¡A comer! Un llamado hacia una alimentación sostenible

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De los más grandes placeres de la vida…la comida, ¿no crees? En el desayuno, la comida y la cena degustamos sabores exquisitos, que van desde las dulces y jugosas frutas, las frescas verduras, las texturas carnosas, las salsas picantes, los sabores ácidos o las bebidas con sabor amargo que nos dan los buenos días. Hay una gran variedad de sabores y de gustos, pero ¿podría nuestra forma de comer ser placentera a la vez de ser sostenible?

 

Sí, la sostenibilidad también se ve reflejada en nuestra forma de comer, sobre todo en el origen de los alimentos: cómo se cultivan, cómo llegan a nuestros mercados y en la forma que preparamos nuestros deliciosos platillos. ¿Tú sabes de dónde viene todo aquello que comes?

 

Quizás no lo sepamos del todo, tal vez no sepamos cómo llegaron los alimentos hasta nuestras mesas, dónde se produjeron o cómo se transportaron, pero sí sabemos qué alimentos decidimos comprar, dónde y cuánto pagamos por ellos, cómo los preparamos y si los comemos o los tiramos. Entonces, para tener una alimentación sostenible que ayude a satisfacer nuestras necesidades sin poner en riesgo las de las generaciones futuras, es importante considerar los siguientes aspectos:

Producción

 

Existen alimentos cuya producción es respetuosa con el ambiente porque evita el uso de agroquímicos, en lugar de ello,emplean fertilizantes naturales y controlan plagas mayoritariamente de forma natural, además, utilizan de manera responsable el agua. En la siembra se usan semillas que promueven la diversidad genética, la responsable de la adaptación natural de las plantas a las condiciones climáticas y que generen resistencia a plagas y enfermedades.

 

Transporte

 

El consumo de productos locales y de temporada es muy positivo, ya que se recorre menos distancia en llevarlos del sitio de producción al punto de venta, esto reduce la cantidad de contaminantes emitidos por el transporte en comparación a si la distancia fuera más larga. Entonces, consumir productos importados, es decir, que proceden de otro país requiere transportarlos una mayor distancia, lo que implica mayor contaminación, que si optamos por los alimentos producidos más cerca, como los elaborados al interior de nuestro país, o mejor aún, en la misma Ciudad de México.

 

También resulta beneficioso consumir productos de temporada, pues se respetan los tiempos naturales de crecimiento y maduración de vegetales, frutas y plantas en general. 

 

Punto de venta

 

Los mercados sobre ruedas, mercados alternativos y los populares son los mejores lugares para realizar una compra justa de alimentos. Entre menos intermediarios haya en la compra-venta del producto, ésta será más justa. Al mismo tiempo, al comprar en estos mercados se impulsa la economía local, pues se fomentan las actividades agrícolas realizadas en los suelos de conservación de la ciudad, que son sitios protegidos ante las amenazas de la mancha urbana y lugares donde se producen varios de los alimentos que conseguimos en los mercados sobre ruedas, alternativos y populares; esto quiere decir que al comprar directamente al productor, ayudamos a la conservación de áreas verdes de nuestra ciudad. 

 

Para facilitar el consumo local responsable y sin intermediarios, la SEDEMA ha organizado diferentes ediciones de la Caravana de productores rurales de la Ciudad de México, donde encontrarás productos como hortalizas frescas, frutas, miel, amaranto, flores ornamentales, entre otros productos, que este año se ofertarán en las plazas comerciales de la ciudad (ver calendario).

 

Preparación

 

En este punto hay que considerar el tipo de energía que se usará al cocinar la comida. La mejor opción siempre será alguna fuente de energía limpia, es decir, el uso de gas LP, gas natural o electricidad en lugar de carbón, para reducir la emisión de contaminantes que resultan de la quema del combustible.

 

Durante la cocción de los alimentos es mejor usar ollas con tapa, para aprovechar la mayor parte del calor en la preparación y evitar que éste escape, esto optimiza el uso de la energía y a su vez se disminuye el tiempo de preparación del alimento. Si utilizas gas LP o natural, procura que la estufa no reciba corrientes directas de aire, para que no se apague la flama y se escape el combustible. Incluso si se mantiene prendida la hornilla, el aire dificulta la quema del gas y se requiere mayor cantidad de combustible para cocinar.

 

La importancia de evitar fugas de gas, además de impactar en la  economía, también tiene que ver con la salud ambiental. Cuando hay fugas o una quema deficiente de gas LP se liberan compuestos orgánicos volátiles (COV) a la atmósfera y contribuyen a la formación de ozono troposférico (O3), un contaminante del aire que afecta la salud humana y ambiental. En humanos, provoca irritación en los ojos y en las vías respiratorias, lo que disminuye la función respiratoria; en la vegetación puede provocar una disminución importante en el rendimiento de los cultivos

 

Cada día se desperdician hasta 13, 092 tanques de 20Kg de Gas LP a través de fugas domésticas2, lo que representa un quinto de las emisiones de COV totales. Entonces, al poner cuidado en la forma que preparamos nuestros alimentos, también evitamos afectaciones ambientales y a la salud.

 

Consumo

 

Probablemente todas/os estamos muy familiarizados con este último aspecto: el momento de comer los alimentos, es la parte más gratificante y placentera. Sin embargo, ¿siempre te comes todo lo que preparas o te sirven al plato? Es importante comprar la cantidad justa de alimentos que prepararemos y consumiremos para prevenir desperdicio de alimentos, ya que, se sabe que cada mexicano desperdicia al año 250 kg de alimento. Esto no solo implica perder alimento que podría aprovecharse por personas que viven en pobreza, si no que también, al desperdiciar comida se desperdician todos los recursos utilizados para cultivar, procesar, transportar y comercializar esos alimentos.

 

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), puedes seguir las siguientes recomendaciones para evitar el desperdicio de alimentos:

  1. sírvete raciones realistas, 
  2. ten en cuenta las fechas de caducidad de los productos y da preferencia a los que están próximos a caducar, 
  3. almacena los alimentos de manera que cada producto cuente con las condiciones necesarias para mantenerse fresco por más tiempo,
  4. dona los alimentos excedentes 
  5. y convierte los alimentos sobrantes en la comida del día siguiente.

 

Como podrás notar, la comida es mucho más que lo que hay en nuestros platos y los consumidores tenemos el poder de relacionarnos con nuestros alimentos de una forma más saludable y sostenible.

 

Modificado por última vez en Jueves, 03 Octubre 2024 16:15
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