¿Te habías puesto a pensar que nuestra salud está completamente relacionada con la salud ambiental? Es muy simple de explicar, verás: cuando nuestros alimentos se producen necesitan de ciertas condiciones climáticas para lograrse y poder proporcionarnos nutrientes, así podemos tener buenas defensas, vivir el día a día y tener una condiciones favorables en el trabajo, la escuela, la casa o cualquier otro sitio.
Ahora, pensemos un escenario donde nuestros alimentos no adquieren los nutrientes del suelo porque ha sido contaminado; donde el agua y aire no están limpios a causa de los vertederos al aire libre; donde las banquetas en las que caminamos están llenas de basura, heces o colillas de cigarro; donde el verde de los árboles y los colores de las flores se van apagando; donde los polinizadores no tienen hogar ni alimento; donde nuestros aceites contaminan cuerpos de agua…seguro no te fue difícil imaginarlo porque son imágenes que podemos encontrarnos por algunas partes de la ciudad, ¿qué tan frecuentemente te encuentras con lugares así?
Como puedes ver, el significado de las palabras “medio ambiente” implica mucho más que solo el entorno que nos rodea, es en realidad el conjunto de elementos naturales, tanto bióticos como abióticos, entre ellos: el agua, el aire, la tierra, la flora y la fauna, así como al patrimonio cultural y la interacción entre estos elementos. O sea que, el medio ambiente incluye elementos naturales y artificiales.
Lamentablemente cada vez se vuelven más comunes las noticias sobre los daños que le hemos causado; la degradación del medio natural ocurre de manera más acelerada de lo que nos gustaría admitir; por ejemplo, ha cambiado la intensidad de las lluvias y la sensación térmica, sobre todo en época de secas, se ha vuelto más calurosa y qué decir de la calidad del aire.
Por eso, en el marco del Día mundial del medio ambiente, que se celebra cada 5 de junio desde 1974, aprovechamos para invitarte a reflexionar acerca de la necesidad e importancia del cuidado ambiental y darte algunos consejos para vivir en armonía con el ambiente y disminuir el impacto negativo que pueda tener nuestro estilo de vida en la salud ambiental, y por tanto, en nuestra propia salud.
Conservar el medio ambiente va más allá de un simple deseo o interés económico; significa bienestar y calidad de vida, pues dependemos del suministro de agua o de la fertilidad del suelo para obtener alimentos, así como del aire puro para respirar y así, mantener nuestra salud. Recordemos que todas y todos los seres vivos tenemos el derecho a un medio ambiente sano y lograrlo requiere de la participación conjunta de todas las personas, pues aunque sea difícil de creer, ¡aún podemos cambiar nuestra realidad!
¿Cómo podríamos mejorar la salud ambiental? Al realizar un consumo responsable de recursos, reutilizar objetos o envases, extender lo más que podamos la vida de un producto y decir adiós a los desechables. Por ejemplo:
Como puedes ver, existen formas muy sencillas para salvaguardar la salud del medio ambiente, son acciones para brindarle protección y justicia, informémonos y participemos. Juntas/os podemos garantizarnos una vida plena a todos los seres vivos y adoptar una postura activa en la toma de decisiones ambientales.
¿En qué piensas cuando escuchas la palabra “ozono”? Seguro te viene a la cabeza la capa que nos protege de la dañina radiación ultravioleta sin la cual ni el mejor bloqueador nos salvaría del ardor de piel e incluso de enfermedades graves como el cáncer de piel.
Déjame decirte que el ozono es más que eso y que, dependiendo del lugar en el que se encuentre, puede ser un héroe o un villano.
Ser el bueno o el malo del cuento, depende del lugar dónde se forme y se encuentre. Resulta que el ozono puede formarse en dos lugares: uno es la estratosfera, una capa superior de la atmósfera que se encuentra a más de 20 km por encima de nuestras cabezas y cuando ahí se produce, ahí se queda. Es gracias al papel que juega el ozono en esta capa que podemos considerarlo un héroe.
Por otro lado, el llamado ozono troposférico se encuentra a la altura de la atmósfera en la que nos movemos, así que lo podemos respirar y tiene efectos negativos en nuestra salud. Este es el villano.
Pero ¿sabías que somos nosotros los que propiciamos la generación de este ozono troposférico? Al usar solventes, pinturas, aromatizantes en casa, al transportarnos en auto y quemar gasolina o, incluso, si la gasolina o el gas sin quemar, salgan al ambiente se liberan dos contaminantes: compuestos orgánicos volátiles (COV) y óxidos de nitrógeno (NOx). Cada uno por separado es dañino, pero al entrar en contacto los COV y NOx en presencia de la radiación solar, se produce una reacción química de la que resulta el ozono que respiramos.
Al entrar en nuestro sistema, el ozono puede ocasionar irritación de nariz, ojos y garganta; generar tos y dificultad para respirar; dolor de cabeza, aumento en la susceptibilidad a infecciones respiratorias y complicaciones en padecimientos como asma, enfisema y bronquitis crónica. Esto puede complicar las condiciones de salud de las personas ante la pandemia que se vive en la actualidad, ya que el COVID-19 ataca directamente al tracto respiratorio.
