¿Acaso has escuchado hablar sobre “el efecto mariposa”? Bueno, pues de acuerdo con el matemático y meteorólogo Edward Lorenz esto se refiere a la teoría del caos donde, se cree, es posible que el aleteo de una mariposa en Sri-Lanka pueda provocar un huracán en Colombia, por ejemplo. ¿Impresionante, no?
Aunque ese no es el tema central de este texto, sí tiene una relación, pero no tan literal como lo mencioné en el primer párrafo. En realidad, vengo a hablarte de mi especie y de cómo la falta de conocimiento, atención y cuidado de nosotras y otros seres vivos, puede resultar en un desastre ecológico.
Yo soy una mariposa que proviene de la familia Papilionidae, soy nativa de Norteamérica (especialmente habito desde Columbia Británica, en Canadá, hasta Centroamérica), mi nombre científico es Papilio multicaudata que puede traducirse a mariposa (papilio o papalotl, en náhuatl) de muchas colas (multicaudata del latín), aunque en México y Centroamérica me conocen como la mariposa Cometa Xochiquetzal. Ambos nombres tienen que ver con mi aspecto físico, pues mi colita parece de golondrina.
¿Cómo puedes ubicarme? La verdad es que soy de tamaño grande, al menos como del tamaño de la palma de tu mano, lo que me posiciona como la mariposa de mi género de mayor tamaño en Norteamérica; mis alas son amarillas atigradas con rayas negras, pero justo en la punta inferior de mis alas tengo unas pequeñas colitas y manchitas azules con naranja, lo que me ayuda a protegerme de algunos depredadores porque las suelen confundir con ojos.
Nosotras, las mariposas Cometa, somos de los pequeños grupos de insectos que cumplimos con las 4 etapas de la metamorfosis: huevo, oruga o larva, pupa (capullo o crisálida) y adulto (imago). Este ciclo se repite en cuanto nos apareamos y tenemos nuestros huevecillos. Seguramente los has visto―bueno, no necesariamente los míos, pero sí los de mi familia― en las hojas de algunas plantas, quienes funcionan como nuestras hospederas.
Llegado el momento, los huevos se rompen, las larvas nacen y se alimentan de las hojas, luego las cosen con su seda, las convierten en refugio para pasar el invierno y, en primavera, es cuando se convierten en adultos alados y hermosos. Por eso es que volamos en primavera y verano, ya que las otras estaciones son de preparación y reposo.
Normalmente habitamos cerca de arroyos y valles húmedos, pero también solemos aventurarnos por cañones o ciudades en elevaciones bajas. Esto es porque procuramos estar cerca de donde podemos conseguir nuestro alimento, al mismo tiempo que gozamos de un hogar seguro. Aquí es donde me dirijo específicamente a ti y a los de tu especie: la humana.
¿Recuerdas lo que había mencionado del caos y un posible desastre ecológico? Actualmente 1, los insectos polinizadores estamos enfrentando una crisis, sí, las mariposas somos polinizadoras, ¿lo sabías? . Y la crisis a la que nos vemos sometidas se debe a la disminución de nuestra población, lo que ocasiona un desequilibrio ecosistémico, incluso económico (lo que tampoco las beneficia a ustedes, las personas), ya que nosotros (como grupo) desempeñamos un papel importante en la producción mundial de alimentos dado que ayudamos al 35% de su producción mundial2, y si ésta disminuye, la economía basada en su venta, también.
¿Cuál es el origen de este desequilibrio? La falta de hogar y alimento para mi especie y otros polinizadores, o sea, la falta de jardines, huertos y espacios verdes en ciudades como la nuestra, la Ciudad de México, pues en condiciones como estas no es fácil encontrar alimento o refugio. La situación empeora cuando nos enfrentamos con el uso de insecticidas en los cultivos o en las producciones agrícolas, incluso en los hogares, cuando intentan ahuyentar a otro tipo de insectos, pues esas sustancias químicas también nos afectan a nosotras y a otros polinizadores.
