a estos seres increíbles, de los cuidados que requieren y la importancia de su papel en el medio ambiente.

Asistieron durante tres semanas consecutivas a 25 de los PILARES1 que alberga la Ciudad de México. Ahí, tuvieron mediante un curso teórico-práctico la oportunidad de crear lazos entre mujeres y trabajar en equipo con el fin de aportar cambios plenos en significado para el medio ambiente que favorezcan las labores de las especies polinizadoras: abejas, escarabajos, mariposas, murciélagos y colibríes, entre otras.

Pero, ¿qué tienen en común las especies anteriores con las mujeres? Los polinizadores se caracterizan por recrear y propiciar espacios de vida, ayudan a las plantas a reproducirse; de igual manera, las mujeres crean vida, dentro y fuera de ellas, procuran el bienestar de sus seres queridos.  

Ahora, imagina las emociones que pueden experimentarse dentro de un proyecto que prioriza el cultivo de lo vivo, pues bien, los salones de los PILARES vibraban de alegría, sorpresa y preocupación por las crisis que atraviesan nuestras especies polinizadoras. ¿Nuestras? Efectivamente, nuestras; y no en un sentido de pertenencia, sino porque somos responsables de preservar y cuidar a las especies que habitan en el planeta, de procurarles, así como ellos con nosotros, un espacio donde puedan recrearse y florecer.

¿Qué sucedió cuando concluyó el curso? Las mujeres polinizadoras compartieron sus conocimientos con más personas en los tres encuentros que se realizaron en el parque de los Venados, la Alameda del Sur y el Bosque de San Juan de Aragón. Ahí, estaban“polinizando”(comunicando) a más personas con los conocimientos que habían adquirido dentro del curso, regalaban una pequeña lantana o toronjil a la ciudadanía, llevaban vida a otros hogares para que su semilla germinara y nuevos jardines renacieran.

Este año se llevará a cabo la segunda edición del programa; sin embargo, debido a la pandemia derivada del virus Sars-Cov-2 y la cuarentena que debemos acatar, el proyecto quizá no podrá realizarse, al menos de inicio, de manera presencial. Estemos todos y todas atentos.

Nada nos detiene. El show de la jardinería ambiental polinizadora debe continuar. En tanto se abre un nuevo curso SEDEMA-PILARES creamos una comunidad, un espacio donde Mujeres Polinizadoras, educadores ambientales, talleristas de huerto y personas interesadas, puedan intercambiar visiones, pensamientos, tareas y proyectos que favorezcan el crecimiento e incremento de las áreas verdes en nuestra ciudad, así que si te interesan las especies animales y vegetales de polinizadores, la importancia de la participación social en estos programas, el empoderamiento de la mujer y una ciudad más verde, visita la página de Facebook Mujeres Polinizadoras donde compartiremos información valiosa al respecto e intégrate a nuestro grupo y ayúdanos a crear más “Jardines para la Vida”.


DESCARGA:  GUÍA PARA LA CREACIÓN DE JARDINES POLINIZADORES



1 Punto de Innovación, Libertad, Artes, Educación y Saberes.

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Ponte en sus botas: los bomberos forestales en CDMX

21 Julio 2020 Áreas verdes 1786
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¿Alguna vez llegó la humareda de una fogata directo a tu cara? Además de la ola de calor sobre tu piel, tus ojos se irritan casi de inmediato, comienzan a lagrimear hasta que se cierran por un reflejo involuntario. Tu sistema respiratorio se afecta comenzando por ardor en la nariz y tráquea, después de un par de minutos viene el mareo acompañado de fatiga; el humo y gases de la combustión de madera y resinas son tóxicos por lo que no deberían ser inhalados. Sin despreciar lo agradable que puede ser compartir el fuego con amigos bajo una noche estrellada, quizá has experimentado esto con una fogata, ahora, imagina lo que viven los bomberos forestales al estar en medio de un incendio en un bosque.

 

Ellos pasan horas cargando equipo pesado para protegerse, rodeados/as de humo, abrumante calor y caminan entre piedras calientes, suelo inestable  o terrenos irregulares; usan su energía al enterrar la pala que llevan como herramienta para aventar tierra suelta al incendio y sofocarlo. 

 

En un espacio forestal con el tamaño de una cancha de fútbol, el fuego puede arrasar con todo en solo 6 minutos; un incendio forestal se propaga a una velocidad de 15 metros por minuto, la misma velocidad a la que te mueves cuando sales a caminar al parque. Conforme el fuego avanza, la temperatura alcanza hasta los 600 grados centígrados y consume la materia animal o vegetal que  encuentre en el camino que le traza el viento.

