Queremos aprovechar este 26 de enero, Día Mundial de la Educación Ambiental, para compartir tres ideas fuerza que acompañan nuestra práctica como Dirección Ejecutiva de Cultura Ambiental1.
Educación orientada a la constitución del Sujeto
Enfoque: nuestro quehacer educativo coloca el saber ambiental como incentivo para desarrollar el conocimiento de las interacciones entre las personas y la naturaleza, y para reconocer la responsabilidad que tenemos sobre la forma en que se dan esas interacciones y cómo constituyen el ambiente de la Ciudad de México.
Vivencia: desde el 2019 iniciamos el proyecto Jardines para la Vida, donde las protagonistas Mujeres Polinizadoras, de 25 barrios populares de nuestra ciudad, asistieron a un curso de jardinería y se propusieron instalar al menos 350 jardines para polinizadores públicos y particulares.
En la capacitación, coordinada entre la Secretaría del Medio Ambiente y los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (PILARES), reconocimos la importancia de la polinización como proceso natural indispensable para la salud ambiental del valle de México. Al mismo tiempo, nos cultivamos como personas dispuestas a realizar una polinización social, es decir, a imitar la visita que hacen los polinizadores a distintas flores para lograr que se multipliquen. Así, cientos de mujeres salieron de sus colonias y conversaron con ciudadanas y ciudadanos que visitaban el Parque de los Venados y la Alameda del Sur.
Al repartirles una planta compartieron su experiencia y lograron que la persona receptora se comprometiera con el cuidado de escarabajos, abejas, colibríes y mariposas, a través del mantenimiento y creación de áreas verdes o jardines con flores.
Las mujeres polinizadoras asumieron el arte de la jardinería como un quehacer ambiental; se hicieron responsables de comunicar a otros este saber. Su experiencia formativa se convirtió en proyecto y proceso social vivo, transformador.
Educación para el empoderamiento
Enfoque: la educación no es un proceso de transferencia de saberes o tecnologías, sino un proceso de generación de poder (personal, organizacional y colectivo). Con él, las personas crecen en habilidades, autoestima y capacidad de incidir en otros, de tal forma que producen cambios positivos en las personas y en el entorno, lo que categorizamos como saldos ambientales.
Vivencia: en plena pandemia y con el reto del confinamiento social, iniciamos, en colaboración con tres alcaldías, un proyecto dentro del programa de Compensación a la Ocupación Temporal y la Movilidad Laboral (SCOTML) de la STyFE2, diseñado para entregar apoyos económicos a trabajadores en circunstancias de vulnerabilidad laboral.
Mujeres y hombres trabajadores informales del servicio de limpia de las alcaldías de Iztapalapa, Álvaro Obregón y Azcapotzalco participaron en un curso en el que se formaron como orientadores ambientales en materia de separación de residuos domésticos. Las y los trabajadores quienes reconocieron el valor de su conocimiento y presencia social, además, aceptaron compartirlo con la ciudadanía beneficiaria de sus servicios. Así nació el proyecto “Trucos y saberes para separar nuestros residuos”.
La situación de riesgo de estar en la calle durante la pandemia se convirtió en oportunidad para visibilizar y dignificar a los recolectores. Al mismo tiempo, las y los trabajadores de limpia se empoderaron y asumieron la responsabilidad de orientar a la ciudadanía sobre cómo entregar su “basura” de manera segura y sustentable para contribuir a resolver el gigantesco problema que significan los residuos para nuestra ciudad.
Durante 3 meses, como parte del acto cotidiano de “tirar la basura” y recogerla, 60 trabajadores tuvieron más de 27 000 conversaciones con personas receptoras del servicio, sobre nueve temas distintos encaminados a orientarles cómo reducir el volumen de sus residuos y facilitar su recolección. Para que esto pasara, los trabajadores tuvieron que vivir un proceso de autoconfianza creciente y así confrontar la rutina ciudadana para convencer sobre la urgencia de aprender a separar los residuos desde el hogar. Se convirtieron en Orientadores ambientales.
En este caso buscar la separación de los residuos trascendió el beneficio ambiental. Hubo un crecimiento en las y los trabajadores, redescubrieron el poder de su palabra y servicio.
Educación para el fortalecimiento de la identidad
Enfoque: el derecho a un ambiente sano lo ejercemos co-responsablemente. Por su complejidad, sólo se puede garantizar con la participación y compromiso mutuo entre el Estado y la sociedad.
Nadie se compromete en algo que no es suyo. Construir al actor que mitigue y revierta la crisis nos lleva a fortalecer constantemente, desde lo educativo, un “somos” abierto e incluyente que nos da poder en la misión.
Vivencia: educación y comunicación son dos caras de un mismo proceso. Donde hay mujeres jardineras y amantes de la plantas, proponemos “Mujeres Polinizadoras”; donde existen mujeres y hombres trabajadores de limpia, sugerimos “Orientadores Ambientales”; donde encontramos dueños de mascotas, buscamos “Tutores Responsables”; donde vemos bosques, zoológicos y áreas naturales como lugares de esparcimiento, miramos también “Espacios libres de plásticos desechables”; donde hay viviendas que instalan tinacos y tuberías en sus azoteas, observamos “Hogares Cosechadores de Lluvia”; donde experimentamos ser habitantes, fauna y flora en medio del viento, de la tierra y el fuego, cada cual por su rumbo, vemos una comunidad socio-biótica biodiversa, un solo “Ecosistema chilango”.
