¿Te gusta visitar los zoológicos, bosques o áreas naturales de nuestra ciudad? Entonces debes saber que para preservar su salud y continuar disfrutando de estos sitios es importante tener hábitos responsables y de cuidado cuando los visitemos.
Los bosques, zoológicos, Centros de Cultura Ambiental, Áreas Naturales Protegidas, Museo de Historia Natural, ubicado en Chapultepec, entre otros sitios naturales que se encuentran en nuestra ciudad, son sitios de encuentro y de intercambio sociocultural. En ellos, la ciudadanía se reúne para llevar a cabo diferentes actividades que van desde hacer deporte, realizar celebraciones, descansar, apreciar la belleza natural, hasta disfrutar de eventos culturales y educativos.
En el contexto de la campaña Ciudad Sustentable, ¡adiós desechables!, el uso de estos espacios es clave para promover el espíritu de la prohibición: evitar el consumo y desecho de plásticos desechables y de todo aquello que no es imprescindible para nuestras vidas, optar por cambios de hábitos hacia un consumo responsable de recursos para preservar la salud ambiental de nuestra ciudad y de todo el mundo.
Por eso, los bosques, zoológicos, Centros de Cultura Ambiental, ANPs, entre otros sitios naturales regulados por SEDEMA, se encaminaron en convertirse espacios libres de plásticos desechables, al implementar estrategias como “filtros educativos” en las entradas de dichos lugares, campañas de educación y comunicación ambiental para impedir el paso de los artículos plásticos que están prohibidos desde hace un año (dos años para el caso de las bolsas).
Además, se capacitó al personal interno y actores clave como scouts, organizaciones de la sociedad civil, comerciantes locales, ambulantes y grupos que se relacionan directamente con el espacio natural como vecinos y ciudadanía que voluntariamente se sumó a la difusión de la campaña, todos unidos con el fin de cuidar estos espacios naturales.
En el Bosque de San Juan de Aragón, por ejemplo, además de las actividades antes mencionadas, también se promovieron diferentes recursos digitales, como una encuesta, para conocer la percepción de sus visitantes en torno al uso de desechables, para conocer sus necesidades y ofrecer soluciones encaminadas a la eliminación de estos plásticos en este espacio natural.
Seamos responsables del cuidado y mejora de la salud ambiental de nuestra ciudad, pues de ella depende nuestra propia salud, así como la de la flora y fauna con quienes compartimos este ecosistema chilang@. Entre más sano sea nuestro ambiente, gozaremos de mayor salud, mejores y más bellos paisajes y espacios para compartir con nuestra familia y seres queridos.
Caminemos todos juntos a la construcción de una Ciudad Sustentable, digamos ¡adiós a los desechables! para contribuir al cuidado de estos “Espacios libres de plásticos desechables”.
“A veces, todo lo que necesito es el aire que respiro para amarte…” The Hollies, 1972 La Ciudad de México es nuestro hogar, por ello, la movilidad sustentable es una de las acciones sustentables que ha llevado a cabo el gobierno capitalino para cuidar del medio ambiente, conservar recursos naturales, reducir la contaminación y mantener un ambiente saludable para todas y todos los seres que habitamos esta hermosa ciudad. Así como buscas reducir tus emisiones y costos en tu hogar al comprar focos LED, instalar un calentador solar, reparar fugas de gas o usar de manera responsable el agua, piensa que el medio ambiente es como tu casa y busca que sea confortable, sustentable y limpio. ¿Cómo puedes contribuir a mejorar el entorno natural de la Ciudad de México? Una primera recomendación es usar bicicleta; esta actividad es clave, no solo por los beneficios que te brinda en la salud, sino por que es un transporte sostenible, pues se trata de un medio de transporte limpio, ya que evita la emisión de gases tóxicos, como los expulsados por los autos, solo consume energía motor humana, ocupa poco espacio y no genera ruido; además, durante la emergencia sanitaria que aún vivimos, el uso de la bici favorece a mantener la sana distancia. ¿Sabías que la Ciudad de México cuenta con 139 kilómetros de infraestructura ciclista? Esto es gracias a que en el Programa Ambiental y de Cambio Climático, considera como uno de los principales puntos la movilidad sostenible. De hecho, se planea construir 28.5 kilómetros más en 2022 y para el 2024 la meta es llegar a 16 bici-estacionamientos masivos y que el 3% de los viajes de la ciudad se realicen en bicicleta. ¿Te imaginas una ciudad donde la movilidad sea más eficiente y al mismo tiempo ofrezca beneficios económicos, en salud y ambientales a sus ciudadanos? Pero eso no es todo, te damos un dato interesante acerca de la movilidad sustentable en nuestra ciudad: ¡todavía hay trolebuses! y llevan más de 50 años transportando gente, ¿la mejor parte? Aún se mantienen en buen estado. Los trolebuses son un gran ejemplo de transporte cero emisiones ya que funcionan con un sistema eléctrico, lo cual tiene beneficios en la calidad del aire y por tanto, en la salud de las personas. Por otro lado, antes del 2024 se estará renovando el 70 % del transporte concesionado. En este rubro, en los últimos meses, la ciudad adquirió 80 trolebuses que circulan en los corredores Cero emisiones de Eje Central, Eje 7 sur, Eje 2 sur, y en el nuevo corredor de la línea de Villa de Cortés a Iztacalco. Por otro lado, una medida ambiental que ya se aplica en los RTP y Metrobuses son 1000 trampas de partículas; unos mecanismos que sirven para retener y eliminar las partículas de los gases de escape de los motores. El plan de este, nuestro hogar llamado Ciudad de México es tener menos emisiones, por ello también promueve la adquisición y el uso de pinturas o productos de limpieza con bajo contenido de compuestos orgánicos volátiles. Nuestra ciudad es la 5ta más grande del mundo. Tiene una población de 9 millones de personas y, en conjunto con la zona metropolitana, su población ronda los 22 millones de personas. Si bien el gobierno capitalino lleva a cabo acciones y proyectos para disminuir la contaminación y hacer frente al cambio climático, cada habitante de la ciudad debemos también optar por mejorar nuestra relación con el ambiente, pues todo va de la mano: ciencia, tecnología, innovación, más principalmente tu participación.