Como te imaginarás, por todos los productos que usamos y por la forma en que nos transportamos, en la Ciudad de México siempre hay ozono en el aire que respiramos. Sin embargo su concentración varía a lo largo del año, aunque hay una temporada en la que los niveles de ozono en el aire de la ciudad son elevados: la temporada de ozono. ¿Lo sabías?
Ocurre cada año, entre el 15 de febrero y el 15 de junio. En estos días transcurren hace mucho calor, hay poco viento, lo cuál permite que todas aquellas actividades en las que se liberen los COVs y NOx, sean suficientes para que se incremente la formación de ozono bajo las condiciones de temperatura y radiación que caracterizan a este periodo del año, incluso cuando el flujo de los autos sea bajo.
El ozono es uno de los contaminantes que más se toma en cuenta para la activación de las Contingencias Ambientales. Todos los días se llevan a cabo monitoreos de su concentración y de otras partículas microscópicas (PM) en la Zona Metropolitana del Valle de México, y así es como se determina la calidad del aire de nuestra urbe, que puedes consultar en AireCDMX.
Como puedes darte cuenta, la calidad del aire depende de nuestras acciones. Por eso en esta temporada de ozono disminuye el uso del auto, utiliza bicicleta o camina cuando te traslades a distancias cortas; evita el uso de aerosoles, solventes y pinturas; recuerda realizar revisiones periódicas de la instalación de gas de tu hogar para prevenir fugas. ¿Qué dices, te animas a luchar contra el ozono villano? Porque todas y todos respiramos el mismo aire, ¿tú a qué te comprometes?
Más información: http://www.aire.cdmx.gob.mx/default.php?ref=Y2I
Las actividades que involucra planear, crear y mantener huertos urbanos comunitarios tienen la capacidad de promover el desarrollo sostenible, atender las problemáticas asociadas al cambio climático, lograr la reintegración social luego de la pandemia por COVID19, así como consolidar a los huertos urbanos como espacios verdes y de recreación. Por eso, la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA), en colaboración con la Procuraduría Social (PROSOC) y organismos civiles, coordinaron diversas actividades relacionadas con los huertos urbanos comunitarios, a finales del 2022.
Quienes vivieron la experiencia de participar en dichas actividades, recibieron de parte de ambas dependencias, sesiones de capacitación tanto virtual como presencial, en donde adquirieron conocimientos técnicos y prácticos en temas como: jardinería, cuidados de un huerto urbano, sus necesidades y durante 3 semanas.
En este tiempo, se les entregó a las y los 194 participantes los insumos necesarios para la instalación de huertos urbanos individuales y comunitarios, en de alcaldías como Coyoacán, GAM, Azcapotzalco, Tlalpan, Xochimilco y Álvaro Obregón; 12 de ellos fueron huertos comunitarios, de los cuales resultando en 8 fueron ubicados en unidades habitacionales, logrando así un total de 158 m² de área verde recuperada a través de estos procesos.
Gracias a la instalación de estos espacios, se detonó el potencial de la colectividad vecinal de las y los participantes, pues se les propuso ver al huerto comunitario como un lugar de encuentro en donde podrían reunirse a coordinar actividades en beneficio de su comunidad, así como resolver problemáticas afines a sus espacios. Así fue como se logró reintegrar a la comunidad que había disminuído su interés y relación con su entorno, especialmente desde la pandemia por COVID19.
Finalmente lo que nos queda hacer como ciudadanos conscientes de esta gran urbe es sembrar la semilla social de la colectividad invitando a otros vecinos, familiares o amigos para recuperar más espacios en los lugares donde habitamos, revegetarlos y, en el proceso, reencontrarnos como la sociedad colectiva que siempre hemos sido, trabajemos juntos en la recuperación de los suelos naturales de nuestra ciudad.
¿Qué problemas ambientales preocupan a infantes y jóvenes de la Ciudad de México? En una consulta realizada por el INE pudimos conocer los principales temas que más les inquietan. Este grupo de población cuida a sus animales de compañía y se proponen reducir el plástico, entre otras acciones que benefician a su entorno natural y a la ciudad.
Proteger el planeta no es tarea sencilla, por ello es necesaria la participación de niñas, niños, jóvenes y personas de todas las edades para darle un descanso a la Tierra. El Instituto Nacional Electoral (INE) se dio a la tarea de preguntarle a muchas niñas y niños de la Ciudad de México cuáles son sus inquietudes y preocupaciones acerca del medio ambiente de nuestra ciudad. Esto es lo que sienten, piensan y desean hacer para cuidar su entorno natural.
La encuesta se concentró en niñas y niños entre 3 a 5 años de edad. Una primera pregunta fue: qué hacen para cuidar al planeta Tierra; el 81.5 % contestó que tira la basura en su lugar. Si conoces a niñas o niños en este rango de edad, ¡felicítalos! y también oriéntalos, pues depositar la basura en su lugar no es suficiente, hay que separar los residuos según su tipo con la finalidad de revalorizarlos, es decir, aprovechar los residuos para hacer nuevos productos y no seguir sacando recursos naturales de la Tierra.