Un nuevo somos siempre en movimiento, que posee vocación ambiental, es necesario para la construir la sustentabilidad de este amado hogar al que llamamos Ciudad de México.
1 La Dirección Ejecutiva de Cultura Ambiental de la SEDEMA se encuentra en un proceso de sistematización interna que apunta hacia el establecimiento de un documento rector que opere como texto inspirador para la elaboración de políticas de comunicación y educación ambiental para la Ciudad de México.
2 Mayor información en el sitio de StyFE: trabajo.cdmx.gob.mx/programa_sociales_y_servicios/programa-de-fomento-al-trabajo-digno-en-la-ciudad-de-méxico
¿Cuáles son los mejores regalos?
Cuenta la leyenda y la tradición que unos Reyes Magos de oriente llevaron oro, incienso y mirra como homenaje a un niño nacido en Belén. Esos obsequios representan los deseos de unión, salud, abundancia y espiritualidad para el recién nacido y su familia.
Como seguro sabes, esta tradición de “Reyes” en que se dan presentes a los niños, continúa hasta nuestros días; aunque evidentemente en un formato muy distinto y en muchos casos, de manera extremadamente consumista. La lista de regalos está encabezada por juguetes, mochilas o ropa basada en la moda, en personajes de series, programas o películas animadas. También por drones o cualquier tipo de juguete a control remoto, consolas para videojuegos, tabletas y teléfonos inteligentes, así como tarjetas con saldo para distintas aplicaciones digitales. Algunos estudios al respecto nos muestran que la publicidad a la que están expuestos los y las niñas, así como los intereses comerciales de los corporativos, marcan de manera determinante la elección del obsequio en cada temporada.
¿Cuántos juguetes necesita una niña o niño? Para contestar esta pregunta te invitamos a echar un vistazo al cajón de los juguetes de tus hijos o hijas, o de tus sobrinos o sobrinas y contestar, honestamente con cuántos juegan. Te darás cuenta que hay dos o tres preferidos y otros pocos que de vez en cuando se usan. Sin embargo, la mayor parte están abandonados, polvosos y olvidados. La psicología afirma que lo que la niña y el niño necesitan en realidad, sólo es sentirse apreciados y atendidos para despertar su imaginación y jugar. Es probable que terminen jugando con la caja y no con el juguete.
La mayoría de los juguetes rotos, incompletos, viejos o simplemente en desuso, terminarán en basureros y rellenos sanitarios durante cientos de años. Además, los juguetes desechados se reciclan muy poco. Hoy en día el 90% de ellos está hecho de diferentes plásticos, con mucha pintura, algo de metal y, en algunos casos, circuitos electrónicos. Los plásticos que se utilizan contienen mezclas especiales para dar el color deseado, también llevan sustancias retardantes para evitar el fuego y, sin embargo, el diseño cada vez es más frágil. Debido a la alta mezcla de plásticos y aditivos, resulta muy difícil la clasificación y hay poca o ninguna empresa que haga reciclaje de este tipo de materiales.
Cada vez son menos frecuentes los juguetes de trapo y de madera como carritos, cubos o, piezas encajables. Por otra parte en los juguetes más populares, los accidentes que safan el brazo a la muñeca, sumen el ojo, el botón o rompen la tapa, resultan difíciles de evitar; quizá porque el verdadero objetivo de esa fragilidad, sea la obsolescencia y promover el pronto reemplazo por uno nuevo.
Como te das cuenta, los regalos de Reyes Magos también conllevan importantes implicaciones ambientales. Si pensamos en la extracción de la materia prima con la que son fabricados y su producción, se requiere un enorme gasto de agua e incluso se emite dióxido de carbono que contamina la atmósfera y favorece al cambio climático, que se incrementa aún más por el traslado en buques y contenedores de los juguetes importados. Por otra parte, la generación de residuos también es relevante, ya que el empaque original (con alto contenido de unicel), más el envoltorio de regalo, se convertirán inmediatamente en basura, junto con todas las pilas y baterías eléctricas que ocupará el juguete. No es de balde que esta celebración se considere como uno de los días de mayor generación de residuos a lo largo del año y en toda la temporada se incremente de un 15 a un 20% el volumen total de residuos en la Ciudad de México a partir del desecho de envolturas, envases y empaques.
Pero, cuando obsequias algo, ¿qué es lo que verdaderamente quieres regalar? Tu intención seguro es regalar amor o alegría, pero lo que das se relaciona con el consumo, derroche de recursos, generación de gases y residuos. Como alternativa para el mejor regalo, puedes dar la posibilidad de tener un futuro con un mundo menos contaminado y más sustentable a partir de educar con el ejemplo hoy.
Por todo lo anterior, te recomendamos:
Propiciar el intercambio con amigos o donación de juguetes en buen estado.
¿Y a tí qué otra opción se te ocurre? Procuremos ser menos reyes y más magos. Enseñemos la magia de la imaginación, de reducir, de reusar y transformar, de ser creativo y compartir. Regala a tus hijas e hijos que es posible jugar y ser responsable con el ambiente.