¡Por fin es invierno! Esta época del año tiene sus maravillas, comenzando por las anheladas vacaciones. Y, tal como sucede en muchas partes del mundo, es momento de colocar el tradicional “nacimiento”. Para adornarlo es muy común colocar musgo y heno, sin embargo, hacerlo es perjudicial para la naturaleza, ¿sabes por qué?
El heno y el musgo crecen naturalmente en los bosques: al heno puedes reconocerlo por su color gris, crece sobre las ramas de los árboles de forma que parece una especie de cortinas colgantes con hebras muy delgadas, tan gruesas como una aguja de coser y con entrenudos de hasta 8 metros de largo, usualmente sin raíces. El musgo es verde y muy chaparrito, crece en la superficie de rocas, árboles o suelo y puede crecer de 1 a 10 centímetros, todo depende de la especie.
Tanto el heno como el musgo sirven de material de construcción de nidos para varias aves y pequeños mamíferos, como el colibrí o picaflor1 y ayudan a los bosques a retener humedad, sin ellos, o con menor presencia de ambos, las temperaturas pueden elevarse y romper el equilibrio vital de las especies de plantas, animales, hongos y microorganismos que ahí habitan, es decir, se pone en riesgo la salud del bosque.
Éste no es el único riesgo, ya que el musgo juega un papel fundamental para la supervivencia de diversas especies. Por su capacidad de asentarse sobre superficies lisas, como las rocas, en donde otras plantas no lograrían hacerlo, su presencia en los suelos evita su erosión y permite el crecimiento de otras especies de vegetación con raíces más profundas, sin olvidar que brindan hogar y protección a invertebrados como insectos, arácnidos, rotíferos, nemátodos, moluscos o microorganismos. Al retirar los musgos de los suelos, estas especies se ven violentadas y esto disminuye su población, lo cual rompe el equilibrio ecológico de esos ecosistemas.
Una cualidad sorprendente del musgo es su capacidad de retener, ¡hasta 20 veces su peso en agua! ¿No te parece sorprendente? Con esta capacidad de retención, impide la erosión del suelo en tiempo de lluvias, protege las zonas aledañas de las grandes inundaciones y libera humedad en tiempo seco, por eso se considera que es imprescindible para combatir la desertificación de los suelos, regular el cauce de los ríos y proteger al suelo de inundaciones.
En tiempos pasados, la extracción de musgo y heno de los bosques pudo haber sido insignificante, pero hoy la situación es diferente, ya que cada vez hay menos sitios naturales donde puedan crecer debido a la expansión de la mancha urbana, la extracción ilegal y el aumento en la demanda de estas especies.
Lo lamentable de usarlo en las decoraciones navideñas es que ese musgo se usará unos cuantos días para ambientar los hogares, después se irá a la basura, pero le tomará 7 años volver a crecer del mismo tamaño que cuando fue arrancado del suelo. ¿No te parece que debemos encontrar otras maneras de ambientar la Navidad?
Nuestra ciudad cuenta con una diversidad de bosques distribuidos en el 60% de su superficie, dentro del Suelo de Conservación. Estos bosques aportan beneficios ambientales a todas las personas que vivimos en esta ciudad,l pues limpian nuestro aire, recargan el acuífero de donde obtenemos el 70% de nuestra agua diaria, regulan la temperatura, frenan la contaminación por ruido y sirven como sitios de esparcimiento, es decir, nos ayudan a combartir el estrés.