Otra inquietud tiene que ver con los animales de compañía. Algunos jóvenes, mencionaron que cuidan mucho a sus animalitos y consideran que el respeto y protección a estos seres son parte esencial del cuidado hacia el medio ambiente. ¿Tú tienes un animal de compañía? ¿Cómo procuras su bienestar? En la consulta del Instituto Nacional Electoral, niñas, niños y jóvenes expresaron su amor por los animales y propusieron hacer campañas para ayudar a los animales callejeros; crear albergues para llevar ahí a los animalitos maltratados. ¿Qué otras propuestas se te ocurren?
Las pequeñas y pequeños también mostraron su preocupación en torno al uso de plásticos, porque pueden durar en el ambiente hasta 500 años y durante ese tiempo representan un riesgo para la salud humana y ambiental. Las propuestas de las y los encuestados para hacer frente a esta problemática fueron: evitar usar unicel y plásticos desechables a la hora de comprar alimentos. Así que ya lo sabes, cuando salgas en familia a realizar compras, recuerda escuchar a las y los peques, porque reconocen la importancia de usar recipientes reutilizables para evitar el plástico y cuidar el ambiente.
Siempre se puede aprender algo nuevo y al mismo tiempo seguir el ejemplo de las nuevas generaciones que llevan a cabo diferentes acciones para el cuidado del medio ambiente. De las infancias y juventudes se pueden tomar como aprendizaje: el amor por los animales de compañía y animales silvestres; el respeto por su entorno natural que les lleva a obedecer las leyes que regulan aquellas actividades humanas que tienen un impacto negativo en la naturaleza; su compromiso con la vida, el medio ambiente y la responsabilidad que asumen hacia su cuidado.
¿Has salido de tu casa estos últimos días a visitar el Zócalo o Bellas Artes? Caminar por la Alameda Central o realizar nuestro recorrido habitual en la Ciudad de México se ha convertido en una misión casi imposible debido a la ola de calor por la que atravesamos últimamente.
La mala noticia es que todavía tendremos más días calurosos en todo el país donde alcanzaremos, ¡hasta los 45°C! Pero, ¿qué es una ola de calor y qué tiene que ver con la temperatura de estos días?
Una ola de calor es una condición atmosférica donde, durante varios días, la temperatura supera la máxima promedio de entre 25 y 26°C y normalmente está acompañada por una humedad excesiva; podríamos pensar que ésta ayudaría a disipar la sensación de calor, pero es todo lo contrario, ¡solo la aumenta!
¿Y ésto por qué sucede? Durante el verano, cuando la temperatura alcanza su nivel más alto o extremo en un determinado lugar del mundo, se genera una masa de aire caliente que se mueve fuera de la zona de origen y de un continente a otro por acción del viento. Cuando ésta se cruza con otra masa de temperatura diferente, se produce una ola de calor debido al intercambio continuo de aire caliente y frío, lo cual hace que durante días se mantengan temperaturas muy elevadas.
Este fenómeno no solo provoca que nos sintamos fatigados, sino que tiene muchas consecuencias negativas tanto para nuestra salud como para nuestro planeta.
Empecemos hablando sobre los efectos directos que tiene sobre nosotros; puede que debido al calor tan agobiante suframos de insolación, desmayos, golpes de calor, deshidratación, enfermedades diarreicas agudas y enfermedades en la piel.
Por eso, es importante evitar asolearse entre las 11am y 4pm, vestir ropa suelta de colores claros y manga larga, evitar las actividades físicas bajo el sol, tomar agua aunque no tengas sed, comer alimentos frescos, utilizar protector solar, lentes de sol, gorra o sombrero, evitar el consumo de bebidas alcohólicas y permanecer en la sombra o lugares frescos.
Si nos ponemos a reflexionar un poco, nosotros al menos podemos protegernos de esta onda de calor tomando las precauciones que te compartimos arriba, pero ¿qué pasa con nuestro planeta y otros seres vivos con los que compartimos la Tierra? ¿Será posible ponerle un filtro solar, un sombrero o mantenerlo fresco? Tristemente no.
Hasta aquí sabemos por qué hace tanto calor en la Ciudad de México, reflexionemos: ¿Estas olas de calor siempre han ocurrido igual y con la frecuencia con la que se presentan ahora? La realidad es que no, ya que el calentamiento global y sus efectos actúan como un catalizador e intensificador de este tipo de fenómenos.
Ahora, sumemos que durante años nos enfocamos en construir una ciudad gris donde se cambió la cobertura vegetal natural por asfalto. Es por esto que, en algunas alcaldías, podemos sentir “islas de calor urbanas” (presencia de aire más caliente en ciertas zonas de ciudad, a diferencia del que se encuentra en las zonas rurales que lo rodean) que son aún más intensas que la propia ola, excepto en aquellas alcaldías que cuentan con zonas verdes como Chapultepec en Miguel Hidalgo, el Parque Ecológico de Xochimilco o el Bosque de Tlalpan. Este tipo de parques y bosques, además de ser pulmones verdes de la Ciudad de México, son reguladores de la temperatura; por lo que si los visitas, inmediatamente notarás el cambio, te sentirás más cómodo y podrás olvidarte del calor sofocante.