El suelo es un sistema vivo. ¿Te imaginas cómo cambiaría tu vida si el suelo se satura de plástico? Realmente puede cambiar de muchas formas porque en él, animales, plantas, personas y otros organismos encuentran sustento pues contienen nutrientes de los que todos nos alimentamos. Este hecho convierte al suelo en el sostén de la agricultura y la economía de las naciones. Sobre él pueden llevarse a cabo diversas actividades recreativas, como andar en bicicleta o jugar fútbol, así como diversos actos escénicos y culturales
¿Cómo es el suelo del lugar dónde vives? Si no es de asfalto, al suelo que miras― en parques cercanos a tu casa, al que está en las montañas, pedregales, humedales, en los sitios donde siembran los alimentos que consumes y en las zonas rurales―le ha costado miles de años para formarse.
Y aunque casi no le prestamos atención, a menos que nuestra cara termine impactada en él, debes saber que el suelo presta diversos servicios ambientales: es hábitat de organismos y plantas que producen oxígeno; captura carbono y dióxido de carbono, así se obtiene una mejor calidad del aire; absorbe una parte importante de radiación solar manteniendo temperaturas bajas; al contrario del asfalto y el concreto que abundan en las ciudades que han contribuido a las elevadas temperaturas que alcanza el ambiente de la ciudad.
Los suelos también juegan un papel importante en la regulación del ciclo hidrológico y en la recarga de acuíferos, pues filtra, amortigua y capta ciertos contaminantes que llegan a través del aire, agua o vía terrestre, y les impide llegar a los cuerpos de agua subterránea, como el acuífero de la zona metropolitana de la Ciudad de México, del cual obtenemos el 41% del agua que consumimos quienes vivimos en esta entidad.
¿A pesar de su importancia, la salud del suelo se ve amenazada de diversas formas. Una de ellas está íntimamente relacionada con los plásticos y el uso que les damos.
Tan solo mira con atención el suelo de tu calle, del parque de tu colonia, o de cualquier otro sitio. Seguro encontrarás en él cualquier residuo plástico, grande o pequeño pero ahí está. Parece que estamos siendo invadidos por los plásticos y esto se debe a que una tercera parte de los residuos que generamos diariamente en la ciudad, son eso: plásticos y muchos de ellos no son depositados en un bote, sino que terminan en calles, coladeras, parques, alcantarillas, luego llegan hasta los ríos e incluso al mar.
La mayoría de los platos, vasos, cubiertos, globos y otros artículos plásticos están hechos a base de petróleo. Muchos de estos artículos que se produjeron desde hace 50 años, cuando inició su comercialización, hasta la fecha, se encuentran todavía en algún lugar de nuestro planeta y, mientras se desintegran, lo está contaminando.
En su desintegración los plásticos liberan sustancias tóxicas, gases de efecto invernadero y otros compuestos contaminantes. Lo más preocupante es saber que los plásticos mal desechados pueden terminar en nuestro propio cuerpo.
Sí, leíste bien, pedazos muy pequeños de artículos plásticos de un solo uso terminan dentro de nosotros, porque cuando se degradan en el mar, en un bosque u otro sitio natural, se fragmentan en pequeños trozos llamados microplásticos que por su pequeñísimo tamaño, menor a los 5 milímetros, llegan a los suelos por acción de arrastre del agua o el viento y son consumidos o absorbidos por el sistema de animales y plantas de los que nosotros nos alimentamos, todo ello dentro de nuestra cadena alimenticia.
La suma de todos los plásticos presentes en nuestros alimentos es equivalente a: ¡una tarjeta de crédito a la semana! ¿Y sabes qué es lo peor?, los científicos aún no han logrado determinar cuáles serán los impactos en la salud humana por consumir plástico, pero seguro alimentarnos de un material procedente del petróleo no debe ser muy saludable.
Cada vez que usas vasos, platos, cucharas o desechables, aportas a la contaminación por plásticos que está poniendo en riesgo la base de nuestra alimentación y, a su vez, nuestra salud y la de otros seres vivos.
El Gobierno de la Ciudad de México está consciente de esto y es por ello que este año prohibió la comercialización, distribución y entrega de bolsas plásticas de un solo uso, además, a partir del 1 de enero del 2021 también prohibirá los plásticos desechables como platos, cubiertos, vasos y sus tapas, charolas, globos y sus varillas, cápsulas de café, aplicadores de tampones, popotes, palitos mezcladores e hisopos que sean hechos total o parcialmente de plástico.
Para finales de este año, la SEDEMA ha puesto en marcha la campaña “Ciudad Sustentable, Adiós Desechables” que involucra a consumidores y comerciantes en todas la alcaldías de la ciudad con la prohibición.
Esta medida nos conviene a todos, por eso lo más recomendable es cumplir la ley y sacar de nuestras vidas a los plásticos desechables, dejar a un lado el mal hábito de consumir o desechar al por mayor, es mejor usar materiales reutilizables.
Echa a andar tu creatividad y encuentra alternativas. Sostengamos a quien nos sostiene; los suelos y al medio ambiente, para que sigan nutriendo la vida de todos y todas.
1 Production of methane and ethylene from plastic in the environment. Revista PLOS ONE https://doi.org/10.1371/journal.pone.0200574
2 National Geographic. El plástico es una amenaza para la salud de los humanos.
3 Un análisis sobre la ingestión humana de plásticos presentes en la naturaleza. https://www.wwf.es/informate/actualidad/?50940/Consumimos-el-equivalente-a-una-tarjeta-de-credito-cada-semana#:~:text=Un%20reciente%20estudio%20se%C3%B1ala%20que,de%20una%20tarjeta%20de%20cr%C3%A9dito.