Conservar su salud, es conservar todo lo que nos brindan a todos los seres vivos; principalmente a las plantas y animales que encuentran en los bosques refugio, alimentos y un hogar, pues ellos juegan un papel importante en mantener la salud del bosque, ya que si una de estas especies de flora y fauna desaparece, el equilibrio y la salud del bosque se vería mermada. Entonces, mantener la salud del bosque implica dejar el heno y musgo en su lugar, seamos responsables y busquemos alternativas para adornar en Navidad.
Por eso, en nuestra ciudad te proponemos decorar tu nacimiento con materiales reutilizables, por ejemplo, tapetes navideños que puedes lavar cada año que los uses o plantas naturales con todo y sus macetas, luces led, manualidades hechas con cáscaras de maíz u otros materiales naturales. Echa a volar tu creatividad e integra a tu familia en esta labor. Será divertido y juntos velarán por la preservación del musgo, el heno, la salud de los bosques y del medio ambiente de la ciudad.
1 SEMARNAT - Los musgos y el heno ayudan al cuidado de los bosques. Consultado 14 de septiembre, 2021
www.gob.mx/semarnat/articulos/los-musgos-y-el-heno-contribuyen-en-el-cuidado-de-los-bosques
En la tele, en la radio, en la calle, en redes sociales e internet, por todos lados estamos siendo bombardeados una y otra vez por anuncios que nos seducen a comprar productos que prometen un sinfín de beneficios y aseguran que nos van a facilitar la vida de cualquier forma. Parece inevitable dejar de comprar todo aquello que nos ofrece comodidades y satisfacción, pero, ¿qué de todo lo que consumimos realmente necesitamos? ¿Qué tan sostenible es nuestra forma de consumir y de satisfacer nuestras necesidades?
Para la producción de todo lo que usamos a diario: celulares, transporte, energía eléctrica, ropa, comida … ¡todo!, se requiere la extracción de los mal llamados “recursos naturales”. La población mundial actual consume 100 mil millones de toneladas de estos materiales en un año1. Principalmente se extraen combustibles fósiles, metales, materiales de la construcción y árboles; todos ellos usados para la construcción de casas, edificios o ciudades como la nuestra. Además se utiliza una gran cantidad de agua y energía tanto en la extracción de materiales, como en la fabricación de todo tipo de bienes y servicios.
El resultado de nuestro consumo excesivo ya es visible, eventos meteorológicos extremos, hambrunas, extinción de especies y la amenaza de que desaparezcan ecosistemas como arrecifes de coral, selvas tropicales o ríos2. La humanidad consume estos materiales más velozmente que lo que tarda la naturaleza en producirlos; se talan bosques más rápidamente de lo que vuelven a crecer, pesca en los océanos tan aceleradamente que a la vida marina le cuesta regenerarse, además de que emite más dióxido de carbono de lo que la biósfera puede absorber3.
La organización Circle Economy, ha estimado que cada habitante del planeta, como tú y yo, usamos en promedio más de 13 toneladas de materiales en un año1, a través de los bienes y servicios que adquirimos. Aunque el consumo siempre es mayor para los habitantes de países desarrollados, en contraste con los países en desarrollo, como México, entre todos estamos usando al año los recursos que a la Tierra le toma 1,5 años en producir.
De todos los materiales extraídos, sólo un tercio de ellos continúan en uso después de un año, sobre todo en construcciones y vehículos; otra tercera parte se convierte en contaminación, pues son tirados en el ambiente, como el plástico en vías fluviales y océanos o son emitidos en forma de gases de efecto invernadero1.
Al consumir lo innecesario estamos aportando a esta sobre explotación de materiales, consumir por consumir, por vivir cómodamente sin mirar de dónde viene todo aquello que usamos y desechamos. Para reducir el impacto deberíamos bajar drásticamente el uso de combustibles fósiles y sustituirlos por energías renovables, así como disminuir el consumo de agua.
Desde el 2020, en la Ciudad de México se ha modificado la legislación en torno a uno de los materiales que más estragos ha causado a nivel mundial en el medio ambiente, por el exceso en su consumo y desecho y por su capacidad de contaminar: los plásticos desechables. Por ello, en enero del 2020 se prohibió el uso de bolsas plásticas y en el 2021 se unieron a la prohibición vasos y sus tapas, platos, charolas, cubiertos, globos y sus varillas, aplicadores de tampones, bastoncillos para hisopos, mezcladores, popotes y cápsulas de café, todos ellos fabricados total o parcialmente de plástico, exceptuando los compostables y los que por su aplicación médica o de seguridad sean necesarios.
Ahora, cada vez que salgas de compras pregúntate “¿realmente lo necesito?”. Da preferencia a los artículos cuya vida útil es más larga para que puedas sacarle provecho a tu inversión. Genera el cambio, deja de consumir lo que no necesitas, ¡piénsalo!, si lo hacemos todos, el deterioro ambiental y sus efectos disminuirían en gran medida. ¡Sé el cambio! No dejes que el consumismo te consuma.