Parece que el problema es gigantesco y que nosotros no podemos hacer algo significante al respecto, pero te tenemos buenas noticias…¡Claro que podemos revertirlo!, y se empieza por pequeñas, pero importantes acciones que podemos realizar desde nuestro hogar:
Separemos los residuos y participemos en programas de reciclaje como el Mercado del Trueque. Al realizar esta sencilla acción, ayudas a que tus residuos sean reciclados con más facilidad, a evitar la demanda de materia prima y con ello disminuir la contaminación en la ciudad.
Dispongamos de nuestros aparatos eléctricos, electrónicos y pilas de manera responsable en programas como el Reciclatrón. Estos residuos necesitan de un manejo especial ya que son altamente contaminantes si se disponen de manera incorrecta, al entrar en contacto con el calor o el agua pueden liberar sustancias nocivas.
Podemos aprender a recolectar el agua pluvial con programas como Cosecha de Agua de lluvia y usarla para nuestras actividades en casa, con esto, disminuimos la demanda de agua y la sobreexplotación de los mantos acuíferos.
Conéctate con la naturaleza, vista los humedales y canales de Xochimilco. Estos ecosistemas son reguladores de la temperatura. Entérate cómo puedes ayudar a protegerlos ¡Échale un vistazo al siguiente vídeo!
Traigamos de vuelta la naturaleza a la ciudad. Cultivemos en nuestra casa o colonia un jardín para los polinizadores y empecemos un huerto urbano. Estos espacios reducen el impacto de las islas de calor. Consulta la guía para crear tu propio jardín polinizador.
Recordemos tomar precauciones al salir de casa:
Evita asolearte entre las 11am y 4pm
Viste ropa suelta de colores claros y manga larga
Evita las actividades físicas bajo el sol
Mantente hidratado (a)
Come alimentos frescos como frutas y verduras
Utiliza protector solar, lentes de sol, gorra o sombrero
Evita el consumo de bebidas alcohólicas
¿Te gusta visitar los zoológicos, bosques o áreas naturales de nuestra ciudad? Entonces debes saber que para preservar su salud y continuar disfrutando de estos sitios es importante tener hábitos responsables y de cuidado cuando los visitemos.
Los bosques, zoológicos, Centros de Cultura Ambiental, Áreas Naturales Protegidas, Museo de Historia Natural, ubicado en Chapultepec, entre otros sitios naturales que se encuentran en nuestra ciudad, son sitios de encuentro y de intercambio sociocultural. En ellos, la ciudadanía se reúne para llevar a cabo diferentes actividades que van desde hacer deporte, realizar celebraciones, descansar, apreciar la belleza natural, hasta disfrutar de eventos culturales y educativos.
En el contexto de la campaña Ciudad Sustentable, ¡adiós desechables!, el uso de estos espacios es clave para promover el espíritu de la prohibición: evitar el consumo y desecho de plásticos desechables y de todo aquello que no es imprescindible para nuestras vidas, optar por cambios de hábitos hacia un consumo responsable de recursos para preservar la salud ambiental de nuestra ciudad y de todo el mundo.
Por eso, los bosques, zoológicos, Centros de Cultura Ambiental, ANPs, entre otros sitios naturales regulados por SEDEMA, se encaminaron en convertirse espacios libres de plásticos desechables, al implementar estrategias como “filtros educativos” en las entradas de dichos lugares, campañas de educación y comunicación ambiental para impedir el paso de los artículos plásticos que están prohibidos desde hace un año (dos años para el caso de las bolsas).
Además, se capacitó al personal interno y actores clave como scouts, organizaciones de la sociedad civil, comerciantes locales, ambulantes y grupos que se relacionan directamente con el espacio natural como vecinos y ciudadanía que voluntariamente se sumó a la difusión de la campaña, todos unidos con el fin de cuidar estos espacios naturales.
En el Bosque de San Juan de Aragón, por ejemplo, además de las actividades antes mencionadas, también se promovieron diferentes recursos digitales, como una encuesta, para conocer la percepción de sus visitantes en torno al uso de desechables, para conocer sus necesidades y ofrecer soluciones encaminadas a la eliminación de estos plásticos en este espacio natural.
Seamos responsables del cuidado y mejora de la salud ambiental de nuestra ciudad, pues de ella depende nuestra propia salud, así como la de la flora y fauna con quienes compartimos este ecosistema chilang@. Entre más sano sea nuestro ambiente, gozaremos de mayor salud, mejores y más bellos paisajes y espacios para compartir con nuestra familia y seres queridos.
Caminemos todos juntos a la construcción de una Ciudad Sustentable, digamos ¡adiós a los desechables! para contribuir al cuidado de estos “Espacios libres de plásticos desechables”.