Más información
Si quieres resolver dudas acerca de la prohibición, todos los jueves habrán ventanas de información virtual para atender dudas y colaboraciones ciudadanas. Aquí la información:
Link para webinar matutino JUEVES 11:00 am, en plataforma Zoom
ID de reunión: 837 7572 7814
Código de acceso: 462124
Link para webinar vespertino JUEVES 18:00 a 19:00 pm, en plataforma Zoom
ID de reunión: 862 1157 3959
Código de acceso: 320090
¿Te ha pasado que estás frente a los botes de basura y no sabes cómo separar o dónde depositar exactamente los residuos que traes en la mano? Tu mente da vueltas, no sabes qué tipo de plástico es, ¿será reciclable o no reciclable? Y ahora, ¿quién podrá orientarte?
Detengámonos a pensar un poco más, ¿quiénes son las personas con la mayor experiencia para el manejo de los residuos en esta ciudad? Si pensaste en las y los trabajadores de limpia, estás en lo correcto. Y es que, a pesar de la pandemia, ellos ahí están; recorren y limpian todos los días nuestra ciudad y, sin embargo, a veces parecen invisibles. Comienzan su jornada de trabajo a las 5 de la mañana y van recolectando en sus carritos o en los camiones nuestros residuos: casa por casa, esquina por esquina.
“Trucos y Saberes para aprovechar mejor tus residuos” es el nombre de un Programa de la SEDEMA para orientar a los habitantes de la Ciudad de México sobre la adecuada separación, manejo y aprovechamiento de los residuos domésticos. Las y los trabajadores de limpia, convertidos en orientadores ambientales informan, al dar a conocer sus “trucos y saberes” para que los residuos no se conviertan en basura y sean aprovechados como materia prima o como composta de nuestras plantas; así entre todas y todos mejoramos nuestro medio ambiente.
Los orientadores ambientales de “Trucos y Saberes” son 60 hombres y mujeres que, como personal informal de las áreas de limpia en las alcaldías Alvaro Obregón, Azcapotzalco e Iztapalapa, decidieron sumarse, de agosto a octubre de 2020, a esta labor de orientar ambientalmente a todos los vecinos y ciudadanía en general a los que entregan sus residuos domésticos. Entre todos ellos brindaron más de 27 mil pláticas, alrededor de 40 charlas cada orientador por día. Todo esto a cambio de recibir un modesto apoyo de empleo temporal (otorgado por la STyFE), mejorar sus condiciones de recolección (al mejorar la separación) y de cumplir con su anhelo de ver los residuos limpios y separados.
Los temas de orientación ambiental sobre los residuos fueron divididos en 9 semanas, durante las cuales los trabajadores orientaron sobre la correcta separación de cada uno de los tipos de residuos: orgánicos, inorgánicos reciclables, inorgánicos no reciclables, residuos electrónicos, residuos peligrosos e incluso, sobre manejar mejor los residuos domésticos de pacientes Covid, todo esto lo hicieron apoyados por diversos materiales educativos y de difusión como mantas, infografías, volantes, imanes y estampas.
“Después de tres meses de orientar a mis vecinos la mayor magia y el mejor truco, (nos cuenta una voluntaria de Trucos y Saberes) fue conocer mejor a los vecinos; que supieran que tengo nombre y llevo más de 12 años trabajando en la misma calle. También me gustó recibir su aprecio y colaboración con sus botes de residuos separados; incluso comenzaron a avisar cuándo llevan cosas peligrosas como vidrios o solventes. Todo esto vale la pena, lo mejor fue que empezaran a hacer composta con los residuos orgánicos y con ello las jardineras del parque ahora lucen más bonitas”.
Este programa de la SEDEMA probó este año que, aun bajo condiciones adversas, es posible transformar la cultura ambiental en algunas zonas de nuestra Ciudad y que el personal de limpia es capaz de orientar ambientalmente, al mismo tiempo que creamos lazos y comunidad mediante sus trucos y saberes. 27 000 orientaciones fueron impartidas en tres meses por estos hombres y mujeres, héroes de la calle. Un proyecto piloto digno de ser ampliado para toda la capital.
¿De qué manera construimos y adecuamos nuestra ciudad, barrio y casa a las necesidades de la población tomando en cuenta al medio ambiente? Algunas acciones son, por ejemplo, los puentes que se construyen para cruzar una barranca, cavar pozos para obtener agua y desagües para evitar inundaciones; también las modificaciones en los reglamentos de construcción, permite que nuestras casa y edificios resistan sismos o fenómenos climáticos.
Podemos y quizá debamos preguntarnos, ¿de qué manera las decisiones que tomamos en nuestras ciudades afectan al medio ambiente? La modificación de grandes avenidas para darle preferencia a un transporte masivo y mucho más eficiente, como el Metrobús en nuestra ciudad que genera menos tránsito vehicular y disminuye la contaminación. Construir ciclopistas para disminuir los desplazamientos en auto, mantener parques, sembrar jardines con plantas apropiadas para polinizadores, así como rehabilitar ríos y canales, multiplica los beneficios ambientales y fomenta, además, un cambio en los hábitos de la población. Todo ello nos hace más sanos y, al vincularnos con el cuidado del medio ambiente, genera la posibilidad de tener mayor conciencia ambiental.
Otras decisiones que afectan directamente nuestro entorno en términos ambientales y urbanos, tienen que ver con la generación y manejo de los residuos. Es necesario que la población separe sus residuos y minimice el consumo de determinados productos por toda la contaminación y gasto de energía que ello conlleva.
