Page 27 - Manual de podas
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MANUAL TÉCNICO DE PODA
Se deberá considerar el acondicionamiento de la cepa mediante el retiro de materiales pedregosos u otros objetos que inter e- ran en la plantación, siempre y cuando no sean parte de la infraestructura subterránea; además, se deberá llevar a cabo un mejora- miento de suelo mediante sustratos, lo cual dependerá de la calidad del suelo que pre- sente el sitio elegido.
Asimismo, se deberá contemplar un progra- ma de mantenimiento (podas, riego, fertiliza- ción, control de plagas y enfermedades etc.) a n de garantizar un correcto desarrollo.
MANTENIMIENTO DE ÁRBOLES JÓVENES Y MADUROS
Se debe considerar que el manejo de los ár- boles inicia desde el vivero, pues en el mo- mento en que la planta se tiene envasada o en un contenedor se le proporcionan cui- dados programados y calendarizados. De las actividades a desarrollar en el manteni- miento de las especies arbóreas es nece- sario veri car que el suelo no se encuentre compactado, ya que es indispensable para obtener un crecimiento y desarrollo adecua- do de su sistema radicular; se debe revisar la humedad del suelo, que no se encuentre muy húmedo o seco; las labores de deshier- be deben realizarse con la nalidad de retirar aquellas plantas que compitan con el árbol por espacio y nutrientes, la fertilización debe considerarse en las etapas fenológicas, pue- de ser de forma granular, foliar o en el riego (fertiirrigación), cabe mencionar que se de- ben realizar inspecciones minuciosas con el objeto de revisar la presencia de plagas y enfermedades y en su caso llevar un control.
Se debe revisar la estructura de los árboles en cuanto a la disposición de sus ramas, por lo que se deberán podar aquellas que se en- trecrucen en la copa, las que se extiendan de forma desproporcionada lateralmente ocasionando un desbalance en la copa, así como retirar los chupones o brotes de agua. Cuando el árbol es llevado a su sitio de plan- tación de nitivo, de igual forma se le seguirá proporcionando mantenimiento. Un árbol se considera maduro cuando su tronco ha lig- ni cado y su copa presenta una estructura o andamiaje característico de su especie, re ejado esto en una de sus etapas fenológi- cas como la oración y fructi cación.
En muchas ocasiones, se determina que un árbol es maduro cuando tiene cierta cantidad de años, diámetro de tronco grueso y una altura superior a los seis metros, lo cual en cierto modo es un criterio ambiguo e impre- ciso, ya que si comparamos a un Ahuehuete (Taxodium mucronatum) con una Acacia o mesquite (Acacia farnesiana), la acacia decli- nará por senilidad antes que el ahuehuete y éste seguirá siendo un árbol maduro a los 30 años de edad. Algunos autores consideran que un árbol es joven cuando tiene menos de cinco años de plantado y maduro cuando supera ese rango, lo cual sigue siendo un dato ambiguo.
Figura 2.6 Las labores de riego dependerán de la húmedad que contenga la planta en su envase.
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