Tú puedes ayudarnos a sobrellevar esta crisis, es muy fácil, puedes construir un jardín o un huertito en casa donde me pueda refugiar y alimentar, te recomiendo que revises la Guía para la creación de jardines polinizadores o la Guía rápida para huertos urbanos familiares. Ya que si quieres una asesoría de acompañamiento, te invito a unirte a la Comunidad de Mujeres Polinizadoras o revisar la página de Educación Ambiental CDMX donde se dan a conocer talleres en relación con los polinizadores.
Al unirnos, humanos y especies polinizadoras, podemos hacer que cuando se escuche hablar del efecto mariposa se tenga una concepción distinta, donde no figure la teoría del caos, sino que sean aleteos de vida y esperanza.
1 Sánchez-Bayo, F. y Wyckhuys, K. (2019) Worldwide decline of the entomofauna: a review of its drivers. Biological Conservation, 232, 8–27.
2 Klein, A., Vaissière, B. et al. (2007). Importance of pollinators in changing landscapes for world crops.
Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, 274(1608), 303-313.
¿Cuántas veces hemos escuchado o leído en algún lugar las palabras “medio ambiente”? Seguro has visto en las noticias reportajes o notas sobre él, sobre los daños que le hemos causado y los cuidados que debemos brindarle. Pero, ¿sabes qué significa? ¿Qué es lo que implica el “medio ambiente”? Si no, no te preocupes, nosotros te orientamos y, en el marco del Día mundial del medio ambiente (que se celebra cada 5 de junio desde 1974), te compartiremos su importancia y significado.
Antes de seguir, debes saber que―de acuerdo al Convenio de Lugano de 1993 sobre la Responsabilidad civil de daños resultantes de actividades peligrosas para el medio ambiente― se entiende como “medio ambiente” al conjunto de recursos naturales, tanto bióticos como abióticos, entre ellos: el agua, el aire, la tierra, la flora y la fauna, así como al patrimonio cultural y la interacción entre estos elementos. O sea que, el medio ambiente incluye elementos naturales y artificiales.
Conservar el medio ambiente va más allá de un simple deseo o interés económico; significa bienestar y calidad de vida, pues dependemos del suministro de agua o de la fertilidad del suelo para obtener alimentos, así como del aire puro para respirar y así, mantener nuestra salud. Lamentablemente, la degradación del medio natural ocurre de manera más acelerada de lo que nos gustaría admitir, ¿viste la intensidad de las lluvias que ocurrieron en primavera? ¿Qué tal la sensación térmica? ¿Has observado la calidad del aire?
Si tus respuestas a las preguntas anteriores no han sido favorables o incluso tienes más ejemplos que se pueden agregar a la lista, entonces irás viendo la necesidad e importancia del cuidado ambiental. Sin olvidar que todas y todos los seres vivos tenemos el derecho a un medio ambiente sano, quiere decir que debe ser adecuado, saludable y propicio para la vida.
¿Te habías puesto a pensar que nuestra salud está completamente relacionada con la del medio ambiente? Es muy simple de explicar, verás: cuando nuestros alimentos se producen necesitan de ciertas condiciones climáticas para lograrse y poder proporcionarnos nutrientes, así podemos tener buenas defensas, vivir el día a día y tener una condiciones favorables en el trabajo, la escuela, la casa o cualquier otro sitio.
Ahora, pensemos un escenario donde nuestros alimentos no adquieren los nutrientes del suelo porque ha sido contaminado; donde el agua y aire no están limpios a causa de los vertederos al aire libre; donde las banquetas en las que caminamos están llenas de basura, heces o colillas de cigarro; donde el verde de los árboles y los colores de las flores se van apagando; donde los polinizadores no tienen hogar ni alimento; donde nuestros aceites contaminan cuerpos de agua…seguro no te fue difícil imaginarlo porque son imágenes que podemos encontrarnos por algunas partes de la ciudad, ¿qué tan frecuentemente te encuentras con lugares así?