También están, por ejemplo, las leyes y normas en materia de prohibición de plásticos de un sólo uso, la reglamentación de productos compostables, fomentar el uso de envases diseñados para reutilizarse múltiples veces, así como promover la reparación de herramientas y dispositivos como son las computadoras, teléfonos, televisores, videojuegos, en vez de reemplazarlos por aparatos nuevos. Todas ellas son decisiones que involucran nuestra vida cotidiana y que están basadas en una visión y una política para generar menos basura; con ello hacemos más habitables nuestros barrios y nuestras casas. Todo esto, por supuesto, disminuye el impacto al medio ambiente de todos los habitantes de la ciudad.
Tu también puedes mejorar la ciudad al nivel de tu casa, colonia o barrio. Organízate con tu familia o vecinos para sembrar jardines polinizadores, cosechar agua de lluvia en tu edificio o cambiar el concreto por grava, pues permite la filtración del agua pluvial y la recarga de los acuíferos. Además, ve de compras con tu propia bolsa de tela y carga con tu termo para evitar vasos desechables cuando compres un café.
Todo lo que te rodea es naturaleza, no te miento. Y por más raro que suene, debes saber que para producir cualquier cosa, ya sea la ropa que traes puesta, la silla donde estás sentada (o) mientras lees esto, la computadora o celular desde donde encontraste esta publicación, las paredes que te rodean, la ventana desde donde entra la luz a tu habitación, fue necesario extraer de la naturaleza recursos como metales y minerales, combustibles fósiles, materiales de construcción, árboles, fibras y otros recursos que fueron procesados hasta tener todas las características que los hacen funcionar para satisfacer nuestras necesidades.
A nivel mundial, las personas consumimos alrededor de 100 mil millones de toneladas de esos materiales en un sólo año1. Cada vez que se extrae de la naturaleza estos recursos, se utiliza una gran cantidad de agua y energía; agua que deja de estar disponible para consumo de los seres vivos y energía que se convierte en emisiones de gases contaminantes.
Los materiales fabricados con base en estos recursos son modificados para hacerlos duraderos y que no se desintegran fácilmente. El problema es que cuando no son aprovechados adecuadamente, al final de su vida útil se convierten en desechos que a la naturaleza le cuesta mucho trabajo digerir para incorporarlos a su ciclo natural.
Cada persona en el mundo usamos en promedio más de 13 toneladas de materiales en un año1, a través de los bienes y servicios que adquirimos. Aunque el consumo siempre es mayor para los habitantes de países desarrollados, en contraste con los países en desarrollo, como México, entre todos estamos usando al año los recursos que a la Tierra le toma 1,5 años producir. Es decir, cada año, la naturaleza no puede recuperar la mitad de lo que le quitamos.
Consumir y desechar es un mal hábito que hemos practicado por siglos. Esto ha generado que en el mundo existan ya 5 grandes islas de basura en los océanos, cuyo principal componente son los plásticos de un solo uso, esos utensilios plásticos que nos venden como “desechables” y que son diseñados para usarse una sola vez antes de irse a la basura.
¿Has notado cuántos desechables usas y tiras a la basura a diario? En nuestra ciudad generamos alrededor de 13 mil toneladas de residuos al día, de los cuales 1 de cada 3 de los residuos generados son plásticos de un solo uso que, por lo general, tardarán más de 100 años en degradarse y que, durante ese mismo tiempo, contaminarán nuestro ambiente día a día1. Además, en su lentísimo proceso de desintegración emiten gases de efecto invernadero que calientan la atmósfera, colaborando con ello al cambio climático el cual trae graves consecuencias como eventos meteorológicos extremos, hambrunas, extinción de especies y la amenaza de que desaparezcan ecosistemas como arrecifes de coral, selvas tropicales o ríos2.
Otra consecuencia de que hayan tantos residuos plásticos en el mundo y en nuestra ciudad es que en una de sus fases del proceso de degradación, se transforman en microplásticos que, por su tamaño, pueden ser inhalados cuando se volatilizan; también son consumidos por fauna silvestre y por los humanos a través de nuestros alimentos. De hecho, se estima que las personas comemos lo equivalente en plástico que contiene una tarjeta de crédito en una semana3 y aunque no se conocen aún las consecuencias de ingerir estos materiales, seguro no es saludable consumir plásticos pues son derivados del petróleo.
Las cifras de consumo son muy altas. Por todos lados somos bombardeados una y otra vez por anuncios que nos seducen a comprar productos que prometen un sinfín de beneficios y aseguran facilitarnos la vida de cualquier forma. Parece inevitable dejar de comprar todo aquello que nos ofrece comodidades y satisfacción, pero, ¿qué de todo lo que consumimos realmente necesitamos?
Al consumir lo innecesario aportamos a esta sobre explotación de materiales. Consumir por consumir, por vivir cómodamente sin mirar de dónde viene todo aquello que usamos y desechamos está dañando nuestro ambiente. Para reducir el impacto deberíamos bajar drásticamente el uso de combustibles fósiles y sustituirlos por energías renovables, así como disminuir el consumo de agua.
Cada vez que salgas de compras pregúntate “¿realmente lo necesito?”. Da preferencia a los artículos cuya vida útil es más larga para que puedas sacarle provecho a tu inversión. Genera el cambio, deja de consumir lo que no necesitas, ¡piénsalo! Si lo hacemos todos, el deterioro ambiental y sus efectos disminuirían en gran medida. Recuerda que lo que consumes y desechas es naturaleza.
