Imagina que un día sales a caminar y los colores que predominan en escena se reducen a una escala de grises; el pavimento, los coches cenizos, el aire que respiras denso, entrecierras tus ojos para enfocar deseando ver matices distintos. Nada. Ni el verde brilloso de las hojas de los árboles o el resplandor del cielo azulado perciben tus pupilas. En 1960 se vivieron estos días, en algunas ciudades de Estados Unidos, a causa de la contaminación, las personas no…