Los zoológicos de la Ciudad de México apoyan a la conservación de especies silvestres, principalmente las nativas de México que se encuentran amenazadas y en peligro de extinción como el teporingo, lobo mexicano, mono aullador, mono araña, jaguar, tapir, borrego cimarrón, el cóndor de California, axolote de Xochimilco, entre otros2.
Imagina que una tarde vas a caminar a un sitio natural dentro de la Ciudad de México. De pronto, te encuentras de frente a un par de tigres que merodean entre rocas y árboles. A unos pasos te sorprenden reptiles, osos panda, lobos, aves enormes como el cóndor, águilas… Espera…¿qué? ¿De verdad podemos encontrar a estos animales en la ciudad? Sí, esto es posible gracias a los zoológicos que alberga la ciudad. ¿Has conocido estos magníficos lugares?
En la Ciudad de México se pueden visitar 3 zoológicos: el de Chapultepec, el de San Juan de Aragón y Los Coyotes. En los Zoológicos de Chapultepec y de San Juan de Aragón podemos apreciar fauna silvestre nativa de México y de otras partes del mundo. En el Zoológico Los Coyotes se observan animales silvestres nativos de la zona del Valle de México y zonas aledañas.
A lo largo de los tiempos, los zoológicos han cubierto diversos objetivos: al principio funcionaron como signo de poder y riqueza, por la acumulación de especies exóticas; posteriormente, como entretenimiento popular, a través de la exhibición de las especies; en otras ocasiones han servido para fines científicos, como centros de estudio e investigación del comportamiento animal. Y, aunque siempre han sido sitios controversiales, por la tenencia de animales silvestres, en la actualidad, los zoológicos tienen una función ambiental mucho más importante de lo que te imaginas.
Por eso, para comprender mejor la razón de ser de los Zoológicos, te invitamos a conocer sus funciones esenciales:
apoyar la conservación de especies y ecosistemas en peligro;
promover y desarrollar el conocimiento científico que beneficie la conservación de especies en sus hábitats naturales, en colaboración con instituciones como la UNAM, UAM, CONABIO, CONANP, SEMARNAT, entre muchas otras;
generar una conciencia pública sobre la necesidad de conservar la naturaleza, a través de actividades de educación ambiental;
presentar a las especies para su conocimiento, apreciación y sensibilización de la sociedad;
capacitar y entrenar a profesionales que apoyan diversas actividades dirigidas al bienestar animal, el manejo de poblaciones tanto en su hábitat natural (in situ) como fuera del mismo (ex situ), entre muchas otras actividades enfocadas a la conservación de la biodiversidad.
Todo esto se logra a través de diversas herramientas como la investigación de las especies silvestres, la educación ambiental o educación para la conservación.
Entre las acciones que desarrollan los zoológicos de la Ciudad de México, en apoyo a la conservación de especies silvestres, se incluyen algunas derivadas de los Programas Institucionales de Conservación de Especies Silvestres (PICES), que están enfocados en establecer acciones de conservación específicas, para cada una de las especies que albergan los zoológicos de nuestra ciudad, principalmente para las especies amenazadas o en peligro de extinción, entre las que se incluyen especies carismáticas nativas de México como el conejo zacatuche, mejor conocido como teporingo o conejo de los volcanes; el lobo mexicano; el mono aullador o saraguato; el mono araña; el jaguar; el tapir; el borrego cimarrón; el cóndor de California; el axolote de Xochimilco; entre otros2.
En el caso del Lobo mexicano (Canis lupus baileyi), a través del programa binacional de recuperación de esta especie, México recibió las primeras parejas reproductivas en 1987-88 en los zoológicos de San Juan de Aragón y de Chapultepec. En el 2001 se sumó el Zoológico de Los Coyotes al programa de reproducción de esta especie. En conjunto se registró, entre 1978 y 2021, el nacimiento de casi 200 crías de lobo mexicano. Recientemente uno de estos ejemplares formó parte del programa de reintroducción en México2, esto es un gran paso para recuperar la población de la especie y así descartar su posible extinción.
Además, la Dirección General de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre mantiene lo que le llamamos un “zoológico congelado” que es una reserva o banco de material genético y reproductivo de, aproximadamente, 30 especies de mamíferos y otras especies silvestres, por ejemplo: lobo mexicano, borrego cimarrón, agutí, jaguar, temazate, bisonte americano, panda gigante, entre muchas otras. Esta reserva genética apoya a la conservación de las especies, pues con este material es posible la reproducción de especies en peligro, bajo proyectos planeados y bien estudiados. En el caso del lobo mexicano, el resguardo de este material genético, el único en nuestro país, apoya al programa binacional de conservación de esta especie2.
Te invitamos a que conozcas y admires a los más de 1,850 animales de 261 especies silvestres diferentes: 37.9% de mamíferos, 18 % reptiles, 40.2% aves, 3.0% anfibios y 0.7% de arácnidos, que están distribuidos en los zoológicos de la ciudad.