Pero, aunque sea difícil de creer, ¡aún podemos cambiar nuestra realidad! ¿Cómo? Al reducir nuestro consumo de recursos, reutilizar objetos o envases, extender lo más que podamos la vida de un producto y dejar de lado a los desechables. Por ejemplo, si llevamos nuestro almuerzo al trabajo, podemos usar porta viandas y cubiertos de metal; al ir de compras, resulta práctico llevar algunos recipientes para el jamón o hacer sacos de tela para la fruta o las semillas; en lugar de comprar rastrillos de plástico, podemos buscar uno que sea de acero inoxidable con navaja intercambiable.
Ya en el momento del desecho, debemos separar y reciclar los plásticos correctamente, por eso es importante conocer la simbología de las etiquetas y empaques. ¡Haz un hábito del reciclaje con esta guía!
Crea huertos urbanos caseros para que los productos que utilices en tus alimentos sean más sanos. Y con los desechos orgánicos que generes, ¡haz composta! Construye Jardines Polinizadores para que se multipliquen los beneficios de la polinización y recoge las heces de tus animales de compañía con algún cucurucho de papel y deposítalas en el sanitario.
Como puedes ver, son formas muy sencillas que podemos llevar a cabo para salvaguardar al medio ambiente, son acciones para brindarle protección y justicia, informémonos y participemos. Juntas/os podemos garantizarnos una vida plena a todos los seres vivos y adoptar una postura activa en la toma de decisiones ambientales.
¿Pudiste observar que en el invierno pasado el clima era primaverizo?, ¿o que las lluvias son cada vez más intensas y que las sequías son más duraderas? ¿Has notado que donde antes había hielo, ahora solo hay agua? Si es así, entonces has sido testigo de algunos de los efectos del cambio climático.
El clima de nuestro planeta ha cambiado en varias ocasiones a lo largo de su existencia, algunas veces por factores naturales y otras por fenómenos astronómicos como la caída de grandes meteoritos; sin embargo, estudios científicos han determinado que las variaciones climáticas que vivimos hoy en día son causadas por las actividades humanas.
Por eso mismo, el cambio climático es motivo de preocupación para México desde hace ya varios años. Prueba de ello es la creación de instituciones e instrumentos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y la adquisición de compromisos en foros internacionales para disminuir los efectos adversos de este fenómeno.
En ellos, nuestro país se comprometió a realizar acciones de mitigación, por lo que ha creado programas e inventarios nacionales para conocer el estatus de emisiones de GEI del país y presentar información periódica sobre las medidas que se están adoptando, así como los avances logrados a nivel nacional al firmar en 1992 la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Un dato interesante que debes conocer es que México es el único país en desarrollo que ha presentado la Quinta Comunicación Nacional ante la CMNUCC, donde reporta sus avances en torno a la mitigación del cambio climático. Desde 1995 participa de manera activa en las Conferencias de las Partes y en 1998 se sumó al Protocolo de Kyoto, comprometiéndose a disminuir sus emisiones de GEI a pesar de no estar obligado por ser un país en vías de desarrollo.
Además, en 2012, se convirtió en el primer país en desarrollo que cuenta con una ley sobre cambio climático, que entró en vigor en octubre de ese mismo año. La Ley General de Cambio Climático (LGCC), contempla la creación del Fondo para el Cambio Climático para financiar acciones que ayudan a enfrentar este fenómeno.
Algunas causas que han desencadenado el avance significativo del cambio climático son emisiones de GEI, incendios, vertederos de basura, la deforestación, incluso el cambio de uso del suelo1 o las sobreproducciones agrícolas y ganaderas, y como consecuencia, estas acciones aumentan el riesgo en la salud de los seres vivos así como a su ecosistema.
Con el motivo de conmemorar el Día Internacional de la Tierra este 22 de abril, queremos compartir contigo la vitalidad de los ecosistemas, pues sustentan todas las formas de vida de la Tierra. De su salud depende directamente la del planeta y, por ende, la de todos los
seres vivos. Si restauramos los ecosistemas dañados estaríamos ayudando a combatir el cambio climático y prevenir una extinción masiva.
