El loco del matorral

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Bosques, cuevas, barrancas y hasta nuestros propias casas son hogar de distintos seres vivos. En ‘Conoce a’ exploraremos la forma de vida de estos organismos con los que compartimos banquetas, árboles, lagos y distintos sitios en la Ciudad de México. Conoceremos sus hábitos, interacciones y la manera en que podemos ayudar en su cuidado.

“Mi locura es sagrada, no la toquen”

Salvador Dalí

Al suroeste de la Ciudad de México existe una reserva ecológica donde es posible apreciar una especie endémica de México, el Palo loco.
El Palo loco reverdece, florece y se seca en temporadas poco comunes.

Debajo del lugar donde vivo hay algo que producen los volcanes, y no, no es ceniza ni magma. Pertenezco al sistema del desierto pero tampoco habito en él. Dicen que estoy loco pero eso es porque en el verano mis tallos guardan el agua de lluvia, mis matas se ponen de un color verde y en el tiempo seco del año, la parte extrema de mis tallos florecen. ¿Ya adivinaste mi nombre? Si, me llamo Palo loco y soy una especie endémica de México y ahora te contaré más acerca de mi historia.

Se dice que en la época prehispánica, los mexicas ocuparon mis hojas para tratar problemas como dermatitis, reumas o heridas. De hecho recibí el nombre de tezcapatli que en náhuatl quiere decir: “planta medicinal de espejo” y mi nombre científico es Pittocaulon praecox. Tratar de cultivarme en los hogares es una tarea complicada pues crezco en lugares muy específicos donde hay roca volcánica. Me encuentras en las regiones del Eje Neovolcánico Transversal de México pero quizás alguna vez caminaste por el suroeste de la Ciudad de México y encontraste alguno de mi especie, ¿sabes a qué zona me refiero?¹

Hace aproximadamente 1700 años hizo erupción el volcán Xitle, de ahí se produjeron derrames basálticos que pueden verse en las zonas de San Ángel, Coyoacán y Tlalpan. Sí, se trata de la zona del pedregal. Aquí se encuentra la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA) la cual alberga más de 1200 especies entre ellas la mía, el Palo loco. Y te preguntarás, ¿qué me hace tan especial y único?²

Para empezar, mis tallos son de color gris claro, lisos, erectos, gruesos y se bifurcan en todas direcciones, es por ello que escucharás que a veces me dicen “candelabro”. Otros sobrenombres son: Consuelda, Palo bobo o Palo hueco. Mido entre 2 y 4 metros de altura.

Soy un planta nativa y vivo en un ecosistema de matorrales xerófilos, es decir, de ambientes secos pero me he adaptado al suelo urbano de la Ciudad de México. Desafortunadamente por el crecimiento poblacional y de la mancha urbana, estoy en peligro.³

Es necesario saber y entender que mi preservación es clave para el medio ambiente debido a que especies endémicas como la mía son necesarias para medir el estado de salud de un territorio y cuando nuestra población disminuye es porque algo no anda bien con ese ecosistema. Además de que convivo con especies de clima templado, en mi hábitat también comparto mi vida con magueyes, nopales, encinos, tepozanes, tejocotes, dalias y helechos.

Mi especie tiene una importancia paisajística y es visible no solo en Ciudad Universitaria (UNAM), también me encuentran con regularidad en zonas de Tlalpan como el Ajusco. Finalmente, ofrezco beneficios ecosistémicos como retención de agua, impido la erosión del suelo y mejoro la calidad del aire. ¡Cuando visites los lugares donde vivo, evita introducir o dejar especies que no pertenecen al ecosistema, esto ayudará a mi cuidado y preservación!

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