 

Mientras que un incendio puede acabar con un bosque en un dos por tres, éste tardará en reponerse más de 10 años, pero en algunos casos nunca lo hace. Los árboles de encinos, por ejemplo, demoran más de 50 años en crecer y dar bellotas; para los pinos, en cambio, el tiempo es más corto y, sin embargo, al menos son 20 años para alcanzar la madurez, aunque seguirán creciendo y pueden vivir fácilmente 400 o 500 años. Pero el factor que determina si un bosque podrá recuperarse o no, tiene que ver con la pérdida de vida que albergan sus ramas y raíces, como los insectos, aves, otras especies, incluso roedores.  

 

La formación de un combatiente contra incendios lleva meses de preparación y supervisión;  además de condición física, herramienta, equipo y técnica adecuada, se requiere estudiar sobre las propiedades físicas y químicas de la madera, entre otros componentes del bosque; sobre todo deben conocer sobre la dinámica misma del fuego. 

 

Poder detectar a tiempo un conato de incendio, comunicarlo a los bomberos forestales y movilizar a un ejército de ellos hasta el territorio afectado -cada uno con equipo de protección, herramientas y además carros bomba y ambulancias-, exige una logística casi perfecta para impedir el avance del fuego.

 

Las mujeres y hombres que combaten el fuego ponen en riesgo su vida cada vez que salen a un incendio. En lo que va del año (junio) en la Ciudad de México han vencido a 529 incendios, pero también el fuego ha arrasado con más de 5,300 hectáreas de pastizal y bosque, algo así como 13,000 canchas de fútbol soccer. Los accidentes o muertes entre bomberos son lamentablemente frecuentes. 

 

El 99% de los incendios forestales son prevenibles ya que son ocasionados por el mal manejo del fuego. Apagar correctamente los cigarros, vigilar las fogatas y dejar de hacer videos jugando con fuego para redes sociales debería ser de  sentido común, una prioridad para todas y todos. Te invitamos a ponerte en las botas de un bombero forestal y cultivar la empatía, orgullo y agradecimiento, que seguramente  sentirás por su enorme labor; cuida y defiende los bosques, contribuye reforestando, infórmate acerca de las próximas jornadas de reforestación en nuestra ciudad, únete al #RetoVerde, y, sobre todo, cuida los bosques evitando incendios.



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Los números que impactan al medio ambiente en la ciudad

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¿Alguna vez te imaginaste que la Zona Metropolitana rebasaría el número poblacional de Nueva York? Pues sí, se encuentra en el quinto lugar mundial de ciudades más pobladas, con 21 millones 581, 000 de habitantes. La primera es Tokio con 37 millones, le sigue Nueva Delhi con 29 millones, en tercer lugar se encuentra Shanghai con 26 millones y luego está Sao Paulo con 21.6 millones, de acuerdo con datos de las Naciones Unidas (ONU).

La ONU también prevé que para el año 2035 tendremos en nuestra ciudad un total estimado de, ¡24 millones 490 mil habitantes! La cifra es muy grande y por eso debemos pensar en todo lo que esto implica para el medio ambiente. 

Debido a la sobrepoblación y a la distribución desigual de superficies disponibles que hay en la ciudad, el Suelo de Conservación es invadido por asentamientos irregulares donde viven cerca de 800 mil personas y algunos llegan a rozar las Áreas Naturales Protegidas (ANP), como el Cerro de la Estrella en Iztapalapa o la zona chinampera en Xochimilco, por mencionar algunas1.

Ahora, ¿te has puesto a pensar en los desechos que producimos y en el consumo que tenemos cada uno de nosotros? Tan sólo somos la segunda megaurbe, seguida de Nueva York, que más residuos genera, ¡producimos una media de 13, 073 toneladas al día!2, dentro de los cuales  cada persona produce un promedio mínimo de 3.2 kilos3 de desechos electrónicos, mismos que, por la falta de una cultura del reciclaje, terminan contaminando ríos, lagos, plantas e incluso el aire.

Por otro lado, consumimos 320 litros de agua al día por persona, cuando deberíamos gastar como máximo 80 litros. ¿Y en qué los gastamos? La mayoría se va en el aseo personal (64.1%) y sólo destinamos el 0.2% para beber, el resto se divide entre lavar ropa y trastes, en nuestros alimentos y en el aseo doméstico4.