Por eso es que en junio, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lanzará El Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas, que nos ayudará a prevenir, detener e invertir la degradación de los ecosistemas en el mundo, pero para ello debemos actuar todas/os y cuidar la salud de nuestro planeta, ¿cómo? Aquí unos consejos:
Usa lámparas de bajo consumo en vez de lámparas incandescentes.
Desconecta aparatos electrónicos que no estén en uso, así como las luces.
Planta un árbol, crear un huerto urbano o un jardín polinizador.
Aplica las “3R” (reducir, reusar y reutilizar) en cada una de tus compras.
Di no a los plásticos.
Reduce el uso de tu auto; utiliza transporte público o bicicleta.
Consume productos locales y de temporada.
En este Día Internacional de la Madre Tierra hagamos conciencia e invitemos a más personas a ser parte de esta economía sostenible para generar una sociedad armoniosa con la naturaleza. Seamos la generación verde que el planeta necesita.
1 Consiste en cambiar el uso del suelo a otro que al efecto se determine sea compatible,
así como la densidad e intensidad de su aprovechamiento o el cambio de altura.
Como cada año, el 7 de abril se conmemora el Día Mundial de la Salud y este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el tema fuera “nuestro planeta, nuestra salud”, ¿qué significa esto? Que la atención mundial estará enfocada a la relación que existe entre nuestro planeta y el impacto que éste brinda en nuestra salud. Por eso, te contaremos la importancia de este día, además de brindarte consejos sobre cómo podemos conmemorarlo para cuidar nuestra salud al proteger nuestro medio ambiente.
Antes, debes saber que la Primera Asamblea Mundial de la Salud (1948) estableció el 7 de abril como el Día Mundial de la Salud con el fin de conmemorar la fundación de la OMS. Ahora bien, durante los últimos años, la Organización ha enfatizado la importancia de la salud universal con el fin de que todas las personas gocemos y tengamos acceso a la salud, servicios de calidad y a una vida plena, por lo que, para poder lograrlo, se necesita de la creación de compromisos entre sociedad y organismos.
“¿Y qué relación tiene la salud con el medio ambiente?”, podrás estarte preguntando, ¡mucha! Y para que te des una idea tendrás que pensar en el cambio climático. ¿Has escuchado hablar de él? Pues bien, se refiere a los cambios de temperaturas y patrones climáticos que han sido potenciados con las actividades humanas como la quema de combustibles, las emisiones de gases de efecto invernadero, los vertederos de basura o la tala y desmonte de tierras y bosques, entre otros, que han impactado de manera negativa a las poblaciones de animales humanos, no humanos y de otros seres vivos1
La salud de los ecosistemas, de la biodiversidad, del planeta, se ve reflejada en la salud humana; porque si nuestros ríos, áreas verdes, calles o el aire que respiramos están contaminados, repercutirá directamente en todos los seres vivos.
Por ejemplo, imagina que vas caminando en un día como hoy por la calle, de repente encuentras en tu camino heces de perro y por suerte la esquivas, das unos cuantos pasos y ves un puesto de raspados, ¡qué antojo de algo refrescante con este calor! Lo consumes; más tarde tienes dolores de estómago. Seguramente estuviste expuesto al fecalismo y es que al dejar degradar las heces a la intemperie, se pulverizan y con el viento, los organismos patógenos (virus, bacterias, hongos) que éstas contienen pueden llegar fácilmente a nuestra boca, nariz, ojos y piel, causando enfermedades gastrointestinales, respiratorias, oftalmológicas y/o cutáneas.
Como podrás darte cuenta, al vivir en una ciudad, convivimos de manera constante con los ruidos y diversos contaminantes, pero en nosotros está el minimizar los daños que esto puede provocarle a nuestro medio ambiente, por ende, a nuestra salud.
Por todo lo anterior, te recetamos lo siguiente para tu salud y la del medio ambiente:
Entre todas y todos cuidemos al planeta, cubramos cada punto de la receta para que la Tierra se vaya recuperando y, de paso, nuestra salud tenga mejoras.