En el Zoológico de Chapultepec se cuenta con casi 200 especies silvestres diferentes bajo cuidado humano.
En el Zoológico de San Juan de Aragón podrás conocer más de 100 especies distintas.
En el Zoológico Los Coyotes se pueden apreciar más de 50 especies nativas de la zona central de México.
¿No tienes plan para este fin? ¡Ve y conoce los zoológicos de la ciudad! Aprecia a la fauna silvestre y comprende la importancia de conservarla. El acceso en los tres es gratuito y puedes visitarlos en los siguientes horarios: Chapultepec y Aragón de martes a domingo de 9 a 17 h; Coyotes, de lunes a domingo de 6 a 17 h.
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Son las 8 de la noche y Laura le pone el listón a su regalo. Marco corre a la papelería para comprar un peluche y los materiales faltantes para el presente de Tere. Sonia guarda en su mochila las bolsitas de dulces que hizo para sus amigas. Al mismo tiempo, el señor Raúl alista su puesto de dulces porque mañana será una venta importante. ¿Ya sabes qué fecha es? Así es, ¡San Valentín!
Llegó el día donde el amor está en el aire. De pronto podemos escuchar el canto de los pájaros tan suave, armonioso; el viento huele a algodón de azúcar, bombones o chocolates. Si miras a tu alrededor, verás que las tonalidades rosáceas y rojizas inundan nuestra ciudad; las flores dejaron de estar en los huertos o jardines para formar parte de hermosos ramos de todos tamaños; podrás ver en cada esquina vendedores de grandes esferas flotantes impregnadas con letras amorosas.
A lo largo del 14 de febrero las reservaciones para restaurantes se agotan, las florerías no se dan abasto, a cada paso que uno da encuentra parejas y grupos de amigos que salen para celebrar este día. Pareciera que ir en coche no ha sido una buena idea por las filas larguísimas o los claxons que resuenan con la esperanza de llegar más rápido a su destino. Al caer la noche comienzan los recuentos de las anécdotas que sucedieron en este día: risas, besos, lágrimas…¡amor y amistad!
Pero hay algo que no hemos pensado ni un instante a lo largo del texto, ¿qué estragos encontraremos al día siguiente? Las bolsas que ayer contenían obsequios y ahora yacen en el suelo están encaminadas a tapar coladeras. Los globos que se vendían como pan caliente, están en basureros o han partido al cielo, incluso hacia lagos y ríos para esperar 450 años a degradarse. La brillantina de algunas cartas ahora es parte del aire que respiramos. Las flores que ayer resplandecían, hoy comienzan a marchitarse. La envoltura del obsequio que le entregó Marco a Tere pertenece a las 13,149 toneladas de residuos sólidos que se generan a diario en la Ciudad de México, pero aún falta sumar la de todas y todos los que recibieron o entregaron obsequios.
Por ello, la política en materia de residuos del Gobierno de nuestra ciudad está encaminada hacia la prevención y minimización de los mismos, ¿con qué objetivo? Fomentar en la ciudadanía un enfoque de economía circular para que extendamos la vida de algunos materiales y permitamos que la tierra descanse, respire y se regenere. Una acción de amor de nosotros para con ella, así como cuando te sentías mal y tu mamá te procuraba con consomés, tés, mantas calientes, reposo y, ¡mucho amor!
Es hora de ponernos manos a la obra y comenzar a cambiar nuestro hábitos, sobre todo en fechas de festejos masivos como lo es el 14 de febrero, ¿cómo? ¡Muy fácil! Sigue los siguientes consejos para celebrar un amor sustentable:
Si quieres envolver el regalo para guardar cierto suspenso, te recomendamos reutilizar papel o que tu envoltura sea también una carta, ¡garantizado que la conservan!
¡Regala vida! No cortes flores, mejor obsequia plantas o flores en maceta, incluso semillas, así el amor crecerá y dará frutos.
Las veladas en casa también son una opción, evitas tráfico y tienes tu “reservación” segura, sin costo extra. Echa a volar tu creatividad.
Si quieres preparar la cena, procura que sean productos de tu región. Recuerda, economía circular.
“La intención es lo que cuenta”, así que si haces las cosas con amor y piensas en las consecuencias ambientales que podrían tener, ¡estás entendiendo todo!
Porque si queremos o amamos a alguien, le damos lo mejor Agradezcamos a la naturaleza por el amor que nos ha brindado y devolvamos el gesto. Nos ha cuidado toda la vida, es momento de cuidarla nosotros.
Este 14 de febrero, además de ser el día del amor y la amistad, es también el Día Mundial de la Energía, fecha en la que se promueve el uso de fuentes de energía renovable, es decir aquella que no se agota y es amable con el medio ambiente, como la eólica que se genera con el viento; la solar, la hidráulica o incluso, la generada a partir de biomasa, entre otras.
