Al igual que los seres humanos muchos otros animales también utilizan, día con día, recursos de la naturaleza para vivir, pero ¿por qué no vemos los residuos de los demás seres vivos? O, aún más intrigante, ¿por qué sí podemos ver los desechos de los seres humanos?
La explicación simple y sencilla para esto es que la gran mayoría de los residuos que generan las demás especies que habitan este planeta se reincorporan nuevamente a la tierra por medio de la descomposición y a través de las cadenas tróficas; en otras palabras, son desechos orgánicos que los microorganismos, plantas y animales, fácilmente, y en cuestión de algunos meses, pueden descomponer, a diferencia de los residuos que producimos las personas, como los plásticos que no se pueden reincorporar a la tierra de manera inmediata y tardan en desintegrarse de 100 hasta 1000 años, dependiendo del tipo de plástico y de las condiciones ambientales donde pase el resto de sus días.
La intensa plastificación de nuestros estilos de vida inició como algo innovador para resolver algunos problemas cotidianos, no tardó mucho tiempo en convertirse en uno de nuestros peores problemas. No tanto por la toxicidad plástica o por su lenta degradación, sino por el cambio cultural que trajo a nuestras vidas, creando un abuso inconsciente y fomentando hábitos innecesarios.
De acuerdo al Inventario de Residuos Sólidos de la Ciudad de México (IRS) más reciente, se estima que diariamente generamos un total de 12,404 toneladas de residuos. Esto supone una producción promedio de 1.071 kg de residuos por cada habitante de la ciudad. Dicha tendencia ha ido en aumento en los últimos años, en el mismo sentido en que aumenta la cantidad de personas que viven en nuestra urbe.
Este dato nos muestra, sin lugar a dudas, los resultados del consumo excesivo, no sólo de los plásticos, sino en general de los productos diariamente utilizados por nuestra sociedad, por lo que es evidente que solucionar este problema implica un cambio cultural y de hábitos de vida en donde la educación juega un papel importante.
Según datos del IRS, la mayor parte de los residuos totales producidos 11,739 toneladas/día, fueron generados únicamente en los domicilios. Esto nos muestra nuestra dependencia al uso innecesario de materiales que utilizamos por un momento muy corto y luego los desechamos; gran ejemplo de esto son los plásticos de un solo uso, mejor conocidos como plásticos desechables.
Es por ello que debemos comenzar el cambio desde nuestros hábitos cotidianos, desde el inicio de toda la cadena, y reflexionar qué productos son indispensables y cuáles no, teniendo siempre el objetivo de cubrir nuestras necesidades mientras disminuimos la cantidad de residuos que generamos.
Es importante siempre recordar que el mejor residuo es aquel que no se genera, por ejemplo, antes de comprar una botella con agua piensa en el tiempo y la cantidad de recursos naturales involucrados en la producción de esa botella, en los años que le tomará volverse a incorporar al suelo (si es que lo hace) y el tiempo que la usaré antes de desecharla (menos de 1 a 5 minutos), ¿para dónde se va la balanza?
Otra acción importantísima es la separación de los residuos que se generan en tu casa. Si lo haces, ¡gracias!, porque con esta pequeña acción, estás aportando mucho para mejorar el ambiente de la ciudad. Al separarlos, permites darles un tratamiento adecuado y rápido a los materiales; acción con la que ayudas a dejar descansar a la Tierra, para que no sea ella quien tenga que “hacerse cargo” de desintegrar los residuos en varios años. Si aún no separas tus residuos, te invito a que lo hagas. No toma más de 2 a 5 minutos, verás que en unas décadas, la pequeña acción de separar, ayudará a reducir la contaminación por basura en la ciudad.
Al separar es más fácil prestar atención al tipo de residuos que más generamos. Revisa cuántos plásticos generas y piensa qué tan necesarios son. Reemplaza los que puedas por productos reutilizables y verás cómo disminuirá enormemente la cantidad de residuos plásticos que desechas en casa. Hazlo en favor de la reducción de residuos en la ciudad, apoya al programa Basura Cero y la prohibición de plásticos de un solo uso.
Prestemos atención a los hábitos y costumbres en torno al consumo y desecho de materiales en nuestra cultura. Realicemos pequeñas y contundentes acciones para evitar la generación de residuos; retomemos el hábito de usar nuestra botella reutilizable de agua, cargar nuestra propia cuchara, vaso o termo, estas acciones realmente hacen la diferencia.