Porque apagar y lanzar no es la solución

26 Mayo 2020 Separación de residuos 1485
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Es de mañana y el viento sopla en nuestras mejillas, un señor prende su cigarro matutino para calentarse. Paso a paso avanza el día y con él las tareas que deben entregarse: reportes laborales, ensayos, reuniones, entregas de paquetería, solicitudes; el tiempo va de prisa y para aminorar el estrés o calmar la ansiedad, algunos encienden uno a uno los soldadillos blanquecinos de la cajetilla. Otros no necesitan atravesar estas emociones para sacar fuego, lo hacen por gusto, por el placer de saborear lo ahumado en sus gargantas.

¿Qué sucede una vez que apagan su cigarro? Vuelven a la carrera. ¿Y las colillas? Normalmente las botan sin darles sepultura y sin conocer las repercusiones ambientales que surgen de este “pequeño acto”. 

En el mundo, de acuerdo con datos de National Geographic, los fumadores compran alrededor de 6,5 billones de cigarros al año, quiere decir que 18 mil millones de cigarros son consumidos al día. De ellos, sabemos que hay billones de colillas o filtros que no son desechados correctamente, pues sólo una tercera parte va a dar en la basura, mientras que el resto deambula en las calles, en las coladeras o en parques y zonas naturales.

La acción de apagar y lanzar se ha vuelto automática y, ¡esto debe cambiar! Al desechar los filtros de los cigarros estamos lanzando al medio ambiente: plástico, nicotina y alquitrán, también metales pesados (plomo, arsénico y cianuro) y otros químicos, lo que genera impactos negativos en los ecosistemas por los altos niveles de contaminación en áreas naturales, aguas y aire. Además, de acuerdo a estudios recientes, las colillas inhiben el crecimiento de las plantas.

Debemos considerar que los filtros tardan hasta 10 años en degradarse, mientras tanto  se siguen prendiendo más cigarros, se desechan más colillas y, por tanto, más años de degradación y más contaminación. 

La mayoría de estos materiales, al tomar la ruta acuática por medio de las alcantarillas, terminan en los océanos. En las jornadas de limpieza organizadas en las playas se ha encontrado que, después de los plásticos, las colillas son los residuos que predominan en las colectas. Se les encuentra enterrados en la arena, pero otros tantos llegaron al mar convirtiéndose en uno más  de los peligros para las especies marinas al confundirlas con su alimento.


Si bien, el número de fumadores y cajetillas no da señales de disminuir, pueden realizarse acciones que prevengan mayores daños al planeta. Dejar el hábito de “apagar y lanzar” para convertirlo en “apagar y desechar” puede ser un gran paso para colaborar con el cuidado del medio ambiente. Tal vez no hay contenedores o botes cerca, pero podemos guardarlos hasta encontrar una sepultura adecuada a nuestra colilla y que el duelo no sea el del planeta.



Fuente:

Las colillas de cigarrillos también significan contaminación plástica tóxica, consultado en National Geographic en línea:
www.nationalgeographicla.com/medio-ambiente/2019/08/las-colillas-de-cigarrillos-tambien-significan-contaminacion-plastica-toxica


 

Modificado por última vez en Jueves, 03 Octubre 2024 15:01
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