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México tiene una Flor Nacional


Soy una de las flores más bellas y polifacéticas que existen. Me encuentras sembrada desde hace muchos años en las chinampas de Xochimilco y desde la época victoriana, en los jardines de palacios europeos. Puedo ser parte de un romántico ramo de flores, tapete de pétalos en fiesta patronal, ingrediente principal de una mermelada o incluso, miel para personas con diabetes. ¿Sabes quién soy? Me llamo Dalia y soy la flor nacional de México, ¿adivinaste?

Al igual que el aguacate, nopal, cacao, tomate, chile, maíz y muchos cultivos más, soy originaria de México y he recorrido el mundo entero. Como yo, existen otros tipos de dalias con tamaños muy diversos, colores y variaciones en la cantidad de pétalos de mi corona. Aunque en nuestro origen genético existen tan sólo 36 variedades concentradas en México, según el registro internacional de dalias, actualmente se estiman más de 20 mil variaciones en todos los continentes. Somos tantas y tan diversas, que si cada día regalaras una dalia distinta a tu pareja, no repetirías el mismo presente una sola vez en más de 50 años, es decir,   hasta 2070 y más allá ¿te imaginas?

Mi floración es sobre todo en primavera y verano, aunque en nuestro país y debido al clima, también me encuentras en otoño e invierno con un tamaño más pequeño. Existen tres formas para cultivarnos y reproducirnos: por trasplante de esquejes o “piecitos”, de raíz o “camotito” y por siembra de semillas. Cada una con ventajas y desventajas según el propósito. 

Nuestra existencia, además, depende de los insectos polinizadores. Cada vez que una polilla o avispa nos visita para extraer el néctar, en su cuerpo y alas se le adhiere polen que luego lleva a otra planta como yo y eso favorece nuestra reproducción. Entre los insectos más asiduos se cuentan algunas variedades domesticadas y silvestres de abejas, así como mariposas, polillas y avispas.   

En Mesoamérica me cuidaban y cultivaban diversas culturas prehispánicas, aunque también hay registro de variedades silvestres de mi especie. Mi nombre en náhuatl es “atlcocoxochitl” que significa flor que viene del agua, ¿te gusta mi nombre originario?. También fui conocida como “Aztlaxóchitl” o flor del Aztlán, por encontrarme en las lagunas y los lagos del antiguo imperio de los Aztecas. Posterior a la conquista, con el comercio y saqueo emprendido por los colonizadores españoles, viajé a Europa en dónde me apreciaron tanto, que aprendieron a cultivarme y así fue como comenzaron a darse cientos de variedades distintas en tamaño, color y volumen de mi corola. ¡Imagina que en algunas variedades las dalias podemos tener más de 500 pétalos! 

Los lugares del país donde más me cultivan son el estado de Puebla y la Ciudad de México. En esta última además existen restaurantes donde, desde hace mucho tiempo, preparan ensaladas con mis pétalos, sopa de guía, dulce y mermelada con el camote de mis raíces. Además de bella soy buena para tu salud, pues mi tallo contiene fibra, mientras que mi raíz en forma de camote posee algunos azúcares apropiados para personas con problemas de insulina. Si no tienes problemas de salud, puedes simplemente disfrutarme en una perfumada infusión que aprovechará los aceites que contiene mi flor y ayudará a tu digestión.

He sido inspiración de monarcas, jardineros, músicos, poetas, cineastas y, por supuesto, de enamorados. Actualmente se han creado muchas variedades de dalias y estamos diseminadas por todo el mundo. Somos ornamento en fiestas, jardines y palacios lujosos como el de Malmaison en París. También somos parte de ritos católicos en algunos barrios e iglesias de la Ciudad de México y otros lugares, en los que utilizan mis pétalos para generar preciosos tapetes junto con aserrín de colores. He sido tema recurrente en pinturas, poesías y hasta en películas, (“La dalia negra” de 2006 y “La dalia azul” de 1946).  También en algunas sentidas canciones rancheras como aquella de Antonio Aguilar (1994). Finalmente, y para quienes se enamoran o simplemente por cariño desean expresar sus sentimientos con un ramo de dalias, el significado que me han atribuído es la expresión del compromiso, cariño, dignidad y elegancia.

Por todo ello estoy muy orgullosa de lo que soy y de ser la flor nacional de México. Te invito a disfrutar al regalar un ramo de dalias, degustar una mermelada, ensalada o una nieve de pétalos; mejor aún, disfruta cultivando tu propio jardín de dalias. Como soy una especie nativa, en la Ciudad de México, me eligen para ser parte de jardines con enfoque ambiental, doy alimento y favorezco el cuidado y protección de los insectos polinizadores, además de embellecer tu jardín o incluso complementar tu alimentación; por todo ello ¡Siembra dalias!




Fuentes: 

Ecosistémica AC. 2019. Construyendo un jardín para polinizadores. Ciudad de México.
www.sma.gob.mx/SRN/2019/DESCARGAS/CATEDRA/guia_polinizadores_ecosistemica.pdf

Jiménez Mariña, Liudmila, 2005. EL CULTIVO DE LA DALIA Cultivos Tropicales, vol. 36, núm. 1,
enero-marzo, 2015, pp. 107-115 Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas La Habana, Cuba.

Mera Ovando Luz Ma y Bye Boettler Robert.(2006) La Dhalia, una belleza originaria de México.
Revista Digital Universitaria UNAM- Volumen 7 Número 11 • ISSN: 1067-6079

íaz López, Karen. 2017. Usos gastronómicos de la planta de dalia (Dahlia SPP)
Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. Chiapas México. 





 

 

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