Pero eso no es todo, falta sumar los litros que gastamos de forma indirecta, ¿cómo? en los alimentos que consumimos en nuestro día a día. La huella hídrica de la comida se lleva el 70% del agua que se gasta a nivel mundial5, pues para la producción de un kilo de ternera se utilizan 15,000 litros de este vital líquido; para ½ kg de arroz se gastan 1,700 lt y 450 para ½ kg de maíz; 70 lt para una manzana y 250 lt para una ración de aceitunas; así como una bolsa de papas fritas se lleva 185 lt en su producción. Y ahora, en tiempos de Covid-19, el consumo de agua se ha incrementado en los hogares hasta en un 40%.

En cuanto a energía eléctrica, anualmente se consumen en la Ciudad de México 160,000 Gigawatts por hora, ¿cómo? El 60% recae en el transporte (público o privado), el 24% desemboca en la industria, el 13% es de uso doméstico y el 3% se distribuye en distintos servicios. Este tipo de consumo contamina nuestro medio ambiente con distintos componentes químicos y gases tóxicos, entre ellos destacan: dióxido de azufre, monóxido de carbono, óxido de nitrógeno, hidrocarburos y dióxido de carbono, sin dejar de mencionar que algunos de estos también propician el calentamiento global.6

Pero, ¿qué podemos hacer para mejorar esta situación o generar cambios en pro del medio ambiente? Empecemos por actos pequeños, pero no por eso menos significativos: en caso de ver goteras, repara los grifos o cierra bien las llaves; compra focos ahorradores; cierra las llaves de paso mientras no ocupes el agua; recolecta el agua de la regadera que no utilices y úsala para la limpieza del hogar; desconecta los enchufes que no uses; disminuye el tiempo de baño gradualmente hasta llegar a los 5 minutos que recomienda la OMS; opta por caminar si no son distancias largas o usa el transporte público si sólo viajarías tú en el coche. 

También es clave que revisemos nuestros hábitos de consumo,  no compres excesivamente, sólo lo necesario, prefiere los productos amigables con el ambiente; no consumas plásticos, en dado caso, es mejor el vidrio; utiliza bolsas reutilizables; clasifica los residuos en 4 (orgánicos, inorgánicos reciclables e inorgánicos no reciclables, así como de manejo especial y voluminoso). Incluso puedes implementar huertos urbanos en tu azotea o en tu patio, así tú vigilas la producción de tus alimentos y regulas el uso de agua, además de evitar pesticidas y transgénicos.

En cuanto a tus residuos, el Mercado de Trueque es un programa que ha sido implementado para su acopio y desecho correcto, puede ser una alternativa viable una vez que se reanuden los eventos colectivos  tras la pandemia, así ayudas al medio ambiente y obtienes “puntos verdes” que puedes cambiar por productos agrícolas de productores de la ciudad. Y si nos referimos a los residuos eléctricos y electrónicos, el Reciclatrón es la opción (debes estar atento a la reanudación de actividades).

Busquemos soluciones sustentables y curemos al medio ambiente. No dejemos que los números sigan creciendo.




1 Según datos de la Procuraduría Ambiental y del
Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México  (PAOT).
2 Datos del Inventario de Residuos por Secretaría del Medio Ambiente:
sedema.cdmx.gob.mx/programas/programa/residuos-solidos
3 Con información del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC)
de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) presentada en
data.sedema.cdmx.gob.mx/reciclatron/#.XuJR0dRKh0x
4 Con información de la Organización Mundial del Agua y del Sistema de Aguas de la Ciudad de México.
5  Datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).
6 De acuerdo con datos infográficos de
www.aire.cdmx.gob.mx/descargas/publicaciones/simat-infograma-consumo-energetico.pdf




 

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Libérate de las bolsas plásticas

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Si dependes no eres libre. Tú, ¿qué tanto dependes de las bolsas de plástico? Piensa qué tan fácil o difícil ha sido para ti cumplir con la prohibición al uso de bolsas de plástico desechables (de un solo uso) que entró en vigor el 1 de enero en la Ciudad de México. Si no has tenido ninguna dificultad para adaptarte a vivir sin ellas, ¡felicidades, te has liberado! 

Si dependes no eres libre. Tú, ¿qué tanto dependes de las bolsas de plástico? Piensa qué tan fácil o difícil ha sido para ti cumplir con la prohibición al uso de bolsas de plástico desechables (de un solo uso) que entró en vigor el 1 de enero en la Ciudad de México. Si no has tenido ninguna dificultad para adaptarte a vivir sin ellas, ¡felicidades, te has liberado! 