1 The Guardian Journal. World’s consumption of materials hits record 100bn tonnes a year.
www.theguardian.com/environment/2020/jan/22/worlds-consumption-of-materials-hits-record-
100bn-tonnes-a-year?CMP=Share_AndroidApp_WhatsApp Fecha de consulta 9 de octubre, 2020.
2 La humanidad agota hoy los recursos que la Tierra produce en todo un año
www.lavanguardia.com/natural/20170802/43270260867/humanidad-agota-recursos-un-ano-tierra.html
3 WWF. Consumimos el equivalente a una tarjeta de crédito cada semana. 2019.
www.wwf.es/informate/actualidad/?50940/Consumimos-el-equivalente-a-
una-tarjeta-de-credito-cada-semana Fecha de consulta 9 de octubre, 2020.
¿Alguna vez te has preguntado cuántos alimentos se desperdician en tu hogar? Pon atención o haz memoria de cuántas veces tú o alguien de tu familia han encontrado en el refrigerador, alacena o en cualquier lugar oculto de casa algún alimento putrefacto o con la caducidad vencida. Piensa, también, ¿cuántas veces han dejado su plato a medio comer y las sobras acaban en la basura? Aunque haya ocurrido pocas ocasiones, ambas situaciones expresan problemas sociales y ambientales que traspasan fronteras.
Se estima que una tercera parte de los alimentos producidos a nivel mundial se pierden o se desperdician. ¿Te imaginas cuánto puede ser tal cantidad? Esto es 1.300 millones de toneladas anuales, suficientes para alimentar a 3.000 millones de personas1. Esta “fuga de alimentos” se puede dar durante la producción, transporte o refrigeración de los mismos, durante su utilización como ingredientes en platillos o como residuos de alimentos consumidos parcialmente.
Tan solo en México, cada año se desperdician en promedio 28 millones de toneladas de alimentos2. Para producirlos se utilizó la cantidad de agua equivalente a lo que consumimos todos los habitantes del país en un año. ¿Te das cuenta? Desperdiciar alimentos también implica un desperdicio considerable de agua. Además, en los procesos de producción, transporte, refrigeración y manejo de esa cantidad de alimentos, se emitieron gases equivalentes a los que emiten 14 millones de vehículos en un año, los cuales afectan la calidad del aire y contribuyen al calentamiento global.
En un año cada mexicana (o) desperdicia cerca de 250 kg de comida3, y si en nuestra ciudad somos 9 millones de personas, al hacer cuentas resulta que desperdiciamos alrededor de 2 millones 250 mil toneladas, esto es solo una cifra tentativa. Sin embargo, a pesar de que se desconoce la cifra exacta, en la ciudad se están realizando acciones para disminuir el desperdicio y aumentar su aprovechamiento. Por un lado, a través de los bancos de alimentos nacionales, liderados por organizaciones de la sociedad civil, donde se recupera toda la comida que desechan hoteles, restaurantes y supermercados, pero que aún es comestible4. Luego son distribuidos a los sectores poblacionales con bajos recursos para combatir así el hambre y atender el Objetivo 12 del Desarrollo Sostenible: “Hambre Cero”.
Otra forma de aprovechar toda la energía, agua y nutrientes de estos alimentos es a través del compostaje, porque así se reincorporan a la tierra los nutrientes de residuos vegetales y pueden obtenerse de ella nuevos alimentos. En este ciclo no hay residuos, es decir, es un ciclo Basura Cero.
Existen también iniciativas ciudadanas internacionales para reducir el desperdicio de comida y promover la solidaridad, como es el caso de la App Olio, originaria del Reino Unido, y que está disponible en nuestra ciudad desde el año pasado. Su objetivo es poner en contacto a personas que tengan alimentos que no comerán con otros que los requieran y que los obtengan regalados. Por ejemplo, si ya no ocuparás dos jitomates, publicas su foto en Olio y la persona que los necesite se contacta contigo a través de la app, acuerdan un punto de entrega y listo.
Un compromiso con el ambiente y con las personas nos obliga a prestar atención a nuestro consumo y desecho de alimentos. Revisa tu refrigerador cada semana y pon a la vista los alimentos más viejos, para evitar olvidarlos y que se echen a perder. Comparte con vecinos, familiares, amigos o con personas en situación de calle si ya no los vas a consumir (también puedes publicarlos en Olio o en otras aplicaciones parecidas).
Cuando vayas de compras, no le hagas el feo a la fruta o verdura con imperfecciones. Aunque no sean “bonitos” esos alimentos tienen el mismo valor nutrimental que los demás, y se les invirtió igual cantidad de trabajo, energía y agua. Evita que terminen en la basura porque nadie los quiso comprar.
Sobre todo, recuerda que nuestros alimentos son naturaleza, por eso “termina tu plato” y ayuda a cuidar el medio ambiente.
El 5 de octubre quedó establecido como el Día de la Jardinería Ambiental. ¿Te percataste que este importante acontecimiento fue impulsado por congresistas y ciudadanos comprometidos con la Ciudad de México? Esta fecha floreció para impulsar una política pública en la materia; el objetivo es involucrar a todos los niveles de gobierno y ciudadanía para recordarles el enfoque ambiental con el que se deben manejar las áreas verdes tan importantes para un entorno saturado de cemento. Pero, ¿Qué es la jardinería ambiental?1
Existe una práctica dominante de hacer jardinería que por sus características de diseño, selección de especies y formas de mantenimiento no ha sido amable con el ambiente natural de la Ciudad de México. Por lo que la Jardinería Ambiental, la concebimos como una práctica destinada al cuidado de las áreas verdes que son superficies cubiertas de vegetación natural o inducida que podemos encontrar por toda la ciudad, incluyendo las que podamos tener en nuestro hogar.