En el mundo de la ciencia, para la física la energía es la capacidad para realizar un trabajo, para la biología es inherente a la vida y se define como la capacidad para producir un cambio; mientras que para la economía es un recurso natural. Desde estos puntos de vista, podemos darnos cuenta que la energía forma parte de nosotros como seres vivos y además está afuera en nuestra vida cotidiana para hacer trabajo y facilitarnos la vida, estamos rodeados de ella y dentro de nosotros; nos permite respirar, movernos o estar vivos, ¡la energía está en todas partes!
Dado que utilizamos energìa en muchas de las actividades cotidianas en casa, trabajo y por supuesto en nuestro medio de transporte; resulta muy importante distinguir si la energía fue generada a partir de recursos que algún día agotarán, o si por el contrario, provienen de una fuente que no corre riesgo de acabarse y en cuyo caso nombramos energía renovable; la cual representa por cierto muchas ventajas ambientales como la menor emisión de gases de efecto invernadero (GEI). En el extremo opuesto, las fuentes energéticas que se agotan reciben el nombre de no renovables y como ejemplo están las impulsadas por distintos combustibles fósiles; los cuales además representan grandes emisiones de gases tanto para su extracción, como la generación de energía al ser incinerados.
De acuerdo con información difundida por la Secretaría de Energía (2020) sobre la generación de energía eléctrica, ese año nuestro país alcanzó la meta comprometida de utilizar o emplear al menos el 30% de fuentes de energía renovable en todo el territorio nacional. De estas fuentes generadoras de energía, sobresale el uso de hidroeléctricas con 16%, viento con 7.5% y la solar con 4.3%.
Fuente |
Porcentaje |
Geotermia |
1.2% |
Nuclear |
2% |
Solar |
4.3% |
Eólica |
7.5% |
Hidroeléctrica |
16% |
Total |
31% |
¿Qué elecciones puedes hacer en tu vida cotidiana respecto a la energía?
En nuestro ámbito diario, ya sea en lo doméstico o en lo laboral, cada vez es más frecuente el uso de paneles para aprovechar la energía solar. Tomar decisiones para implementar este tipo de medidas, requieren de alguna inversión que normalmente se recupera al paso de 4 o 5 años, por lo que además del ahorro económico representa una alternativa accesible para utilizar energía renovable. Adicional a ello, es igual de importante el uso y cuidado que demos a la energía, regular nuestro consumo y dar preferencia a aquellas tecnologías que permitan su mejorar el aprovechamiento.
El uso en casa de calentadores, estufas y hornos eléctricos, así como el reemplazo de luminarias de gas por focos led, bajarán notablemente nuestro consumo y tendremos certeza, de que al menos un 30% de esa energía fue generada de forma sustentable. En cuanto a transporte, aquellos que son eléctricos como el Metro, Trolebús, Tren ligero, Cablebus e incluso también patines y bicicletas eléctricas o no, representan menor contaminación por GEI y gases tóxicos al ambiente.
Y si aún ocupas gas en casa, conviene cuidar este recurso, ¿cómo? Te invitamos a revisar la tubería y demás conexiones; pues se sabe que una de cada cuatro instalaciones de gas LP y gas natural, presentan fugas en hogares de la Ciudad de México, lo cual además de ser un desperdicio, genera contaminación del aire. Otro tip para mejorar su aprovechamiento es mantener la estufa y los calentadores de agua alejados de fuentes de aire y viento como son las ventanas abiertas; también tapar nuestras cacerolas y ollas cuando cocinemos y con ello ahorraras energía.
Este 14 de febrero celebremos el amor a la vida, al mundo, a la energía, así como a las fuentes renovables. Disfruta del viento, del sol o del agua; hagamos el propósito de superar las fuentes tóxicas y no renovables; recuerda que somos energía y formamos parte de ella; así que también puedes festejar con un paseo en bicicleta, al volar un papalote o al correr a lado de tu perro; dale marcha y activa tu propia energía, hazla renovable.
Consultas
Fuentes de Energía en México
La BioMasa
https://www.eve.eus/Conoce-la-Energia/Que-sabes-de/La-Biomasa?lang=es-es .
México general del total, 31% de energia renovable: Sener
https://www.forbes.com.mx/economia-mexico-energia-renovable-sener/
El 28 de enero se conmemora el Día Mundial de la reducción de emisiones de dióxido de carbono, por eso queremos que sepas qué es el dióxido de carbono, por qué debemos reducir sus emisiones y cómo podemos contribuir a su reducción desde nuestras acciones individuales.
El dióxido de carbono (CO₂) es el gas que más se emite con las actividades humanas, desde la respiración hasta la producción de todos los bienes y servicios que utilizamos día a día. Es el principal gas de efecto invernadero (GEI) que en épocas actuales tiene un impacto fuerte y negativo en el planeta, pues provoca el calentamiento global y el cambio climático.
El efecto de la presencia del CO2 en nuestro ambiente es conocido desde hace décadas, calienta la atmósfera. Sin embargo, el problema no es el CO₂ en sí, sino que su concentración en la atmósfera ha aumentado drásticamente desde la Revolución industrial, momento que marcó el inicio de la sobreexplotación de la naturaleza y el aumento en la cantidad de gases de efecto invernadero, principalmente de CO2.