Estas bolsas, de dudosa procedencia, han atendido la necesidad de las y los chilangos que no han encontrado otras alternativas para guardar y transportar los artículos que compran. Sin embargo, aunque parezcan opción, siempre será mejor optar por bolsas reutilizables, resistentes y lavables, como las de tela, yute, malla o rafia. Recuerda que el verdadero problema no son las bolsas, sino el modo en que se usan y luego se desechan.

En un día en todo el mundo se producen 500 billones de bolsas de plástico y cada minuto se utilizan 1 millón de ellas, de las cuales menos del 5% son recuperadas para reciclarse y el resto termina en rellenos sanitarios o en alguna de las islas de plástico que se encuentran en los océanos de nuestro planeta, donde liberan gases de efecto invernadero y otros compuestos contaminantes1. Pero aún más preocupante es saber que los plásticos mal desechados pueden terminar en nuestro propio cuerpo. 

Sí, leíste bien, fragmentos de bolsas plásticas y de otros artículos plásticos de un solo uso terminan dentro de nosotros, porque cuando se degradan en un sitio como el mar, en un bosque u otro sitio natural, se fragmentan y pueden ser consumidos o absorbidos por el sistema de animales y plantas de los que nos alimentamos2

 La suma de todos los plásticos presentes en nuestros alimentos es equivalente a ¡una tarjeta de crédito a la semana!3 ¿Y sabes qué es lo peor?, los científicos aún no han logrado determinar cuáles serán los impactos a la salud humana por consumir plástico, pero seguro alimentarnos de un material procedente del petróleo no debe ser muy saludable.

En México, sólo 1 de cada 100 bolsas de plástico desechadas se reciclan. Del resto, algunas se usan para depositar y entregar nuestros residuos, pero terminan acumulándose en los rellenos sanitarios, en espera de que pasen 150 años o más para desintegrarse. Otras llegan a las alcantarillas y de ahí se transportan a ríos, mares y lagos, donde contaminan estos cuerpos de agua y son confundidas con alimento por la fauna silvestre que vive en estos sitios. 

La prohibición en la ciudad no incluye dejar de usar bolsas en casos de salubridad o para mantener la inocuidad. Por ello, durante la pandemia por SARS-COV-2, se ha permitido el uso de estas bolsas para el manejo de los residuos sanitarios como pañuelos desechables, cubrebocas, colillas de cigarro, guantes, entre otros. Sin embargo, en este caso la bolsa no es suficiente para evitar el contagio.

Diversos estudios científicos han constatado que el coronavirus puede permanecer activo en superficies de plásticos - y de otros materiales - hasta por 3 días4. Por ello, es importante para proteger al personal de limpia, cerrar la bolsa con residuos y rociarla por fuera con agua clorada (10 ml de cloro por litro de agua) antes de entregarla a los trabajadores de limpia.

Como puedes darte cuenta, aunque las bolsas plásticas aparentemente te resuelven una necesidad cómodamente, en realidad ponen en riesgo tu salud y la del medio ambiente. Por fortuna, desde hoy puedes cambiar esa situación.

Respeta la ley de prohibición. Cada que vayas de compras lleva tu propia bolsa o contenedor reutilizable. Si te ofrecen una bolsa “compostable” recuerda que aún no están certificadas, ¡no las aceptes! Detente a pensar si realmente necesitas las bolsas de plástico en tu vida. Pregunta a tus abuelos(as), padres y madres, cómo hacían su vida sin bolsas de plástico. Echa a andar tu creatividad y encuentra alternativas reutilizables para dejar de depender de ellas. ¡Vamos!, ¡libérate de las bolsas plásticas!

Preguntas frecuentes:

¿QUÉ PASA CON LAS BOLSAS? 


1 Production of methane and ethylene from plastic in the environment.
Revista PLOS ONE doi.org/10.1371/journal.pone.0200574
2 National Geographic. El plástico es una amenaza para la salud de los humanos.
www.nationalgeographic.com.es/ciencia/grandes-reportajes/es-plastico-amenaza-para-nuestra-salud_12739/2
3 Un análisis sobre la ingestión humana de plásticos presentes en la naturaleza.
www.wwf.es/informate/actualidad/?50940/Consumimos-el-equivalente-a-una-tarjeta-de-credito-cada-semana#
:~:text=Un%20reciente%20estudio%20se%C3%B1ala%20que,de%20una%20tarjeta%20de%20cr%C3%A9dito.

4 National Geographic. Este es el tiempo que permanece el coronavirus en diversas superficies.
www.nationalgeographic.com.es/ciencia/este-es-tiempo-que-dura-coronavirus-diversas-superficies_15337




 

Modificado por última vez en Miércoles, 18 Enero 2023 19:15
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