La Jardinería Ambiental también promueve las especies que son endémicas de una ciudad, ya que así se conserva la biodiversidad y al mismo tiempo aumenta la presencia de la fauna local, necesaria para la reproducción general del ecosistema. ¿Te das cuenta que la jardinería ambiental es importante?, ¿que tanto prioriza la Ciudad de México en la jardinería ambiental?2
La Ciudad de México invirtió el año pasado 1,332 millones de pesos en la rehabilitación de 1199 hectáreas de parques y espacios públicos; y en este año, dentro del programa “Reto Verde”, se rebasó la meta de plantar 10 millones 446 mil 60 árboles, herbáceas y cubresuelos. Todavía se espera que en los meses que restan del 2020, se coloquen 4 millones más de árboles y plantas en suelo de conservación y medio millón en suelo urbano. Este enorme esfuerzo puede ser acompañado por un trabajo igual de grande en cuanto a su mantenimiento, utilizando criterios de jardinería ambiental como son; el riego considerando el uso eficiente del agua y el combate a las plagas, usando sustancias no tóxicas para los polinizadores. Evidentemente, ante la dimensión del reto, se requiere el concurso de la ciudadanía3.
Como se apunta en el inicio, la jardinería ambiental fue propuesta para recordar que se requiere del enfoque ambiental en el manejo de las áreas verdes, necesarias para la sustentabilidad urbana. Saber cuales son las especies endémicas es un buen punto de partida; por ejemplo, especies como el Girasol Morado, Verbenas, Hierba Dulce, Garbancillo, Plumerillos, Sensitivas, Retama, Manettia, Trompetilla, Escobillas, Yolochichitle, Mirto Chico, Aceitillas entre otras.
La jardinería ambiental aporta a la construcción de una ciudad sustentable y con mayor biodiversidad, por eso; integra este enfoque en el cuidado de las áreas verdes que te rodean y haz uso responsable y eficiente de los recursos naturales para su mantenimiento.
Ante la situación de confinamiento doméstico como la que vive el mundo, la jardinería puede ser un espacio para re-crear nuestra relación amorosa con el mundo vegetal inmediato, pudiendo colaborar con ello en la conformación de pequeños oasis en medio del desierto.
Guía para la creación de Jardines polinizadores
1- sedema.cdmx.gob.mx/comunicacion/nota/cdmx-400-mujeres-jardineras
2- data.sedema.cdmx.gob.mx/biodiversidadcdmx/especies.html
3-www.facebook.com/EducacionAmbientalCDMX
La Ciudad de México es tan diversa en gente como en comidas, sonidos, olores y colores. Detente un momento en tu caminar y mira a tu alrededor: ¿qué colores observas en tu entorno? ¿Cuáles predominan y llenan tu vista? ¿Cafés, rojos, azules, morados, verdes o grises?
Aunque probablemente encontrarás diversos y coloridos entornos, en una ciudad tan grande como la nuestra hay zonas en las que el color predominante es el gris, esto es por el asfalto, el concreto de los edificios, las construcciones, las avenidas, las fábricas que nos rodean y hasta los gases de los coches. ¿Cómo te sentirías si en cualquier zona de la Ciudad de México el color que predominara fuera el verde? ¿Crees importante que en nuestro caminar la vista se llene de verde?
Piensa en la ciudad años atrás, siglos atrás. Los aztecas vivieron rodeados por un gran lago, esto nos ayuda a entender su particular visioÌn respecto a los colores de su entorno. Imagina el panorama que cotidianamente contemplaban: lagos, riÌos, chinampas rebosantes de plantas, fundidos en una sola imagen, donde se mezclaban los verdes de los sembradiÌos y las montañas con los azules del agua.
Por esta razón, para los indiÌgenas existía un color denominado chalchihuitl1 o lo que hoy sería “verdeazul”, el cual es un color puro, casi primario y sin fronteras, ya que la naturaleza misma se negaba a separarlos2. Su jerogliÌfico se utilizaba para describir los liÌquidos y la buena cosecha y, al mismo tiempo, era un siÌmbolo abstracto para referirse a todo aquello que es valioso, representado en los jades y esmeraldas.
La primavera también se representaba con este color. En esta época, las semillas comienzan a germinar, salen brotes en los árboles y despierta la belleza verde que hace florecer los demás colores de la naturaleza. La primavera significa crecimiento y el verde se convierte, entonces, en el color simbólico de todo lo que puede desarrollarse y prosperar. En algunas culturas hemos asociado el color verde con la esperanza, la fertilidad, la riqueza y la buena salud.
¿Te gustaría que nuestra ciudad se renueve y se asocie otra vez con el rebosante verde-azul ?? ¡Tú puedes germinar la esperanza de un ambiente verde en equilibrio a través del Reto Verde!
Esta iniciativa impulsada por el Gobierno de la Ciudad de México, se propuso sembrar y cuidar 10 millones de árboles y plantas en la ciudad entre junio de 2019 y noviembre de 2020 en calles, avenidas, camellones, bosques, áreas naturales protegidas y diversas zonas en suelo urbano y de conservación, es decir, hacer que nuestro caminar se pinte de verde y así, vigorizar la ciudad.