En una serie de estudios e investigaciones para conocer los efectos y la influencia de este gas en nuestra salud y en el ambiente se hizo evidente la relación directa entre el aumento de la temperatura a nivel global y el aumento de las concentraciones de CO2, y de otros gei en la atmósfera, ocasionando que el clima de nuestro planeta cambie de manera acelerada.
Las actividades humanas que más suman CO₂ a la atmósfera son: la quema de combustibles fósiles (carbón, gas natural y petróleo), la generación y manejo de los residuos sólidos, la descomposición de materia orgánica, la generación de energía eléctrica y algunas reacciones químicas para la manufacturación del cemento y el transporte.
El CO₂ no es el único gei; a la lista se suman el óxido nitroso (N2O), el metano (CH4), ozono (O3), entre otros1 que también se derivan de nuestras actividades cotidianas. América del norte produce el 81% de todos los gei en el mundo2.
De acuerdo con el Inventario de emisiones de la Ciudad de México3, durante el año 2018, en nuestra ciudad emitimos cerca de 22 millones y medio de toneladas de CO₂ equivalente cuya fuente de emisión se clasifica en: 72% fuentes móviles, principalmente camionetas y autos particulares; 22% de la combustión de gas en los hogares; y finalmente, el 6% se genera en la industria.
Seguro te preguntarás ¿qué significa dióxido de carbono equivalente (CO₂ eq)? Cada uno de los gei tienen una capacidad de calentamiento distinta, sin embargo, para medir más fácilmente el aporte al incremento de temperatura de todos los gei se ha marcado como unidad de referencia la del CO₂. Entonces al hablar de CO₂ eq, se está considerando la aportación de todos los gei.
Como verás sobran razones para prestar atención a las emisiones de gei que hacemos día a día, por eso queremos proponerte algunas acciones para que desde hoy comiences a contribuir en la disminución de sus emisiones.
Acciones como la elección de nuestro medio de transporte: usar menos el coche, utilizar más el transporte público como Metro, Metrobús, Trolebús, Cablebús; o usar más la bicicleta, porque si cada vez somos más las personas que dejamos de usar el auto, habrá una reducción mayor en las emisiones de gei como el metano, dióxido de carbono e hidrocarburos, así como de partículas microscópicas y tóxicas como el azufre, plomo, entre otras4, que son expulsadas desde los escapes de los vehículos que usan combustibles provenientes del petróleo.
También, aumentar la vegetación de nuestra ciudad con la instalación de huertos urbanos y jardines para polinizadores aportamos a aumentar los sumideros de carbono, que son áreas verdes que captan dióxido de carbono, producen oxígeno, refrescan el ambiente y embellecen la ciudad, además de que funcionan como hogar o fuente de alimento de variedad de plantas y animales que cumplen una función de gran valor ambiental.
Disminuir de nuestro consumo la carne de res, también contribuirá a bajar las emisiones de CO₂, porque para su producción se requiere criar a las vacas que nos comeríamos, eso implica alimentarlas, para lo cual, se estima que el 30% de los cultivos en el mundo son destinados para este fin y, según la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO) la ganadería es responsable del 14.5% de las emisiones de gei producidas por las personas: la misma cantidad generada por todos los autos, aviones, barcos y trenes del mundo5. Además, durante su vida las vacas producen el equivalente a 16 kg de CO₂ por cada kilo de carne. De hecho, investigadores de la Universidad de Oxford afirman que si una persona que típicamente consume carne adoptara la dieta vegana, su huella de carbono quedaría reducida a la mitad, es una opción interesante, ¿no lo crees?
Otras acciones como disminuir la generación de residuos, hacer un uso eficiente de la energía eléctrica, prevenir y reparar fugas de gas en nuestras casas, usar calentadores solares u otras ecotecnias en casas o edificios también son muy benéficas cuando pensamos en reducir nuestras emisiones de CO₂.
Como seguro ya lo has notado, el calentamiento global provoca el cambio climático: el aumento o disminución de los patrones de lluvia, temporales o ciclones; las largas sequías; pérdida de biodiversidad y otras de sus consecuencias que afecta a todos los seres que habitamos el planeta. Sumáte a esta conmemoración reduciendo tu consumo y la generación de CO₂ .
1 Agencia para sustancias tóxicas y registro de enfermedades (2016). ToxFAQs - Óxidos de nitrógeno (monóxido de nitrógeno, dióxido de nitrógeno, etc.) (Nitrogen Oxides). Consultado el 20 de noviembre de 2022.
2 Agencia de Protección Ambiental (2020). Emisiones de dióxido de carbono. Consultado el 8 de enero de 2023.
3 SEDEMA, CDMX. 2019. Inventario de emisiones de la zona metropolitana del valle de México 2018. Consultado el 20 de noviembre de 2022.
4 Calidad del Aire, CDMX. ¿Quién contamina el aire de la ZMVM?
5 BBC. 2014. Cerdo, pollo o res: ¿qué carne hay que comer para ser más ecológicos?