La excelente noticia es que gracias a la participación de más de 28 mil personas entre personal del gobierno de la ciudad, de las alcaldías, así como de promotores y ciudadanos como tú, a finales de julio de este año ¡rebasamos la meta con 10 millones 446 mil 60 árboles, arbustos, herbáceas y cubresuelo plantados en zona urbana y Suelo de Conservación!
Al llenar nuestra vista de verde, mejoramos nuestro paisaje cotidiano y motivamos los sentimientos de esperanza, buena salud, fortuna, vida, fertilidad, abundancia, riqueza y suerte. También al llenar de verde nuestra ciudad, contribuimos con diversos beneficios ambientales para la misma: mejoramos la calidad del aire, ya que las plantas producen oxígeno y retienen contaminantes; con la sombra, humedad y frescura de los árboles y el resto de la vegetación regulamos la temperatura, evitamos que el suelo se erosione y se favorece la infiltración del agua; asimismo, la revegetación contribuye a recuperar uno de los grupos más relevantes para la vida en general y de manera particular para los humanos: los polinizadores, lo que ayuda en la conservación de la biodiversidad.
Con todo esto, ayudamos a mitigar el cambio climático. ¿Ves por qué es importante que en nuestro caminar la vista se llene de verde?
Aunque la meta se cumplió, el Reto Verde continúa. Para el resto de este 2020, se contempla la revegetación de 4 millones más de árboles y plantas en Suelo de Conservación y otro medio millón en suelo urbano. El derecho a un medio ambiente sano es compromiso, responsabilidad y agradecimiento de todos y todas.
¡Ayúdanos a vigorizar la ciudad! Aún puedes sumarte al Reto Verde en cualquiera de sus tres ejes: preparar los suelos, sembrar y cuidar lo sembrado4. Recuerda que la mejora del ambiente y el pintar de verde tu entorno comienza desde tu camellón, tu pequeña parcela o tu huerto urbano.
Hoy más que nunca retomemos el verde-azul de los aztecas y elevemos de nueva cuenta la categoría del verde a todo aquello que es valioso, representado ya no en jades y esmeraldas, sino en árboles y plantas. Digamos juntos: ¡Verde, que te quiero verde!
1 Algunos antecedentes sobre el uso del color en el México indígena.
www.colmich.edu.mx/relaciones25/files/revistas/048/VictorManuelOrtiz.pdf
2 En naÌhuatl, el teÌrmino xiuhuitl designa indistintamente el verde puro y el azul puro.
Hay que tomar en cuenta que existen además 13 tonalidades de verdes y azules.
Eulalio Ferrer. El color entre los pueblos Nahuas
www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl/pdf/ecn31/612.pdf
3 La palabra verde deriva del latín virÄdis que significa vigoroso, vivo, joven.
Los romanos tenían un mayor aprecio por este color ya que era el color de
Venus la diosa de la belleza, los jardines, las verduras y los viñedos.
4 Reto Verde. sedema.cdmx.gob.mx/programas/programa/reforestacion
¿Has notado que la pandemia por coronavirus también ha modificado la relación que tenemos con nuestros animales de compañía? En los medios de comunicación se ha corrido el rumor de que nuestros compañeros perrunos o gatunos podrían contagiarnos del muy temido coronavirus. Por otro lado, albergues de animales ubicados en la Ciudad de México reportan que de cada 10 llamadas que reciben, 8 reportan abandono animal1. ¿Tendrá relación el abandono con los rumores de riesgo de contagio a través de nuestras mascotas?
Aunque la relación parece evidente es importante saber que organizaciones mundiales, entre ellas la Organización Mundial de la Salud (OMS), han desmentido que nuestros animales de compañía puedan contagiarnos de coronavirus. Mencionan que no hay evidencia científica que pruebe que los animales de compañía sean una fuente de contagio para los humanos y recomiendan a las personas que tengamos bajo tutela animales de compañía, que recurramos a fuentes de información confiables antes de tomar decisiones sin fundamentos2.
¿Y si eres tú quien contrae coronavirus? Debes saber que tampoco hay evidencia de que los animales estén en riesgo por estar al cuidado de un tutor o persona con COVID-19. Tampoco es necesario poner a un animal en cuarentena, aunque lo ideal sería solicitar apoyo de un familiar o amigo que pueda cuidar a nuestro animal para que te dediques de tiempo completo a tu propio cuidado.
¿Y si el que enferma es tu animal de compañía? Considera que los animales pueden enfermar por distintas razones. Si llegaras a detectar alguna enfermedad atípica o estuvieron en contacto con alguien que padece COVID-19, localiza a tu veterinario de confianza y realiza las consultas necesarias.
Diversos especialistas ofrecen las siguientes medidas de cuidado para las personas y sus animales de compañía3:
1 Milenio. Abandono de mascotas incrementa por la pandemia de coronavirus. 2020
www.milenio.com/politica/comunidad/abandono-de-perros-in crementa-por-pandemia-de-covid-19
2 ONU. Preguntas y respuestas sobre la enfermedad por coronavirus (COVID-19). 2020
www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public/q-a-coronaviruses
3 OPS. Los animales de compañía no son una amenaza durante la pandemia del nuevo coronavirus,
alertan expertos. 2020 www.paho.org/panaftosa